Narra Violeta
La sesión de ayer con Juan fue genial, de verdad tiene talento. Hoy quedaría con Julieta y he de decir que estoy un poco nerviosa, ayer parecía estar celosa de Juan y no sé porque me da tantas señales contradictorias. A veces parece que corresponde mis piropos, pero otras, me da unos buenos cortes. No quería pensar mucho, he decido dejarme llevar y ver a dónde nos lleva esto. Aunque no puedo negar que pensar que vamos a estar las dos solas en la misma habitación, me pone un poco nerviosa y mi mente vuela pensando todo lo que podría pasar. Acabé la última clase y me puse a ordenar un poco el aula mientras esperaba a Julieta. A los pocos minutos ya estaba ella llamando a la puerta.
- Adelante – dije yo.
- Hola Viole – saludó Julieta - he traído unos sándwiches para que comamos algo antes de empezar -
- Genial, muchas gracias, la verdad es que estoy hambrienta – le dije yo.
Las dos comimos en silencio, no sé por qué, pero notaba la situación un poco tensa. No sé si una tensión buena o mala pero tensión al fin y al cabo.
- ¿Estás lista Juli? –le pregunté.
- No mucho la verdad, no suelo cantar delante de la gente – dijo ella.
- Tranquila, tú hazlo como si estuvieras sola en la ducha – le aconsejé yo.
- Otra vez me quieres mojada, Violeta – me contestó ella, tomándome por sorpresa con esa respuesta después de lo de ayer.
- Ojalá algún día tuviera esa oportunidad – le dije con resignación.
- Ya sabes lo que dicen: "Nunca digas nunca" – me contestó ella.
- ¿Ah sí? – le dije mientras me acercaba más a ella y no quitaba mis ojos de los suyos, ella me mantuvo la mirada.
Finalmente, me dirigí hacia el piano y empecé a tocar.
- Ven aquí conmigo – le propuse y ella se acercó y se sentó en el banco del piano junto a mí.
- ¿Qué estas tocando? – me preguntó ella.
- Ahora mismo estoy improvisando, ¿pero qué música te gustaría que tocara para que tú cantes? – le pregunté.
- No sé, me gusta Lana del rey, toca e intento seguirte – me propuso ella.
Decidí tocar 'Young and Beautiful' ya que era la que mejor me sabía de Lana y pronto Julieta me siguió. Su voz me dejó impactada, tenía una voz tan dulce y juro que podría escucharla todo el día sin cansarme. Decidí cantar con ella el estribillo y me sorprendió lo bien que empastaban nuestras voces y la gran complicidad que teníamos. Acabamos la última estrofa y me giré para ver a Julieta, que me estaba mirando con una sonrisa en la boca.
- Eso ha sido wow, no tengo palabras – dijo Julieta.
- Tu voz es increíble, Juli – le dije mirándola a los ojos.
- Mira quién me lo dice, tu voz me ha puesto los pelos de punta y tu manera de tocar el piano. Me encantaría aprender a tocarlo... - me contestó ella.
- Si quieres puedo enseñarte, mira pon la mano así como yo – le dije ayudando a colocarla correctamente con mis manos.
Le estuve enseñando algunos acordes y el contacto de nuestras manos me estaba poniendo un poco nerviosa. La suavidad de la piel de Julieta junto a la mía era increíble.
- Tienes totalmente dedos de pianista, mucho más que yo, aunque bueno con práctica todo se consigue y mírame ahora, mis dedos pueden hacer maravillas aunque no sean muy largos – le dije jugando con ella y Julieta se sonrojó un poco.
- Ya tengo la materia prima al menos, ahora me falta la práctica – me dijo ella, dejándome con la boca abierta.
- ¿Quieres practicar? Yo puedo enseñarte – deseaba dar un paso más allá y ver si Julieta se acobardaba o si realmente ella también lo estaba dando.
- Claro, siempre he querido aprender – me dijo ella, agarré sus manos entre las mías mientras la miraba a los ojos.
Estábamos las dos sentadas en el banco del piano, nuestras manos entrelazadas y nuestras caras a pocos centímetros la una de la otra, vi como su mirada bajaba de mis ojos a mis labios y yo ya no podía aguantar más. Me iba a acercar a ella para cerrar la distancia entre nuestros labios cuando ella se separó.
- Cre-creo que debería irme, nos vemos mañana Violeta – me dijo dándome un beso en la mejilla y se fue corriendo del aula.
Yo me quedé ahí parada, no sabía cómo reaccionar. Julieta siempre me daba una de cal y otra de arena pero la tensión entre nosotras era real y cada vez era más claro. Decidí irme a casa, mañana sería otro día. Cerré la tapa del piano y fui hacía la mesa donde tenía todas mis cosas, agarré mi bolso y me lo estaba poniendo cuando vi como Julieta volvía a entrar por la puerta del aula y se dirigía hacia mí directamente.
- Juli, ¿qué haces aca de nuevo? ¿Se te olvido algo? – le pregunté curiosa.
- Sí, esto – dijo ella mientras cortaba la distancia que quedaba entre nosotras.
Sin previo aviso, Julieta me agarró del cuello y juntó nuestros labios. Al principio me quedé en estado de shock, no me podía creer que Julieta estuviera haciendo eso pero cuando me di cuenta de que era real, le seguí el beso y vi como ella se empezaba a relajar. Era un beso dulce, con calma, nos estábamos conociendo y puedo asegurar que ese beso me dio descargas eléctricas por todo mi cuerpo. Julieta besaba de una manera exquisita y ese beso me estaba matando. Decidí tomar las riendas, la sujeté por la cintura y deslicé mi lengua por su labio inferior, y pronto, ella me cedió el paso a su boca. Nuestras lenguas empezaron una dulce batalla y la temperatura del aula estaba subiendo. Giré a Julieta y la apoyé en la mesa, seguí besándola apasionadamente y si fuera por mí, le haría el amor ahí mismo. Pero eso mismo me hizo darme cuenta de la situación en la que nos encontrábamos. Estábamos en la mesa del aula de música y cualquiera nos podría descubrir en cualquier momento, y aunque eso lo hacía realmente excitante, no era lo que quería y supongo que mucho menos Julieta. Ella está casada. Cuando ese pensamiento vino a mi mente, tuve que cortar el beso.
- Juli, creo que deberíamos parar, alguien nos puede atrapar aquí y no sé si es lo más correcto... tú estás casada – le dije yo.
- Estoy cansada de hacer lo correcto – me contestó ella mientras volvía a besarme aunque esta vez fue un beso más corto.
- Julieta me encantas – le susurré al oído.
- Vos también me gustas mucho Violeta y te puedo asegurar que hace mucho que no sentía esto con un beso– me contestó ella – tengo impulsos de hacerte de todo ahora mismo... -
- Calvo, me encantaría ver eso pero creo que no es el momento – le contesté yo.
- Violeta, es la primera vez que beso a una mujer y me he quedado con ganas de mucho más, esto no acaba aquí – me dijo ella, dejándome ahí muerta.
Me dio un último beso y salió disparada por la puerta.
- Nos vemos mañana, linda – se despidió, dejándome ahí, caliente y desconcertada
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Profesoras
FanfictionJulieta es profesora de literatura en uno de los institutos de Buenos Aires, lleva tres años casada con Octavio y ambos hacen la pareja perfecta de cara al público. Ambos son guapos y exitosos en su trabajo ¿pero su relación es tan perfecta cómo par...