Hiro & Miguel (Hiro Hamada & Miguel Rivera)

Árbol navideño

¡Hola chicos!

Necesitaba crear mi especial navideño de los bebés, era justo y necesario para nuestra alma.

Bienvenidos a un nuevo reto que Ure y yo nos propusimos hacer OuO

En las notas finales habrá más detalles.

No quiero alargar ésto, ¡disfruten de la lectura!

Árbol Navideño.

Hiro no era fanático de las decoraciones navideñas; luces, esferas, coronas y adornar la casa con peluches hasta ahogarse en relleno era de las fascinaciones de la época más hincha pelotas que había tenido el placer de disfrutar en toda su vida.

Hacer coronas navideñas, envolver regalos, sacar los adornos del ático y vestir a Baymax de Santa Clos (Pedido de Miguel y la tía Casss)

Un verdadero dolor en el estómago.

En serio, él no podía compartir tanta fiebre navideña, las coronas le picaban las manos, se cortó con las tijeras, los adornos le llenaron de polvo, estornudando, y juraba que el hombre de nieve con bufanda y bombin que estaba en el techo era más aterrador que reconfortante y cálido.

Si le preguntaban, no esperaba que la tía Cass tuviera tanta decoración guardada en cajas. Bueno, en realidad, si lo esperaba desde que se volvió una tradición entre él y su hermano ayudarle a ataviar el Lucky cat del gordinflón de botas de cuero.

Lo que si no esperaba, y lo miró con un golpe de batalla a su persona fuera que Miguel haya aceptado a ayudar a Tía Cass a llenar el café de rojo y blanco. Y todo esto desembocaba en la fiebre navideña que a él no se le pegaba, pero a Miguel se le contagiaba como resfriado de invierno, ya que su novio compartía la misma ideología pegajosa de navidad que su tía.

Aún recordaba que de sólo escuchar la palabra "decorar" el mexicano saltó de un brinco del sofá, con la mirada iluminada de niño que esperaba un regalo abajo del árbol, mientras él, apenas y asimilaba haciendo una lista de contras de lo que indicaría tener que levantarse de su caliente inmueble y dejar su chocolate en la mesa para desperdiciar el día decorado una casa con una festividad que no le atraía.

Miguel aceptó de inmediato, la tía Cass compartió sus planes y Hiro se hundió en los suaves cojines del lugar, preparándose mentalmente para ver un día de sus vacaciones escaparse lentamente en el frío de la temporada.

Y así, con la tía Cass de comandante, mucha alegría, villancicos y dos diademas navideñas obligadas a ponerse (Miguel la de reno y él el gorro de Santa claus con luces) fue que dio comienzo la operación: Decoración navideña.

La cuál consistió en una persecución de toda la casa intentando convencer a Hiro hasta que se rindió, limpiando y barriendo con villancicos para animar la situación a palabras de su novio, inflando el muñeco de nieve para colocarlo en el techo, ( con una guerra de bolas de nieves que sirvió como obstáculo para retrasarse) la construcción de las coronas que sólo él había participado con una, Tia Cass y Miguel se llevaron la delantera al terminar las que restaban, Luces por las escaleras, esferas por las ventanas, la nieve bien barrida y culminaba con los dos terminando de decorar el árbol mientras Baymax traía los demás adornos que faltasen.

Hiro movió de un lado a otro su cuello, teniendo el dolor de ver su día desperdiciado desaparecerse con la misma intensidad que con la que se contagió su tía y su pareja.

—¿Fue un día agotador? —inquirió Miguel luego de mirarle torcer la boca con disgusto, ayudandole a terminar de rodear el árbol con las luces, sonriendo emocionado.