Capitulo 12. Tristán.

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Capitulo 12.

Tristán.

A pesar de invertir la mayor cantidad de mi tiempo en tratar de impresionar a Gabriela, tras diez años nada ha cambiado, sigo ocultándome en la sombra de nuestra amistad.

A este punto de la vida, pretendo asegurar que nunca se va a fijar en mí.

NUNCA.

Enamorar a mi mejor amiga es algo imposible de lograr, pero, aunque mi cuerpo se rinda y mi subconsciente pida a gritos dejar esta aventura dolorosa,  mi corazón sigue latiendo por ella.

Mierda. Estoy jodidamente clavado con Gabriela, no tengo remedio.

No pude prestarle ni el más mínimo intento de atención a los algoritmos en la clase de matemática por la mañana, cuando el profesor Rodríguez inundaba los rostros al frente de la clase con líquido bucal, y yo estaba inmerso en las líneas de mi cuaderno de espiral pensando lo idiota que fui por acostarme con Marcia.

A cada segundo me daba golpecitos al pecho para alivianar el dolor por haber traicionado indirectamente a mi casi-enamorada, Gabriela.

Se que puede ser dramático, pero cualquier cosa es mejor que concentrarme en el dolor físico que emana cada raspón y herida en todo mi cuerpo. De pronto, me mareé con todas las líneas azules de la hoja frente a mí; y la deje de ver.

Luego de unos momentos, regrese a mi cuaderno. Cualquier cosa es mejor que la matemática; aunque implique sentir nauseas, de igual forma, recordar todo lo que sucedió anoche me revuelve el estomago.

En seguida, mi mente me hace viajar directo a la noche de contar estrellas, justo después de la fiesta; cuando regrese por Herbie a la casa de Marcia y encontré al novio de mi mejor amiga tomando de las caderas a la rubia plástica. El estomago se me revuelve aun más.

El amor es una basura, de eso estoy seguro. Mientras yo muero por el amor de Gabriela, ella esta muy ocupada babeando por el inepto de Trebor, quien a su vez disfruta de la fruta prohibida del árbol de Marcia, la chica más fácil. Que enredado, y lo único que quiero desenredar en este momento son mis audífonos para escuchar música triste que encaje perfectamente en mi situación sentimental.

Luego me fijé en mis zapatos, y continué pensando en la posible relación entre Trebor y Marcia, entonces decidí seguirlos en el receso, para verificar si mis sospechas son atinadas.

Después que el sonido violento del timbre sonara, salí disparado cuando el salón se quedó vacío. Me fui entre los pasillos de la secundaria y encontré a Trebor rodeado por su sequito de deportistas, bromeando sobre las faldas de las chicas que pasaban frente a ellos, para luego dirigirse a la cafetería.

Me quedé a pocos metros de ellos, transitando entre los estudiantes, los vi entrar a la cafetería. Conté diez segundos, y entré.

Me hundí en el océano de cabezas sudorosas, toda el área estaba cubierta por pubertos buscando su comida. Era prácticamente imposible encontrar al grupo de chicos populares entre toda la multitud. Hasta que todos los estudiantes formaron un círculo en el centro del lugar y empezaron a gritar que había una pelea.

De inmediato me acerqué a visualizar el enfrentamiento, al parecer Steve Mcklandy (miembro del equipo de futbol de la secundaria) había tenido algún percance con Robín Oxford, quien no tenía ni la más mínima esperanza de salir ileso de ese enfrentamiento.

Asomé mi cabeza para observar mejor el cuerpo de Robín siendo tirado al suelo mediante un puñetazo en la barbilla; para luego impactarle un buen golpe en la nariz y dejársela sangrando. Toda su playera blanca estaba cubierta por un asqueroso líquido rojo, al igual que sus debiluchas manos. Sentí lastima por el, aunque no es correcto sentir lastima por nadie. Pero el sonido de su piel siendo mascada por los puños de Steve, me producía serias ganas de vomitar.

THE CONSTELLATION IN YOUR BODY (Counting the stars #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora