Narra Julieta
Estaba un poco en estado de shock. Creo que era la primera vez que una chica me tonteaba tan abiertamente, y más, una compañera de trabajo. La chica era muy guapa, morena, ojos color cafe y tenía un cuerpo increíble pero a mí no me gustan las mujeres y como ha dicho Justina llevo casada con Octavio tres años.
- Julieta, me gusta esa chica, es graciosa – me dijo Justina – y directa...-
- Sí, eso sí... - contesté mientras las dos nos reíamos.
Estuve toda la mañana ultimando mi programa de clases y eligiendo los libros que iban a tener que leer los chicos, soy profesora de Lengua y literatura. La literatura es una de mis grandes pasiones puedo pasarme horas y horas perdida entre mis libros.
Ya era la hora de comer así que decidí ir a la cafetería a buscar a Justina y Violeta. Encontré a esta última sentada sola en una mesa con un libro en la mano.
- Hola – la salude.
- Hola preciosa – me devolvió el saludo cerrando el libro que tenía en sus manos – por cierto, ¿de qué eres profesora tú? – me preguntó.
- Adivínalo – le propuse.
- De literatura supongo, por todos los libros con los que te vi en la sala de profesores – me dijo ella.
- Sí, veo que eres observadora – le contesté yo.
- Soy muchas cosas Julieta – me dijo ella mirándome a los ojos, cosa que me puso un poco nerviosa.
No solía ponerme nerviosa y mucho menos porque alguien me coqueteara, no es por creerme nada, pero realmente tengo comentarios de ese tipo muy a menudo y sé cómo enfrentarlos. Aunque esos comentarios siempre vienen de parte de hombres y que esta vez sea una mujer supongo que me descoloca un poco.
- ¿Qué estás leyendo? – le pregunté para cambiar de tema.
- 'Matar a un ruiseñor', más bien releyendo, es mi libro favorito – me dijo ella, cosa que me sorprendió porque también es uno de los míos.
- Me encanta ese libro, ¿te gusta leer? – le pregunté.
- Sí, es una manera increíble de viajar y poder vivir historias y situaciones que jamás podrían ocurrirte en la vida real – me dijo ella.
Me gustó conocer a alguien que también comparta mi pasión por la lectura aunque sea un poco. Siempre he sido la nerd o la chica que ama los libros, Justina no es digamos la mayor fan de ellos y que decir de Octavio, así que está bien conocer a gente con la que poder hablar de libros, además de la señora Otero, mi compañera del departamento de literatura en el instituto, que tiene 60 años y demasiado gusto por los clásicos.
- Así que ¿éstas casada? – me preguntó Violeta de repente.
- Sí, llevo ya tres años – le respondí.
- ¿y qué tal la vida de casada? ¿Es todo tan maravilloso? – me preguntó con curiosidad.
- Bien, definitivamente no es todo tan maravilloso pero bien supongo – le contesté yo dubitativa.
No es todo tan maravilloso pero no iba a darle detalles a una chica que acababa de conocer, ni siquiera Justina sabía esas cosas.
- No me pareces muy entusiasmada – me dijo ella.
- Bueno tiene sus cosas... - le contesté yo.
- Me gustaría conocer al hombre que conquistó a semejante diosa – me dijo ella y me ruboricé por tercera vez en el día de hoy – me gusta que te ruborices, deberías estar acostumbrada a los piropos, no me creo que no te los digan continuamente.
- Bueno supongo que sí, aunque nunca había sido una mujer tan directa conmigo – le dije de forma seria.
- ¿Sabes que te lo digo de broma no? Y más ahora que sé que estás casada, yo soy muy respetuosa con esas cosas, bueno lo de que eres una diosa, lo digo en serio... - me dijo ella volviéndome a mirar a los ojos y yo sonreí.
- Creo que vamos a tener un año interesante por delante – dije yo.
- ¿Me dejaras conocerte un poco más? Si por dentro eres la mitad de maravillosa que por fuera, yo ya podré lamentarme toda la vida por haber llegado tarde a conocer a la mujer de mis sueños... - me dijo ella entre risas.
Me sorprendió un poco con eso, normalmente estaba acostumbrada a los comentarios de hombres sobre mi belleza, mis ojos, incluso algunos más obscenos pero nadie se preguntaba por cómo sería en mi interior. Estaba harta de la superficialidad, de ser un objeto cuando soy mucho más, no me quejó de mi físico ni mucho menos pero creo que la sociedad y las personas deberían valorar mucho más, aparte de un físico.
- Claro, tenemos un año para conocernos poco a poco – le dije yo con una sonrisa en los labios.
- No me sonrías así, que como sigamos de esta manera, no llegó ni al primer trimestre viva – me dijo ella haciendo gestos de desmayo con su cara y sacándome una sincera carcajada.
- No eres normal... - le dije yo.
- No, no lo soy. Soy especial y ya lo verás – me dijo ella segura de sí misma mientras me miraba.
En ese momento llegó Justina, que ya se había cambiado y llevaba su chándal habitual.
- Bueno chicas, comemos. Yo muero de hambre – propuso.
- Claro – respondimos las dos.
- ¿Qué hacías? Urtizberea, no estarías intentando cortejar a mi amiga otra vez – preguntó Justina y todas nos reímos.
- Por supuesto, es lo único a lo que me voy a dedicar este año aparte de la música – dijo Violeta con una sonrisa juguetona en su cara.
- Bueno como amiga tienes mi bendición, por lo menos vas de cara y ya has dicho cuáles son tus intenciones – dijo Justina bromeando.
- Gracias, serás la madrina de nuestra boda – dijo Violeta bromeando también.
- Olvidan que estoy casada y que no me gustan las mujeres, así como pequeño detalle – aporté yo.
- Demasiado pequeño el detalle como para tenerlo en cuenta – respondió Violeta.
Las tres comimos entre risas y bromas. Violeta realmente era muy divertida y aunque bromea todo el rato y es coqueta, se ve que también tiene un fondo muy profundo e interesante. Me creaba mucha curiosidad conocerla un poco más y saber qué es lo que guarda en su interior.

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Profesoras
FanfictionJulieta es profesora de literatura en uno de los institutos de Buenos Aires, lleva tres años casada con Octavio y ambos hacen la pareja perfecta de cara al público. Ambos son guapos y exitosos en su trabajo ¿pero su relación es tan perfecta cómo par...