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Narra Julieta

Ahora iba a tener una cita con Violeta. Realmente, es la primera cita oficial por así decirlo y quiero agradecerle todo lo que ha hecho por mí, desde apoyarme, hasta protegerme en su casa. Sin embargo, también quiero hablar del tema con ella, en cierto modo he invadido su espacio y quiero saber su opinión pero tengo que buscar otro sitio donde vivir. Además, creo que ya es hora de que las dos hablemos sobre nuestra situación y lo que sentimos y pongamos las cartas sobre la mesa. Acabé de arreglarme, quería estar guapa para Violeta. Me puse un vestido negro, me maquillé un poco y me pinté los labios rojos. Bajé al salón y Violeta ya estaba ahí esperándome y estaba preciosa, llevaba un vestido blanco por encima de la rodilla, el pelo suelto y tacones negros.

- Estas preciosa Violeta – le dije.

- Mira quien habla – me dijo ella mirándome de arriba a abajo.

- Dale vamos – le dije mientras le daba la mano para que me siguiera.

- ¿Nos vamos? – me preguntó.

- Sí, donde quiero llevarte el trayecto hasta allí es de 10 minutos – le dije yo.

Fuimos andando por toda la costanera y por fin llegamos a donde quería ir. Era un pequeño restaurante de comida cubana, no era nada extremadamente lujoso pero creo que a Violeta le gustaría.

- Llegamos – le dije mientras le abría la puerta.

Entramos al local y hablé con el camarero, había reservado una mesa en la terraza que tenia una gran vista. La imagen era muy bonita, las mesas estaban iluminadas con velas y estábamos bajo la luz de la luna.

- Así que un restaurante cubano... - me dijo Violeta.

- Sí, me encanta la comida cubana y me encanta este sitio en especial– le dije yo - te va a encantar ya veras – le dije yo segura de mi misma.

Pedimos muchas cosas y todo estaba delicioso, podía ver la cara que Viole ponía al comer. Terminamos y pedimos algo de postre.

- Dios Juli, voy a explotar. Todo estaba delicioso ya necesitaba este tipo de comida, estos últimos días he comido muy mal – me dijo ella.

Cuando terminamos con el postre y pague la cuenta, le propuse a Violeta dar un paseo por la playa. Nos quitamos los zapatos y empezamos a caminar por la orilla.

- Violeta, yo quería agradecerte todo lo que hiciste por mí. Desde que apareciste en mi vida, me trajiste alegría, ilusión, ganas de vivir que es algo que tenía perdido. Empecé a apreciar los pequeños detalles y momentos que me regalabas y que al final son los que te hacen ser feliz. Sé que en cierto modo todo empezó como un juego pero quiero que sepas que por mi parte, me encantas Viole y bueno creo que, que – dije nerviosa – te quiero un poco... y no imagino mi vida sin ti, no te quiero fuera de mi vida -

- Yo tampoco te quiero fuera de la mía, Juli. Desde el día uno me gustaste ya lo sabes y con lo que voy conociendo cada vez más de ti, me gustas mucho más. Realmente, nunca pretendí que esto pasara pero ya no puedo negarlo más y creo que me estoy enamorando de vos Juli. Eres tan perfecta que quién no lo haría... - me contestó Violeta y mi corazón dio un salto de emoción.

- Viole, también quería agradecerte por ayudarme con lo de Octavio y dejarme estar en tu casa. De verdad, que significa mucho para mí y yo no quiero ser un estorbo, esta semana mismo me pongo a buscar un sitio para vivir – le dije yo sinceramente.

- Julieta no sos para nada un estorbo y me encanta tenerte en mi casa. No tienes que buscar ningún sitio para vivir, no lo vamos a tomar como un gran compromiso porque es muy pronto aún para eso, pero podemos tomarlo con calma y te puedes quedar mientras se resuelve todo lo del divorcio y luego ya veremos – me contestó Violeta.

- Está bien, muchas gracias – le dije mientras abría los brazos para que viniera a mí.

Nos abrazamos con un gran sentimiento, me encantaba el aroma del cabello de Violeta. Noté como sus manos estaban empezando a tocar mi espalda. Me acerqué a su boca y la besé. Estábamos en una zona bastante solitaria. De repente, noté como las manos de Violeta empezaban a subir por mis muslos y estaba subiendo mi vestido. La paré.

- Violeta, ¿qué haces? – le pregunté nerviosa.

- Se me ocurrió una cosa – me contestó ella - ¿confías en mí? -

- Obvio que confío en vos pero estamos en la playa... - le dije yo.

- Shhhh, solo déjate llevar – me dijo ella en un susurro.

Violeta empezó a subir mi vestido con lentitud hasta que me dejo solo en mi ropa interior que era negra y de encaje y sus ojos empezaban a recorrer todo mi cuerpo.

- Viole, no creo que sea buena idea... podrían vernos... - le dije yo.

Ella simplemente me ignoró y empezó a quitarse su propio vestido, quedando en la misma situación que yo. No podía despegar mis ojos de su cuerpo que solo estaba iluminado por la luz de la luna. Violeta empezó a quitarse su ropa interior y yo no me podía creer lo que estaba haciendo.

- Violeta, ¿estás loca? – le pregunté.

- Sí, por ti. Te dije que te iba ayudar a cumplir tu lista de deseos, ya hemos hecho uno y ahora vamos por otro – me dijo ella, mientras salía corriendo completamente desnuda hacia el mar – vamos desnúdate y ven conmigo -

No era muy tarde y aunque estábamos en una zona un poco alejada, todavía podía venir alguien y vernos, pero realmente ya me daba igual. No podía quitar mis ojos de la hermosa morena que jugaba con las olas completamente desnuda. Como había pasado en otras ocasiones, Violeta me volvía atrevida, me hacía olvidarme de mi parte racional para seguir mis instintos. Me desnudé rápidamente y corrí hacia el mar donde ella me esperaba. La empujé y las dos caímos al agua. Estuvimos un buen rato jugando con las olas, nos besamos, disfrutamos del contacto de nuestros cuerpos desnudos con el agua y con el de la otra. La sensación de libertad que sentía en estos momentos hacia tanto que no la vivía. Violeta me hacía sentir tan bien, tan viva.

- Ya podemos tachar el bañarnos desnudas en el mar y ahora vamos a tachar otro – me dijo mientras me abrazaba para besarme debajo del agua.

- Te quiero – le dije cuando salimos a la superficie, mirándola a los ojos – gracias... -

- Yo también te quiero mucho Juli. ¿Y gracias por qué? – me preguntó ella.

- Gracias por hacerme vivir de nuevo – le dije yo.

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