THE CONSTELLATION IN YOUR BODY (Counting the stars #1)

Capitulo 19. Gabriela.

Capitulo 19.

Gabriela.

Once meses atrás.

— Si no te deja de ver en cinco segundos, juro que le daré un golpe. — Exclamo Amy, de pie al lado mío.

— Shhhh, calla, te va ha escuchar. — Lance una mirada breve al capitán del equipo de futbol americano de la secundaria, quien no me quitaba los ojos de encima.

— Venga, Gaby. Parece idiota. ¿Desde cuando te has vuelto tan codiciada por los chicos de ultimo año?

Me encogí de hombros.

— Tal parece que tengo una nueva habilidad llamada coqueteo.

— O te ha crecido el busto. — Intervino Amy.

Ambas nos doblamos en una carcajada, eso aumento la atención sobre nosotras, entonces regresamos a hablar en secreto.

— Es lindo.

— Es ardiente, querrás decir.

Lo mire de soslayo: Cabello rubio, ojos azules, piel bronceada, estatura mediana y músculos deliciosos.

Sin dudarlo, un buen ejemplar para el novio perfecto.

Asomé mis ojos por encima del hombro de mi mejor amiga. Me seguía mirando fijamente, mientras charlaba con sus amigos.

***

Trebor.

— Doscientos a que la haces tuya antes del primer año de relación. — Roger tiro su apuesta.

Reí de manera arrogante.

— ¿Eso es lo mejor que tienes? ¿Por qué no mejor trescientos? — Propuse.

Steve arrojo dos billetes de cien dólares a mi mano.

— Quinientos y la follas antes de los once meses.

Drake hurgó en sus bolsillos y encontró un billete de cincuenta, lo posiciono en mi palma.

— Quinientos cincuenta y te enrollas con ella antes de los diez meses.

Era un buen monto de dinero solo para quitarle la virginidad a una chica de primer grado.

Pero, quería más.

— Seiscientos y la hago mi mujer antes de los nueve meses de relación. — Todos me miraron a la expectativa.

Roger arrugo la nariz, y levanto brevemente la comisura de sus labios.

— Hecho. — Desembolso el dinero restante.

Sonríe maliciosamente.

Gabriela Lighter parecía ser un platillo apetitoso. De alguna u otra manera resultaba ganador, si en dado caso no la hacia mía antes de los nueve meses; seguiría con la farsa el tiempo que fuera necesario para meterla a mi cama, y si lo lograba (que seguramente seria así) iba a tener un buen monto de dinero a mi disposición.

Me di media vuelta y estire mi pierna para dar un paso, pero alguien me detuvo.

Una mano con las uñas pintadas de rojo escarlata, sujetaba mi brazo. Me volví y visualice a Marcia con cien dólares entre sus dedos.

— Cien más y la follas en el cuarto de tus padres.

Ahogue una risa profunda.

Hacerlo en la cama de mis padres me resultaba más excitante. Además, por cien dólares extra, era una ganga.

— Trato hecho. — Recibí el dinero.

Me di la vuelta para dar inicio a la mentira.

— Espera... — La voz de Roger me detuvo. Regrese hacia ellos — ¿Cómo sabremos en verdad lo hiciste?