Profesoras

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Narra Julieta

Desperté en la mañana del sábado y Violeta aún dormía plácidamente a mi lado. Aún no me acostumbraba a despertar y verla ahí junto a mí, cuando estaba con Octavio lo único que deseaba al despertar era que él ya se hubiera ido a trabajar y así estar sola, pero con Violeta es todo lo contrario, ya no me imagino despertar y no tenerla conmigo. Ella parecía cansada así que la dejaría dormir un poco más, me vestí y me puse a preparar el desayuno. De repente, llamaron a la puerta así que fui a abrir.

- Hola, ¿quién eres? - pregunté a la chica de cabello morocho que me encontré.

- Hola, soy Jorgelina ¿es esta la casa de Violeta? - me preguntó ella.

- Sí, es aquí pero está durmiendo - le contesté yo y vi como ella me miraba de arriba abajo.

- ¿Tú quién eres? - me preguntó ella.

- Soy una amiga de Violeta - le dije, aún no habíamos hablado de qué éramos pero no me iba a poner a dar explicaciones a una desconocida - ¿y tú quién eres? -

- Soy la novia de Violeta - me contestó ella y noté como mi corazón se rompía en pedazos aunque no me lo podía creer.

- ¿Su novia? - le pregunté.

- Sí, su novia, la que dejó en Nueva York, supongo que no te ha contado nada. Ahora me vas a dejar pasar... - me dijo ella con un tono de voz que no me gustó nada.

- Sí, pasa, que yo me voy... - le dije agarrando mis llaves y saliendo del piso.

Todo esto me parecía una broma de mal gusto, no podía creer que Violeta tuviera novia y hubiera estado jugando conmigo, ella no es así y me lo ha demostrado, pero nunca se sabe. Tenía la cabeza hecha un lío, así que decidí ir a casa de Justina y así despejarme un poco y que ella me diera un poco de luz a la historia.

Narra Violeta

Desperté y vi que Julieta ya no estaba a mi lado, supuse que estaba en la cocina así que fui a buscarla. Cuando llegué me encontré con la peor de mis pesadillas.

- Jorgelina, ¿qué mierda haces acá? ¿Y dónde está Julieta? - le pregunté

.- Vine a buscarte, y Julieta, tu amiguita, se fue y no tengo ni idea de dónde está... - me contestó ella con una sonrisa.

- Tú no tienes que venir a buscarme, cortamos hace más de seis meses y te juro que como tenga algún problema con Juli, te mato - le avisé.

- No cortamos hace más de seis meses, tú cortaste conmigo pero yo no me voy a rendir tan fácilmente Violeta, me vine a vivir aquí y te voy a recuperar - me dijo ella.

- No me vas a recuperar nunca, nuestra relación fue tóxica y esta más que acabada así que ya te puedes volver a Nueva York por donde viniste - le aseguré yo.

- Ni lo sueñes mi amor - me dijo ella.

- Mira vete de mi casa y no quiero que te vuelvas a acercar a mí y mucho menos a Julieta - le dije con un tono fuerte, empujándola y cerrándole la puerta en la cara.

No lo podía creer, uno de los principales motivos por los que me fui de Nueva York era para huir de una relación tóxica, que no funcionaba y de la obsesión que tenía Jorgelina conmigo y ahora ella ha venido aquí a joderme, estoy segura. No podía dejar de pensar en Juli y en que le habría dicho Jorgelina, ella es capaz de todo por conseguir lo que quiere. Decidí llamarla pero ella no me contestó el teléfono, realmente estaba preocupada, Julieta es lo más importante de mi vida en estos momentos y no puedo perderla por nada del mundo y menos por la loca de Jorgelina.

Narra Julieta

Llegué a la casa de Justina, con los ojos rojos de llorar y llamé a la puerta. Justina me abrió en pijama.

- Puede ser importante venir un sábado a estas horas y más después de la noche de ayer - venía gritando Justina mientras abría la puerta.

Cuando me vio se quedó mirándome sorprendida.

- Juli, ¿qué pasó? ¿Por qué lloras? Entra... - me dijo ella, mientras me abrazaba.

- Vi-Violeta tiene novia - le dije entre sollozos.

- ¿Qué tiene novia? Cuéntame todo porque no entiendo - me pidió Justina.

- Esta mañana estaba preparando el desayuno y Viole aún seguía durmiendo, entonces llamaron a la puerta y era una chica que buscaba a Violeta, me preguntó que quien era y le dije que una amiga y yo le pregunté a ella y me dijo que era su novia, Justina, la que había dejado en Nueva York... - le dije yo.

- ¿y qué hiciste? - me preguntó con curiosidad.

- Y la dejé pasar y me vine aquí... - le contesté.

- O sea que no has hablado con Violeta personalmente - me dijo Justina.

- No... - le respondí yo.

- Creo que antes de juzgar o de tomar una decisión deberías hablar con ella. Violeta te ha demostrado todo este tiempo que le importas y ha hecho muchas cosas por ti. Se merece que la dejes explicarse. Yo sinceramente no puedo creerme que eso sea verdad - me avisó Justina.

- Ya, yo tampoco puedo creerlo, Viole no es ese tipo de persona pero ya no sé que pensar... y antes de hacer algo de lo que arrepentirme decidí venir aquí y hablar contigo... - dije yo.

- Imaginemos que es verdad que Violeta está con ella, ¿tú crees que no siente nada por ti después de todo? ¿La dejarías ir tan fácilmente? Se ve a leguas el amor que sienten la una por la otra, lo quieras reconocer o no... cuando las dos están en una habitación no hay nada más. Lo vi casi desde el primer día que se conocieron, pero ahora, es increíble - me confesó Justina - y el momento de ayer en el karaoke no fue mentira, Juli... Todas las personas que estuvimos allí, fuimos testigo...-

- Justina, yo la amo - le dije entre sollozos.

- Lo sé, cariño - me contestó mientras me abrazaba.

Miré mi celular y tenía seis llamadas perdidas de Violeta y unos cuantos mensajes.

- Deberías llamarla Juli, seguro que está preocupada - me aconsejó Justina.

- Tienes razón - le dije.

Empecé a llamar a Violeta que en seguida me contestó el teléfono. Me preguntó que dónde estaba y si estaba bien, le expliqué que estaba donde Justina y quedé con ella en ir ahora mismo a casa para hablarlo todo. Después de lo que había pasado con Octavio y en mi vida, no estaba dispuesta a perder a la persona que me había devuelto la alegría y las ganas de vivir. Aún no sé la verdad pero si esa chica quiere guerra, la va a tener, yo amo a Violeta y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que ella sea solamente mía, Jorgelina no sabe quién es Julieta Nair Calvo.