Capitulo 4. Tristán.

128 9 0
                                    

Capitulo 4.

Tristán.

Pasaba ya un poco más del medio día y aun no tenía la molestia de quitarme el pijama, que consistía en un pantalón de ejercicios demasiado holgado y una camiseta de un equipo regional de baloncesto. No era el mejor atuendo para mi delgaducho cuerpo pues resaltaba cada hueso a la vista, pero no creía tener la obligación de salir de casa o convivir con personas.

Sabia que eventualmente debía ver a algún ser vivo, pero esperaba que a las únicas personas que podría toparse en mi camino era a mi madre y a Mick, el cual no poseía un sentido de la moda muy desarrollado y no tenia ningún problema a presentarme con un desastroso aspecto de sábado para armar el grandioso rompecabezas con mas de mil piezas sobre la jungla amazonas que me había dado por mi cumpleaños.

¡Yupi!

Era un día normal, no vislumbraba tener algo fuera del lugar y la mejor actividad que cruzo mi camino fue escarbar en las ranuras del sillón en busca de monedas perdidas.

Me situaba tirado sobre la alfombra de mi habitación cuando sonó el teléfono de la casa. No me moleste en invertir algún esfuerzo en levantarme y atender porque sabía que mi madre estaba mas cerca que yo del teléfono.

Mientras tanto, puse todo de mí para no caer dormido, pero al instante mi madre irrumpió en mi dormitorio con el aparato en las manos.

— ¿Qué? — dije con poco animo.

Ella extendió su brazo para alzar el teléfono hacia mí.

— Es Mick... dice que es urgente. — Exclamo calladito como si Mick nos fuese a escuchar detrás de la línea.

Tome de mala gana el irritante artefacto y lo puse en mi oreja, casi al instante de haberlo hecho Mick empezó ha hablar demasiado rápido.

— Escucha, Tristán; estoy en un teléfono público y no me queda mucho tiempo o monedas, así que cierra la cavidad bucal y escucha. — Un poco de estática sacudió la conversación — Estoy con Amy, la mejor amiga de Gabriela; vamos directo a tu casa porque tu fémina quiere hacerte una clase de fiesta relámpago-sorpresa, o algo así. Bueno... solo quería informarte para que hagas lo que creas conveniente porque esta mujer me lleva a doscientos kilómetros por hora y no tardamos mucho en llegar. Ah, y Tristán por favor no...

Se corto la llamada.

¡Maldita sea! ¿Tenia que elegir exactamente el día en que estoy a pasos de tener la apariencia de un vagabundo para venir y hacer una fiesta relámpago-lo que sea?

Me negaba a dejar mi aposento para ocuparme de la ducha y elegir los pantalones para la camisa adecuada.

— ¿Qué dijo? — Mamá se asomo en mi puerta.

Yo me parecía mucho a ella, los mismo ojos marrones, la misma piel morena y el mismo cabello oscuro; con la única diferencia era que ella estaba muy pulcra y arreglada para ser un sábado.

Entre los dientes le respondí.

— Gabriela, Amy y Mick vienen con la misión de hacerme una fiesta por mi cumpleaños.

— ¿Una semana después? — pregunto escéptica.

— Pues tal parece que si. — Aun estaba tirado sobre el suelo sin ganas de parpadear tan siquiera.

Mi madre entro a mi habitación de tal madera que creí que sus pies iban a echar humo y se fue directo a mi armario. Empezó a escudriñar entre toda la ropa como si fuera una de esas compradoras compulsivas en un día de oferta en sus tiendas favoritas.

THE CONSTELLATION IN YOUR BODY (Counting the stars #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora