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Narra Julieta

Había pasado una noche horrible, no había señales de Violeta y juro que iba a tener un ataque de nervios. Justina y yo decidimos acercarnos al supermercado por si ya no estaba el coche pero ahí seguía estacionado y sin ninguna novedad.

- Justina, ¿qué pudo pasar? No me lo explico... - le dije yo nerviosa.

- No sé, toda la situación es muy rara – me contestó ella.

- Vamos a la comisaría, faltan un par de horas para que pasen las 24 y no podemos perder el tiempo, Justina yo necesito a Violeta de vuelta conmigo... - le dije rompiendo a llorar.

- Vamos a hacer todo por encontrarla, ya verás... - me aseguró Justina mientras me abrazaba.

Llegamos a la comisaría y está vez hicieron una excepción aunque aún no hubieran pasado las 24hs y nos dirigieron con la agente Cid que nos atendió amablemente. Nos pidió que le contáramos todo lo que había pasado el día de ayer hasta la desaparición y yo le expliqué lo mejor que pude toda la situación.

- ¿Conocen a alguien que pueda tener algún problema con Violeta? – nos preguntó la agente.

- No, realmente Violeta se mudó aquí hace unos meses y tampoco conocemos mucho de su anterior vida en Nueva York – contesté yo.

- ¿Alguna relación anterior? – sugirió Cid y mi mente se encendió como una bombilla.

- Jorgelina, la ex de Violeta está un poco obsesionada con ella y la persigue de vez en cuando, ayer coincidimos en el mismo club y tuvimos un choque – expliqué yo.

- Me lo apunto y trataré de investigarla, ¿algo más que pueda ser relevante? – nos preguntó.

- No se me ocurre nada más, dime que va a hacer todo lo posible por encontrarla por favor, yo no sé qué haría sin ella – dije mientras soltaba alguna lágrima.

- No se preocupe señorita Calvo, le aseguro que haré todo lo que esté en mis manos. Si se les ocurre cualquier cosa que pueda ayudarme con la investigación, llámenme, esta es mi tarjeta – nos dijo mientras nos entregaba una a cada una.

- Muchas gracias agente y si tiene alguna novedad póngase en contacto conmigo por favor – le pedí con ojos suplicantes.

Volvimos a casa en silencio, realmente no podía dejar de pensar en Violeta, si ella estaría bien, dónde estaría, qué habría pasado pero no encontraba ninguna respuesta.

- Juli tenes que intentar descansar un rato – me dijo Justina.

- No puedo Jus y si ella no está bien y si realmente le ha pasado algo grave... - dije yo con mi voz rota – yo no me imagino mi vida sin ella Justina, ayer nos dijimos que nos amábamos por primera vez y hoy no está conmigo... -

- Ella volverá ya verás – me aseguró mientras me abrazaba.

- Justina tenemos que buscar a Jorgelina – le dije de repente.

- ¿Crees que ella puede tener algo que ver? – me preguntó Jus.

- No lo sé pero lo vamos a comprobar, tiene que haber en algún lugar de la casa alguna de las tarjetas que le dio a Violeta con su teléfono y dirección, vamos a buscar – le dije a Justina.

Empezamos a buscar por toda la casa y se me ocurrió buscar en la basura, aun no la habíamos tirado en estos días y por suerte allí encontré una.

- Aquí tengo una Jus – dije emocionada – voy a llamarla.

Marqué el número desde mi móvil y pronto descolgó el teléfono.

- Si? – me respondió ella.

- Hola Jorgelina, soy Julieta sé que es un poco raro que te llame pero necesito hablar contigo – le dije yo.

- ¿De qué queres hablar? – me preguntó ella con recelo.

- ¿Sabes algo de Violeta? – le pregunté yo con miedo.

- No, desde ayer cuando las vi en el club no – me dijo ella - ¿por qué? -

- Ven al piso si puedes y hablamos más tranquilamente – le pedí yo.

- Está bien, en quince minutos estoy allí – me dijo ella y colgó.

- En quince minutos está aquí – le dije a Justina – ¿crees que deberíamos avisar a la agente Cid? -

- Creo que sí, quizá ella necesite hacerle algunas preguntas y sí realmente ella tiene algo que ver le estamos dando ventaja poniéndole al corriente – dijo Justina.

- Tienes razón quizá no tenía que haberla llamado – dije con voz triste – voy a avisar a la agente.

Cuando se lo dije a María Cid, llegó a casa en menos de cinco minutos.

- Siento haberla llamado pero no podía estar sin hacer nada... - me disculpé yo.

- No te preocupes, me has facilitado la búsqueda sin saber su apellido ni nada era difícil encontrarla – me dijo ella.

Estábamos hablando y llamaron a la puerta. Me apresuré a abrir y allí estaba Jorgelina nerviosa.

- ¿Qué pasa con Violeta? – preguntó con cara de miedo.

- Hola soy la agente Cid y necesito hacerte unas preguntas Jorgelina – se presentó.

- ¿Pero qué pasó? – preguntó de nuevo sin saber.

- Violeta ha desaparecido y no hay ninguna señal de su paradero – dijo Cid - ¿me podrías decir dónde estabas ayer sobre las once de la mañana? -

- Estaba en casa ayer no salí en todo el día – contestó ella.

- He oído que has perseguido a Violeta y que no aceptas que su relación término – dijo María.

- Es verdad yo quiero a Violeta y he intentado que vuelva conmigo pero realmente el otro día en el club, Julieta me hizo abrir los ojos y voy a volver a Nueva York. Yo nunca le haría nada malo a Violeta y realmente estoy feliz de que ella sea feliz... - contestó Jorgelina.

- ¿Tú conoces la vida de Violeta en Nueva York, crees que haya alguien que quisiera hacerle daño? – preguntó la agente Cid.

- Realmente no, Violeta es una muy buena persona y no tenía problemas con nadie que yo supiera – respondió Jorgelina.

- Gracias por tus respuestas si se te ocurre cualquier cosa, lo que sea que crees que pueda ayudarnos, ponte en contacto conmigo – dijo Cid – yo chicas me tengo que ir a seguir con la investigación, hablamos más tarde.

- Dios, no sé qué más hacer pero no puedo estar aquí sin hacer nada– dije entre sollozos.

- Eyyy Violeta es fuerte, estará bien y estoy segura de que va a aparecer – me dijo Jorgelina.

Aunque tuviera mis dudas con ella, tengo que admitir que le creía. 

ProfesorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora