Narra Julieta
Violeta había tenido el detalle de venir a buscarme en el auto e íbamos las dos camino del instituto cantando canciones de la radio. Paramos en un semáforo y Violeta se acercó para besarme, al principio era un beso dulce pero se convirtió en algo más pasional, nuestras lenguas batallaban por tener el control, pero de repente empezaron a pitarnos, y salimos de nuestra burbuja, el semáforo ya estaba en verde y Violeta arrancó de nuevo.
- Necesitaba besarte ahora porque no sé si tendremos alguna oportunidad hasta esta noche – me dijo ella.
- Me parece correcto, tienes que cumplir con tus necesidades – le dije yo juguetona.
- ¿Acaso tú no las tienes? – me preguntó Violeta.
- Más de lo que te imaginas... – le contesté.
Llegamos al instituto, y junto con Justina y Juan, empezamos a organizar todo, comprobar que estaban todos los alumnos, colocar el equipaje y todo lo necesario en el maletero, asegurarnos de llevar toda la comida y los juegos necesarios. Ya estaban todos los chicos subidos en el autobús, normalmente dos de los profesores se ponían delante y dos detrás, yo me senté en el asiento de atrás y esperaba que Violeta viniera conmigo pero para mi sorpresa la que vino fue Justina. Nos pusimos en camino, los chicos iban cantando y cada uno en sus cosas y podía ver como Violeta y Juan escuchaban música y charlaban animadamente.
- Hola Juli – me dijo Justina con una cara pícara - creo que es hora de que hablemos tú y yo seriamente -
- ¿De qué quieres hablar Jus? – le pregunté yo.
- No te hagas la tonta conmigo, sabes de sobra de qué – me dijo ella.
- ¿Qué quieres saber? – le contesté yo.
- Quiero saber a que estás jugando Julieta, estás casada y estás teniendo "algo" con Violeta y quiero saber con quién de los dos estás jugando o que pretendes con todo esto, soy tu amiga y me preocupo – me dijo ella.
- Justina sinceramente no sé, con Octavio hace mucho que nuestro matrimonio es solo de cara a la galería, y Violeta es la ilusión, la alegría y las ganas de vivir que necesitaba... - le dije yo sincerándome.
- Yo solo digo que alguien va a salir perjudicado y creo que deberías pensar las cosas e intentar hacerlo bien, a Violeta le gustas desde el primer día y no creo que se merezca tener que esconderse o que juegues con ella... - me avisó Justina.
- Esa no es mi intención Justina, Viole me gusta mucho y me importa de verdad... - le dije sonrojándome un poco.
- En ese caso, creo que Octavio tampoco se merece que le seas infiel. Si no lo quieres o no quieres estar con él, deberías dejar las cosas claras... - me aconsejó ella.
- Lo sé Jus pero no es todo tan fácil... sabes todo lo que él ha hecho por mí y no puedo dejarlo. Sé que no se merece esto, pero cuando estoy con Violeta no puedo controlarlo y cada vez va a más... no sé qué hacer... – le dije mientras la miraba a los ojos y se me escapaba alguna lágrima, que me limpié rápidamente.
- Eyyyy no pasa nada, solo quería que pensaras bien las cosas para evitar males mayores y también quería asegurarme de que no estabas jugando con Viole, le he agarrado cariño a esa enana, pero para mí lo más importante es que estés bien, y que sepas, que a pesar de todo, cuentas con mi apoyo y puedes hablar conmigo siempre que lo necesites. Yo no te voy a juzgar– me dijo Justina.
- Muchas gracias Jus – le dije mientras le daba un abrazo.
- Bueno ahora me voy y te mando a tu chica –me contestó guiñándome un ojo y yéndose para adelante.
No pasaron ni dos minutos y ya tenía a Violeta sentada a mi lado con una sonrisa en su cara y puedo jurar que esa sonrisa me estaba derritiendo, no quería que nunca la perdiera y mucho menos por mi culpa.
- Hola preciosa – me saludó.
- Hola, ¿qué? ¿estabas pasándola bien con Juan?- le pregunté haciéndome la celosa.
- La verdad es que si Juli – me dijo ella jugando conmigo.
- Pues puedes volver con él si es lo que quieres – le contesté yo.
- No, porque con vos puedo pasarla muchísimo mejor, ¿alguna vez lo has hecho en un autobús? – me preguntó ella con cara divertida.
- No, ¿tú sí? – le devolví la pregunta
.- Se puede decir que sí... - me dijo ella- pero no te pongas nerviosa que no pretendo hacer nada contigo cuando tenemos a treinta alumnos a nuestro alrededor, pero en otra ocasión, quién sabe...-
- ¿Así que te gusta el sexo en público? – le pregunté yo.
- No especialmente, pero en algunas ocasiones, da bastante morbo – me contestó ella – ¿o acaso tú eres una santa?
- Bueno si te soy sincera mi vida sexual hace años que dejo de ser emocionante, por no decir que es básicamente inexistente – le dije yo un poco triste y avergonzada.
- Eyyyyy bebe no pasa nada, ahora que llegue yo, eso va a cambiar – me dijo ella provocándome – es una pena que una diosa como tú y tan joven esté desaprovechada...-
- ¿Me sacaras provecho tú? – le pregunté con una cara picara.
- Si me dejas, no te puedes imaginar cuanto – me dijo mientras me miraba de arriba abajo y yo estaba empezando a calentarme solo de imaginármelo.
- Dios Violeta no me mires así aquí porque contigo soy incapaz de controlarme – le avisé.
- Bueno ven, vamos a escuchar algo de música – me dijo Violeta con una cara tierna – sé que tenemos una conversación pendiente y sé que me gusta provocarte y hablar del tema, pero quiero que sepas que para mí esto es mucho más que algo simplemente sexual... Me gustas mucho Juli -
- A mí también me gustas mucho Violeta – le dije mirándola a los ojos.
El resto del camino fue tranquilo, fuimos escuchando música y de vez en cuando rozábamos nuestras manos o nos mirábamos sin decir nada, no eran necesarias las palabras porque nuestros ojos hablaban más que nuestras bocas. Cuando llegamos, nos dirigimos a nuestra zona y empezamos a montar el campamento, la verdad es que con la ayuda de todos tampoco tardamos mucho. En una de las esquinas armamos todas las tiendas de campaña, las primeras, eran la nuestra y la de Justina y Juan y luego estaban la de los alumnos, que eran como quince, ya que todas eran para dos personas. Nos dirigimos cada uno a nuestra tienda para dejar nuestras cosas y cambiarnos ya que daríamos una vuelta por el bosque.
- Bienvenida a nuestro nidito de amor – dijo Violeta mientras abría el cierre de la tienda.
- Es muy cómodo. Para ser el primero que tenemos, no está mal – bromee yo con ella mientras las dos entrábamos dentro y cerrábamos la cremallera a nuestro paso.
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Profesoras
FanfictionJulieta es profesora de literatura en uno de los institutos de Buenos Aires, lleva tres años casada con Octavio y ambos hacen la pareja perfecta de cara al público. Ambos son guapos y exitosos en su trabajo ¿pero su relación es tan perfecta cómo par...