Cosas de mexicanos.

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BIEEEEEEEEN HOY EMPIEZA UN NUEVO DÍA CON UNA NUEVA ACTUALIZACIÓN.

Notas extras: Este capítulo todavía no ha sido beteado, pero le dí tiempo a mi beta para que los chequé con calma y gloria, por lo que dentro de unos días o más será editado de nuevo y corregido como se debe.

¡Disfruta de la lectura!

40. Cosas de Mexicanos.

Había costumbres extrañas del Mexicano a las que Hiro le costaba adaptarse a ellas. Y por adaptarse mencionaba entender y acostumbrarse un poco a lidiar con ellas diariamente. Le costó meses de estudios y platicas con Honey para saber porqué demonios se ponía a hacerlas.

Miguel tenía muchas manías y defectos.

Más defectos que manías, pero de las pocas que poseía cada una era extrañamente peculiar. Le hacía en más de una ocasión rodar los ojos o arquear las cejas con interés.

Batallaba para seguir su jerga dentro de la conversaciones, pedo, chingar, pendejo y verga eran las palabras a diario, cada una con sus diferentes contextos que hacía que Hiro se perdiera entre los diálogos de su mexicano.

Gritaba por cualquier cosa, maldecía a todas horas, maldecía en plan amistoso, maldecía en forma de saludo, maldecía porqué estaba enojado, maldecía porqué estaba feliz,¡Maldecía por todo! Ah, y también maldecía a Kyle, pero eso no era importante.

También poseía esa horripilante costumbre de echarle limón a casi todos los platillos, no sentarse a comer si no tenían tortillas en la estresaba con los trabajos porqué los dejaba para el último.

Su amplio vocabulario de palabras inexistentes, sus apodos pesados para calquier situación embarazosa que le pasará (Todavía sigue llamándole "Pisa mierda).

Aventaba su celular cuándo no funcionaba, golpeaba la televisión cuándo no trabajaba bien o simplemente cuándo quería reparar algo roto lo intentaba con cinta y una goma de mascar.

Ahí veía su inteligencia prodiga tirada a la basura por la necedad del mexicano de no preguntarle.

Claro, su inteligencia y excelentes calificaciones en robótica no podían competir contra la cinta y el pegamento adhesivo.

Todos eran una escalinata al disparate y la incomodidad de su convivencia junta.

Para Hiro era un poco extraño vivir con Miguel y lo que él llamaba sus cosas de mexicanos, pero no importaba que tan pesadas, tan extraños y desencajadas fueran con las suyas. Hiro terminaba abrazando éstas e intentaba acoplarse aunque le costará un poco de su orgullo.

Le preguntaba a Honey lemón sobre las jergas mexicanas, elevaba un poco la voz para que Miguel le entendiera, se acostumbraba a maldecir cuándo también tenía varios sentimientos desbordándole.

Probaba sus platillos con el litro de limón y el kilo de tortillas. Se desvelaba junto a él para terminar con sus proyectos (aunque a veces traía consigo una retribución económica). Investigaba de cada palabra imaginaria de Miguel, reparaba el celular que lanzaba y cuándo la televisión de plano no funcionaba por la sarta de golpes Hiro la reparaba a pesar de que no le había preguntado.

Sin embargo, no importaba que tanto se esforzará, siempre terminaba por fallar en ésta.

Había una cosa de mexicanos, UNA, una exactamente que no importaba que tanto se repitiera en la semana el Hamada no quería saber de ésta.

Las otras eran tolerables hasta casi graciosas, pero ésta era la que más odiaba de todas.

En esa fallaba miserablemente de acostumbrarse a verla, la aborrecía tanto como el villano final de un videojuego.

Hiro & Miguel  (Hiro Hamada & Miguel Rivera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora