Hiro & Miguel (Hiro Hamada & Miguel Rivera)

Alérgico

¡Un pequeño aporte para San Valentin!

Quiero dedicarles un este fic a Ureshi-san y Stepha, Stephan que me motivó a ver que ella también aportaba y Ureshi, quién fue la que también me ayudó bastante a darle un poquito de congruencia a este drabble.

¡Muchas gracias hermosa! ¡Gracias por animarme a escribir este drabble!

No quería aportar nada mas que a la actividad de Axure, pero bueno.

29. Alérgico.

Amor, flores y un tono de azúcar que se podía sentir en el aire.

Contactos fortuitos, parejas inocentes, declaraciones inoportunas, un toque de dulce y una pizca de empalagoso amor.

Iugh, quería vomitar.

Hiro no era un fanático del tan famoso y tan aclamado día de San Valentin. Si no fuera por la insistencia de su mexicana pareja, el Hamada jamás lo celebraría con tanto ahinco como ahora.

Comercios y capitalismo a la vuelta de la esquina, envueltos en unos obsequios de amor superficial. Los centros comerciales estaban llenos, las personas se amontonaban y los colores rojos y blancos eran el matiz de la ciudad.

Chocolates, bombones, paletas, cartas y osos.

Su día no empezó como el mejor de todos, se levantó, se tropezó al salir de la cama, se peleó con la salchicha con patas por sus pantalones, sus boxers no estaban limpios, perdió su sudadera, se le hizo tarde, Tía Cass estaba llena en el café, fue obligado a ayudarle, se le volvió a hacer tarde.

Un pajaro lo cagó de camino a la facultad, llegó tarde, fue regañado por el profesor, tuvo tarea extra, recibió el saludo de sus compañeros, sus conversaciones se limitaron a que presentes obtuvieron, por su parte, unos pequeños dulces por cortesía de Honey se le fueron obsequiados y cuándo decidió que era suficiente.

Vino su estúpido novio con la esplendida día de que hoy debían salir porqué hoy era especial.

Porqué no era suficiente para él, Miguel todavía quería lacerar su día de la peor manera.

El calor era insoportable en el centro, todos los restaurantes estaban aglomerados y los ruidos de las bandas de música emitiendo un fondo romántico para mezclarse con la jungla de personas era lo que lo recibía junto a la declaraciones de las parejas.

La gente se empujaba entre si, los comerciantes regateaban para poder exprimir un poco más con su producto, acaba de sentir que una señora lo pisó y ni se disculpó, unos deambulantes quisieron venderle un ramo de flores (A los cuáles era terriblemente alergico) y ese oso que Miguel quería comprarle se veía muy falso.

Maldito Miguel y su compleja mente de celebrar el San Valetin.

De acuerdo, estaba exagerando.

Sólo estaban él, Miguel, unas flores (que si compró), ronchas, y un calor que les derretía el cerebro a ambos. Ah, y una bendita comezón para él que le perforaban su alegría.

Ya está, tenía comezón, ronchas, mal humor, y hambre.

Quizá solo era un amargado mas al que sus amigos de la primaria jamas le habían entregado una carta y por eso trataba con tanta ponzoña este día.

Sin embargo, todo eso podría ser soportable en San Valetin, todo eso podrìa ignorarlo sin darle mas atención de la requerida. Sòlo por un pequeño detalle.

Los disparados precios de los dulces.

Hiro había intentado buscar algo que comprarse en esas fechas para abastecer su voraz apetito de caramelos, pero, los precios de los caramelos estaban al doble, de no correr con la misma suerte, el triple.