Sé que debería continuar con los frabullos drabbles para llegar al frabulloso día.
Pero Yolo, como siempre, como todos, como deberían estar de acuerdo a los cosmos.
Antes de continuar este un pequeño obsequio para el wacho grupo perfecto de las amigas Higuel (Ya saben quienes son, para que se hacen ono) quería darles algo pequeño, me esforcé ...¿Uno de los primeros smut? No lo sé, tal vez.
Y a las lectoras para que se enojen, esto es una bonita ofrenda de paz que pide disculpas por casi no actualizar tan seguido :c
Sé que debo actualizar más seguido porqué yo quiero llegar al frabullos día, pero YOLO, no tengo tanto tiempo como me gustaría y me odio por eso.
Tomen esto como una bonita ofrenda de paz! :c
Las ami (?)
Espero que les guste!
Capítulo beteaco y corregido por: ElanyHiragizawa (Gracias por ofrecerte a ayudarme a mejorar, dude, de nuevo (?)
36. Cerca
Cerca, quieren estar más cerca.
El aire comienza a faltarles después de ese último es tan perplejo que les toma con la guardia baja, así que optan por lo cómodo, por lo más conveniente. Seguir con el deseo.
Con el ferviente deseo que nace en sus entrañas terminaron sobre el sofá, con ropas colgadas, respiraciones agitadas mientras se desplazaban mutuamente. Se encuentran amándose y escondiéndose.
No les importaba ser abrasados por ese sentimiento tan aterrador, por esa entrega tan pasional. Porque...así era su amor, ¿no?
Desbordante, inquietante y tan cerca que les quemaba .
De pequeñas acciones se da el comienzo. Se empieza con el toqueteo; con una sutil caricia en el brazo, traviesa, suave, y entonces, las memorias se pierden y la inconsciencia toma control.
Los dedos que sisean suavemente por esa piel pálida; exclaman un deseo ardiente, una necesidad muda que se tiene en pequeños espacios cortos, exhalando un suspiro caliente cerca del cuello. Miguel no quiere detener los movimientos.
Está hambriento, necesita de él.
Se continúa con un húmedo beso en el cuello, y los cuerpos se incitan un poco más, arrancándose cada pedazo de aire, cada pedazo de calor.
No importa el movimiento de las manos, no importa el ruido de esas pieles que se recorren. El sudor entre ellos es intenso, sus cabellos se mezclan y las respiraciones son irregulares.
Se pierden con el acercamiento; con un aliento se aproximan.
No promete ser cuidadoso, lo quiere.
No retrocede, lo quiere.
No hay espacio, lo quiere.
Lo sienten demasiado cerca, su piel, su boca, sus manos y su alma.
Más cerca, más cerca, se necesitan un poco más cerca.
No es suficiente con lo que tienen.
Sus caderas se rozan con intensidad, se sienten demasiado bien como parar este sentimiento. La ropa comienza a volverse a estorbosa, las poleras quedan colgando en sus brazos mientras que los bufidos están siendo reemplazados por el sonido acuoso de un choque de besos, por los gemidos de unos labios hinchados que están desesperados.
Menos conversación. Toca, toca, toca hasta que los dedos quemen, hasta que se quede sin respiración, hasta que se vuelva tan peligroso estar tan cerca.
El mexicano recorre amorosamente el contorno de la cadera de Hiro, dejando esa pequeña sensación helada sobre él, y un poco de calor porque la distancia es demasiado tortuosa.
Elimina el espacio. Hiro espera que Miguel haga un pequeño movimiento.
El japonés le da una sonrisa, se acomodó mejor entre las piernas del mexicano para enredarse en él; vuelve a menear su cuerpo, desesperado. Sonidos pegajosos que se mezclan con el sudor. Esa gesto dice más que unas simples palabras.
—Si vienes, si estás más cerca...— masculló, besandole suavemente la quijada. Amarlo tan duro e intenso. — Tal vez te deje.
Dame atención, no te quedes sin nada, rompe esta distancia, rompe estas cadenas.
—No me retes, Hiro.
Su voz ronca le estremece un poco más, Hiro queda sin aliento, queda con la sensación de compartir un poco más, queda con la sensación de querer estar con él.
Se aproximan, sus ojos se entrecierran.
Cerca, cerca... Mierda, no está demasiado cerca.
Más un poco más, no quieren distancia, no quieren estar alejados. Odian el espacio entre ellos, porque el espacio es un miedo para la gente que no se entrega.
Y ellos no poseen ese miedo.
Más cerca, más cerca, esto no es suficiente.
—Estás demasiado cerca —bromea en medio de ese aire caliente, de ese sonido fogoso y de esas ropas tiradas a medias.
De esos besos repartidos que les van acicalando cada parte de sus cuerpos.
Cerca...
—Es que no me gusta el espacio —Miguel también continua, otro movimiento, otro jadeo suave que termina aplastando la poca cordura que hay en ellos. — Me hace tener frío.
Cerca, cerca, más cerca.
—Hiro.
Caliente, caliente, cerca, quema, respira, intoxicate.
Mierda, quiere estar más cerca.
—Hiro.
Más, más, más, cerca.
—Hiro, por favor.
Roza una vez más, el gemido de Hiro lo corrompe, lo muerde, lo besa, lo acaricia, lo llena de una asfixiante lujuria.
Un poco más cerca.
—Me gustas mucho, Hiro.
Perfecto.
—Rompeme de una vez, Miguel.
Está demasiado cerca para perder el control.
Notas finales.
¡Gracias por leer hasta aquí! No soy buena escribiendo estas cosas, pero hice mi esfuerzo y si, no me gusta hacer tan explícitas las cosas, porque siento que no se me dan, soy más de comedia y hacerme pendeja, no me odien por eso :c
(URESHINANAAXULASAMOYLOSABEN)
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Hiro & Miguel (Hiro Hamada & Miguel Rivera)
FanficMiguel no era un adepto a la tecnología y Hiro iba con un pensamiento futurista, era una combinación compleja, pero a él le gustaba, le gustaba su relación con el Hamada. Era aprender nuevas cosas, crear otras y adaptarse a ideas, excepto cuándo lo...