Capitulo 13. Gabriela.

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Capitulo 13.

Gabriela.

Parecía como si todo daba vueltas en mi cabeza: las advertencias de Amy, los reclamos de Tristán y las caricias de Trebor, todo arremolinándose entre mis ideas. Después de algunas horas finalmente exploto como el desprendimiento de una estrella fugaz que llegó a chocar con la tierra y quemo todo lo que había en el sitio donde cayó.

Mi cráneo me dolía fuertemente y deduje que lo mejor seria irme a dormir, dejando atrás la pelea con Tristán y todo lo demás. Cerré la puerta de mi cuarto y me deslice por debajo de mis cobijas, esperando que los problemas desaparecieran.

***

En la mañana todo lucía más claro y diferente. Baje a la cocina para prepararme un buen tazón de cereal y poner mi vida en orden.

Encontré a Charlie durmiendo sobre la mesa del comedor entre varias latas de cerveza, vacías.

Me acerque a su oído y pronuncie en tono alto:

— BUENOS DIAS, hermanito.

Charlie se despertó de sobresalto. Me miro unos segundo y luego se derrumbo otra vez, sin importarle que su cabeza chocara directamente con la madera.

— Eres una desgraciada.

— Sufre, viciado borracho. Sufre.

Me reí burlonamente, sabia que no era correcto despertarlo de esa forma, pero, quien carajos se cree para sermonearme por lo que paso en el estadio de futbol con Trebor y ahora se emborracha toda la noche dentro de nuestra casa, y piensa que todo esta resplandeciente.

Me fui a buscar a los gabinetes alrededor de la habitación, pero no encontré el cereal por ninguna parte.

— Charlie, ¿ya no hay cereal?

No levanto su rostro un centímetro para responderme, en cambio, abrió al mínimo su boca.

— ¿Alguna vez te he dicho que el cereal es mi botana favorita para la cerveza?

Rodee los ojos.

— Ammm... no. — Respondí.

— Pues, bueno, el cereal es mi botana favorita para la cerveza. — Dijo entre dientes y en tono casi imperceptible.

Zapatee el piso. Necesitaba mi cereal todas las mañanas para ser un buena chica y continuar con mi destrozada vida, sobrellevando a un celoso mejor amigo y un novio bipolar. Sencillo, sin cereal no existo.

Me quede un rato pensando mientras admiraba el vacío en el refrigerador.

— ¿Y la leche? — Aun tenía una ligera esperanza.

El dolor en mi cabeza reclamaba hojuelas de maíz para ser aliviado.

Charlie levanto unos centímetros su cabeza.

— Hoy amaneciste especialmente idiota, hermanita. El cereal se consume con leche, por si no lo sabias.

No pude evitar enojarme, pero el enojo se convirtió en hambre, y el hambre en ira; y la ira en el frenético impulso de acercarme y estamparle un buen puñetazo en el hombro a mi hermano. Pero los bíceps marcados en el pedazo de camiseta que llevaba ocasiono que el golpe fuera, más bien, un autogolpe.

Solté un grito débil.

Charlie se rio fuertemente, tardo unos minutos para que la risa se fuera de sus labios.

— Te dolió, ¿verdad?

Sinceramente, me había dolido hasta la médula. Pero debía hacerme la fuerte, últimamente me he especializado en ignorar el sufrimiento, y me di cuenta que soy buena en eso.

THE CONSTELLATION IN YOUR BODY (Counting the stars #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora