Capitulo 18. Tristán.

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Capitulo 18.

Tristán.

El tiempo paso rápido, preferí no llevar la cuenta porque eso aumentaba el dolor.

Karah se acerco, tenia puesta una sonrisa que iluminaba al resto del mundo.

Se puso de pie a pocos centímetros de mi cuerpo, luego extendió su mano y, junto a ella, un enorme oso de felpa con la frase "Feliz aniversario" en la barriga.

— Tres meses ya, ¿puedes creerlo? — Me envolvió en un traje de besos, la mayoría fueron en los labios aunque trate de esquivarlos. Me gustaba besar a Karah, pero cada vez que nuestras bocas se unían, no podía evitar pensar en la chica que dormía en la cama de un hospital.

Trate de fingir una sonrisa, pero me quede corto.

— Te quiero, de verdad. — Tomo mi rostro entre sus manos y me dio un largo y tendido beso en los labios.

Dibuje una media sonrisa.

— ¿Qué? ¿Te comió la lengua el ratón?

— ¿Quieres comprobarlo?

Karah rio en mis labios. Luego nos besamos con mucha pasión. Nuestras lenguas revolotearon en la boca del otro, y dado el caso que estábamos solos en casa; ella aprovecho a derrumbarme sobre el sillón.

Se despego de mi el tiempo justo para deshacerse de su camiseta y de sus vaqueros, quedando así en ropa interior. Después, sonrió hacia mi dirección y pego un brinco para caer sobre mis piernas.

Nuestras bocas regresaron a tocarse en un beso fuerte y brusco, mi deseo se había incrementado y la tome por el cabello para hacerla retroceder con un movimiento fuerte. Ella grito, y cayo de espaldas sobre el cojín azul; luego me fui por encima de su vientre y le hice a un lado su cabello marrón para poder probar la carne de su cuello en un ansioso beso.

De un solo movimiento le arranque su sostén, y dejo escarpar un gemido recio cuando mi lengua recorrió en camino entre sus senos hasta llegar a su abdomen. Introduje con cautela mi mano en sus bragas, y juguetee unos segundos en la tela que se interponía entre mi cuerpo y su piel.

Deslice mis pantalones con las rodillas, para que ella pudiera meter sus delicados dedos entre mis calzoncillos y acariciar mi piel.

Entonces, nuestros labios no pudieron resistir más y caímos al suelo de la sala de estar. El golpe fue duro, pero nuestros cuerpos jamás dejaron de permanecer unidos. Su boca devoró a la mía, mientras sujetaba sus piernas abiertas por la parte interior de su muslo.

Cuando mis dedos lograron deshacerse del último pedazo de tela que cubría su delicada piel, solté un jadeo sonoro. Tome sus manos y las aprisione entre mis dedos, por encima de su cabeza, y la bese sin delicadeza mientras unía sus caderas a las mías.

Solté sus manos y la tome de los hombros, para impulsar mi cuerpo. Cuando la penetre, ella gimió.

La acerque más y sostuve su mandíbula con una mano.

Le di varios besos suaves mientras movía mi cadera para que impactara con la suya.

Cuando llegamos al último momento, ella arqueo la espalda y pego un grito. Yo acurruque mi rostro en su cuello y le bese la clavícula, pasamos un largo rato tumbados sobre el suelo de la sala de estar, hasta que las estrellas salieron.

— Feliz aniversario, Tristán. — Me dijo con su nariz pegada a la mía.

— Feliz aniversario. — Respondí, tratando de fingir que había algo más aparte de pasión entre nosotros.

THE CONSTELLATION IN YOUR BODY (Counting the stars #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora