Hiro & Miguel (Hiro Hamada & Miguel Rivera)

Votos matrimoniales II

FELIZ AÑO NUEVOOOOOOOOOOOOOOOO.

Este drabble participa en la entrega de Santa secreto que hice con unas amigas, me toco regalarle a mi bonita hija Luka, espero que le guste esta idea que surgió llena de amor.

Advertencia: Este drabble está conectado con el drabble de "Votos matrimoniales" , asi que pueden tomarlo con un especial donde ya son adultos, y no afectan los demas drabbles de esta historia. O sea, veanlo como un futuro de ellos (?

Sin mas que agregar disfruta de la lectura.

Votos matrimoniales

Hiro odiaba las limpiezas de año nuevo, pensaba que eran innecesarias por el simple hecho de que recoger la casa muy bien un dia, no evitará que los demás días no se ensucie en un parpadeo. no es que le molestara, ya hacían una limpieza general el día treinta y uno, porque según las tradiciones de su esposo era para sacar todas las malas vibras que se guardaron en su casa.

De hecho no se cuestiona más. aun después de años de vínculo conyugal, todavía hay tradiciones que Miguel realiza que a él, no le parecen, y le resultan extrañas, especialmente las del fin de año, que hacían toda la familia Rivera como tirar lentejas en la casa para la abundancia, saltar de una silla, pisar un billete, a Hiro le preocupaba lo loco que se ponía Miguel con sus rituales.

Y todas venían con él siendo arrastrado.

Tenías la imagen graciosa de Hiro a las doce del treinta y uno, aventando lentejas con su novio, corriendo con una maleta en la casa y reventando globos dorados para que se lleven sus malas experiencias, todo para no decepcionar a la familia de Rivera.

Ah, y el hecho de usaran boxers negros para tener sexo todo el año.

El Hamada no le quiere decir que eso le parece ridículo, porque al final es su esposo, y eso no lo puede cambiar. Y siendo su esposo, Hiro lo acepta como es e intenta convivir también.

Excepto cuando indirectamente le dice que tengan sexo usando sus boxers negros.

Limpian la casa hasta el último rincón, sacuden, barren, y asean todo lo que pueden alcanzar, empezaron desde temprano y aun a regañadientes Hiro se arrastra sobre la cama maldiciendo a Miguel, no le importa que sea un adulto responsable, el no quiere levantarse temprano excepto cuando su trabajo se lo exija.

Pero Miguel insiste, así que es constreñido a empezar las tareas de su hogar.

Todo muy bien ...excepto por...

—¡EL CHICO DEL APARTAMENTO 512!

Lo escucha cantar con las bocinas de la sala. El asiático rueda los ojos al verlo, recuerdos viejos de Miguel un sábado limpiando su viejo apartamento lo quieren hacer sonreír, pero por el momento se detiene, el ruido de la música es fuerte, espera que los vecinos no se quejen, ya lo han hecho antes y no parece importarle, mira de soslayo al moreno, lo ve moverse y bailar mientras barre.

Muchos años de matrimonio y Miguel no cambiaba.

Cierra los ojos con fastidio al escuchar todavía la música en la sala, retumbando con fuerza en cada esquina de la habitación. Continua con lo suyo y trata de alcanzar los rincones del ropero, llega hasta una caja vieja adornada con calcamonias, y el nombre de su esposo rellenado de marcador por todas partes, el chico morocho la ve vieja y malbaratada, las esquinas están rotas y a su alrededor los años han actuado en su contra, Hiro se pregunta qué demonios es este objeto invasor en su mueble, no obstante el equilibrio en la silla que montaba falla, Hiro trastabilla, se mueve para no caerse y al volver a recuperarse sujetándose de la madera deja que la caja caiga ruidosamente en el suelo.