Capitulo 20. Tristán.

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Capitulo 20.

Tristán.

Iba de tercero en la fila que encabezaba Gabriela, furiosa, en dirección a su habitación. Salimos disparados después que el rumor se propagara lo suficiente para llegar a nuestros oídos en la cafetería. Todo apuntaba a que Trebor le había sido infiel durante el fin de semana.

Cuando por fin llegamos, Gaby entro primero y azoto la puerta frente a la nariz de Amy, quien se abrió paso girando la perilla para después cerrarla frente a mi rostro.

Resople y abrí la puerta nuevamente.

Cruce el delgado umbral para incorporarme entre las paredes rosa pálido del dormitorio, mientras Gabriela empapaba la funda de la almohada con mocos y lagrimas, y Amy la consolaba con leves palmaditas y palabras suaves. Torcí la comisura de la boca hacia abajo e intente acercame, pero Amy alzo su palma extendida para indicar que me detuviera. Rodee los ojos y me fui a hacerle pucheros a Croissant.

Mientras que el hámster daba suaves vueltas en su ruedita, sobre la cama se desataba un huracán de rabia y llanto.

— ¡Que idiota! — Grito Gaby al mismo tiempo que arrojaba una almohada a la puerta, cuando impacto, la estructura de madera soltó un crujido.

— Es solo un rumor, Gaby. Eso no implica que sea cierto. — Dijo Amy.

— Si el rio suena es porque piedras lleva. — Exclame.

Gaby y Amy se turnaron para lanzarme sus mejores miradas asesinas.

— Gracias, Tris. — Luego de pronunciar esas palabras, Gabriela enterró la cara en el colchón de la cama y dio inicio a una serie de lamentables sollozos.

Amy me miro fríamente. Suspire y me encogí de hombros.

— Limitate a escuchar, imbécil. — Me advirtió.

Puse los ojos en blanco mientras me giraba para seguir observando el pelaje de Croissant. Puse mi atención en las semillas de girasol que había sobre su diminuto plato e introduje mi dedo índice a la jaula para hacer girar la rueda de plástico con pequeños movimientos, todo eso mientras mi mente maquinaba aun la forma para hacer reaccionar a Gabriela de todo lo malo en lo que se estaba metiendo en esa relación. Pero, debía esperar el momento indicado para intervenir:

— ¿Cómo pudo hacerme esto? — Exclamo Gaby, con los ojos irritados —. ¿Cómo pudo traicionarme de la manera más sucia? Después de todo lo que hemos pasado...

Cruce los brazos y me volví hacia ellas.

— Son solo tres meses, Gaby. Tres meses no son una eternidad.

Mis palabras le dieron rienda suelta al llanto de Gabriela, llego al punto en que creí que sus pulmones se iban a quedar sin aire. Para ser honesto, lucia ridícula.

— ¡Yo lo mato, Gaby! — Grito Amy —, ¡mato a este idiota entrometido!

Ella se levanto y camino lento hacia mí, con su zapato en mano.

Cubrí mi cuerpo con los brazos para que los azotes que Amy me proporcionaba no fueran a dejar moretones, sus golpes eran precisos y poco a poco me fueron moviendo de lugar.

Mientras que su zapato ahora se dirigía a impactar contra mi rostro, decidí moverme hacia un lado y logre esquivar su golpe. Pero, eso hizo que Amy fuera a chocar contra la jaula de Croissant y del impacto, su dedo quedo atorado en uno de los espacios entre rejas.

Amy intento liberarse agitano su dedo, pero no tuvo resultados favorables, porque mientras mas lo sacudía, mas se quedaba atascada. Estaba que echaba humo por la nariz. Y de ver su rostro rojo como tomate, y sus ojos abiertos como platos; un leve cosquilleo se abrió camino en mi estomago. Pronto, el cosquilleo se volvió un ataque de risas desenfrenadas.

THE CONSTELLATION IN YOUR BODY (Counting the stars #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora