Capitulo 22.
Tristán.
Las llantas de la camioneta de mi madre rechinaron cuando derrape sobre el asfalto dando la vuelta de regreso.
Gabriela había despertado, no podía creerlo.
Pise fuerte el acelerador y llegamos al hospital en un pestañeo, abrí la puerta del coche y el aire de otoño pego fuerte en mi rostro, subí el cierre de mi chaqueta e hice inventario de todo el coraje suficiente para no caer como idiota de nuevo a sus pies.
Acomode mi cabello un par de veces y me impulse fuera del auto, pero Karah, que aun estaba sentada en el asiento del pasajero, me detuvo.
— Espera... - susurró, casi no la escuche —. ¿Qué pasa con la universidad?
Me volví hacia la ventanilla.
— Es mi mejor amiga, Karah. Creo que la universidad puede esperar una semana mas, ¿no crees?
— Tendré que llamar a medio mundo para avisarles que no llegaremos.
Le extendí mi teléfono móvil.
— Tengo suficiente tiempo de aire. — Dije mientras me giraba para entrar al hospital.
El viento helado del aire acondicionado de la recepción se introdujo entre mi ropa, pero no le preste el mínimo de atención porque estaba concentrado en tratar de llegar a la habitación donde estaba Gabriela, lo más rápido que mis pies me permitieran.
Habitación 122, habitación 122... Habitación 122, repetía para mi mismo.
El trayecto hasta la puerta no fue demasiado extenso, pero el tiempo que utilice para respirar y agregar valor a la situación hizo que dos minutos se sumasen a mi tiempo de llegada.
Tome fuerte la perilla y abrí la puerta.
Mis ojos rebuscaron inmediatamente a Gabriela, por todos lados. Pero no la encontraron. Revise una vez mas, y no había señales de ella. Solamente estaban en doctor Jim conversando en una esquina con sus padres.
Me fui a paso rápido hasta ellos, interrumpiendo su charla en secreto.
— ¿Dónde esta?
Las miradas se posaban en cualquier par de ojos, excepto los míos.
La ansiedad se encendió como un cigarrillo quemando mis adentros.
— ¿Sucede algo? — Exigí.
Nadie me respondió.
Maldita sea, ¿es que no había tenido suficiente dolor ya?
La ira y preocupación me tomaron por sorpresa, y solté un ronquido brusco cuando tome de la bata al doctor Jim y lo pegue a la pared posterior a nosotros, mis brazos se tensaron y subí su cuerpo unos centímetros del piso.
— ¿Dónde esta Gabriela? — Mi respiración era agitada.
El doctor Jim se sacudía en mi agarre, pero no estaba dispuesto a soltarlo hasta que mi diera una explicación.
Pero en ese instante, la habitación del baño se abrió.
— ¿Tristán? - Conocía esa voz, era ella.
Abrí los ojos de par en par, y suavice mis manos, haciendo que el doctor Jim cayera de un solo golpe.
Mi cuerpo sintió una leve sacudida cuando mi rostro se encontró con el suyo, y solté un gemido de felicidad cuando la envolví entre mis brazos.
No podía ser verdad, había despertado, todo parecía ser un muy buen sueño, como los que tenia cada noche sin parar. Pero mi reflejo puesto en sus iris azules me confirmo que era real.
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THE CONSTELLATION IN YOUR BODY (Counting the stars #1)
Teen FictionGabriela y Tristán son mejores amigos desde pequeños, entre ellos surgió una química irrepetible. Solo hay un problema, el asombroso y abusivo novio de Gaby que trata de mantenerla presa de sus encantos. Gabriela tendrá que caer al infierno, justo a...