Hiro & Miguel (Hiro Hamada & Miguel Rivera)

Niñero y conejo rosa

¡POR FIIIIIN! EL FRABULLOSO DÍA HA LLEGADO (? Los astros y el cosmos vuelven a recuperar su equilibrio para regresar a su orden natural. De acuerdo no, pero al fin, al fin pude terminar de escribir el capítulo de Hiro conviviendo con la hermanita Miguel.

Lo pidieron, se me antojó y ahora aquí lo tenemos.

Me gustaría presumirles que oficialmente es el capitulo más largo que he escrito x'D (y todavía falta)

En fin, sin más que agregar espero que lo puedan disfrutar de la misma manera en que yo disfruté escribirlo.

Capítulo beteado y corregido por: ElanyHiragizawa (Gracias por ofrecerte a ayudarme a mejorar, dude 3)

Oh, también, también este capítulo tiene un fanart especial que la linda Sara se animó a gracias, weeeee te juro que fangirleé bastante cuándo lo vi completo ;_; Yo lo quiero presumir en el muro.

35. Niñero y Conejo rosa.

La noche apocalíptica al fin había llegado para mala suerte de Hiro, ya no podía retrasar más su inminente destino; al fin los astros se alinearon para cumplir la profecía. Los jinetes bajarían del cielo en esta noche, las trompetas romperían la paz y provocarían el mal augurio que se profesaba. El escenario del fin se encontraba ahora en la casa de la familia Rivera.

El fin estaba aquí; hoy le tocaba cuidar a Coco.

Ya, está bien, no iba a exagerar tanto; sin embargo, para él sonaron las trompetas cuando escuchó la puerta cerrándose, a Miguel despidiéndose y un saludo proveniente de una infante unos metros más pequeña que él.

Hiro agachó la cabeza, ese canto fúnebre para el asiático llegó en esa pequeña de trenzas, ropa rosa y una mochila a su lado, que le hacía compañía para no quedarse completamente sola en expectativa de un adolescente gruñón.

Ella retrocedió cuándo el ceño fruncido de Hiro fue dirigido a su persona, ya que eso la había asustado. El japonés se golpeó mentalmente por eso y pensó que era una mala idea, luego, algo en su cabeza lo animó a lo contrario. Un mini Tadashi que actuaba como su consciencia le animaba, diciéndole que sólo debía de tener más confianza en sí mismo y ganarse el carisma de la niña.

Debía hacerlo por Miguel. Ugh, ¿qué tan cursi podía sonar eso?

—Hey tú ...— Rebuscó el nombre de la niña entre sus escasos recuerdos, ¿cuál era?, ¿Orco?, ¿Oco? — Moco... — finalizó, comenzó en ese tono suave, controlando todo su mal genio sobre ella. — Te llamas Moco, ¿no? — aseguró tan firme en ese detalle.

La niña frunció el ceño, apretó la manga de la mochila y lo miró molesta por eso.

—Coco —recalcó enojada y con los labios fruncidos; después miró al chico frente a ella, tenía las mismas expresiones que su mamá Elena cuando se entera de sus travesuras, ¿dónde estaba su hermano?

—¿Eres amigo de mi hermano? — preguntó, porque no creía que su hermano fuera tan malo como para dejarla con un completo desconocido, ¿verdad?

Miguel tanto le insistía en que no hablara con extraños y tampoco les hiciera caso, y ahora la dejaba con uno; aunque recordaba haberlo visto una que otra vez pegado a su hermano durante las comidas, debían ser mejores amigos. Eso quería suponer.

Hiro se encogió de hombros, todavía era muy temprano para destrozarle la inocencia con una noticia muy descomunal.

Tú hermano es gay, y yo soy su pareja.

Poco y cedía ante la tentación de decirlo, pero no quería tener botas, chanclas y todo tipo de zapatos encima de él por su comentario detractor; así que sí, iba a dejarlo en que era el chino, el amigo de Miguel que venía a cuidarla solamente por esta ocasión. Y recalcaba "solamente", porque era claro que ya no lo iba a volver a hacer, no importaba que tanto le rogará Miguel por esto.