Hiro & Miguel (Hiro Hamada & Miguel Rivera)

Lluvia

8. Lluvia.

Hiro Hamada aborrecía a la lluvia. Detestaba la llovizna inoportuna con una sensación efervescente, nacía cada que miraba el cielo teñirse de tonos acromáticas, con una mueca desesperada entre la desesperación e incrementar con sus zapatos y ropa mojados.

El genio no entendía como existía la gente que disfrutaba de una buena lluvia en la tarde, él de sólo pensar en sus libros empapados, el olor a tierra húmeda y los autos salpicando ya le hacía sentir ese veneno rápido en sus entrañas.

—Te ves de mal humor —no necesitaba girarse para saber de quién era. A estas alturas Hiro sólo conocía actualmente a un demonio que disfrutaba verlo con los labios torcidos.

—¿En serio? —resbaló con sátira su comentario. Hiro levantó una mano hacia afuera de la ventana, sintiendo el gélido de las gotas helarle la palma al caer contra ella.

—¿Qué sucede ahora? —Miguel se acercó y cuándo Hiro le dio de su atención lo notó, él, y su paraguas, casi parecía presumirle que era más atento.

Estúpido Miguel.

—La estúpida meteoróloga no dijo nada de una lluvia —masculló echandole la culpa a ella y no él por no fijarse bien en la mañana, bramando y odiando de su descuido.

—Si lo anunció, Hiro.

—No me importa.

—¿No trajiste paraguas?

Tal pareció que al Rivera le encantaba recalcar lo obvio, Hiro rodó los ojos.

—No me importa. Soy un genio, encontraré la manera de solucionar esto.

—Wow, si que tienes mal humor —empezó el Rivera, pero luego sonrió ante

—¿Qué te parece compartir paraguas? —ofreció el moreno, Hiro le da una mirada de soslayo considerando su propuesta y, Miguel se veía demasiado bien con el cabello un poco húmedo. En realidad, ahora que lo pensaba no sonaba nada mal.

La lluvia caía, detonando en el suelo constantemente entre los dos. Una llamada de que a pesar de que pudieran sumergirse en su propia esfera, todavía había una realidad, una realidad que estaba entremezclando con sus pensamientos turbados de Miguel y él bajo el mismo paraguas.

Podría ser una excelente idea ...Tentadora y seductora idea, ir con su novio tomados de la mano en un ambiente de frío y silencio.

Pero nah, eso no era lo suyo.

Hiro caminó hacia él, lento, Miguel por alguna extraña razón tuvo la necesidad de huir de él. El Hamada lo acorraló,su mano disfrutando de pasar desapercibida por su polera hasta sostener la basa del paraguas.

Miguel inhaló aire, la sensación de la mano de Hiro era muy tibia.

—Podrías, pero no es lo mío —susurró, arrebatándole el tan preciado bien y con un guiño de ojos dejo a su mexicano novio aturdido —¡Nos vemos! Te dije que encontraría la manera de solucionarlo.

Miguel tardó en reaccionar que había sido asaltado por su propio novio.

—¡Hiro Hamada!

Pero el ladronzuelo ya había huido corriendo con el objeto en manos.

Notas finales.

Tengo ese HC de que Hiro es màs culei que Miguel.

¡Gracias por leer hasta aqui!