Narra Violeta
Llegué al instituto y aparqué en mi sitio habitual. Sí, llevaba solo dos días y ya tenía sitio habitual, así soy yo. Me bajé y decidí esperar a Julieta que ya estaba entrando con su bicicleta. La puso en el sitio de bicicletas y la ató con su candado para después acercarse a la puerta donde estaba yo.
- Julieta, ¿tienes hora? – le pregunté.
- Sí – me contestó mientras se miraba el reloj.
- Es que se me paró la hora cuando te vi – le disparé rápidamente antes de que contestara y estalló en una carcajada. Creo que me estaba haciendo adicta a ese sonido.
- ¿Qué harás cuando se te acaben las frases hechas? – me preguntó Julieta.
- Me inventaré más, tú eres mi musa y tus ojos la luz que ilumina mi camino – le dije haciéndome la poeta.
- Wow Violeta cursi Urtizberea – me respondió.
- Te encanta Calvo, no te hagas la dura – le contraataqué yo y simplemente me sonrió.
- Vamos para adentro anda – me contestó.
Entramos a la sala de profesores y allí estaban la mayoría de nuestros colegas, nos fuimos hacia dónde estaba Justina con Juan.
- Buenos días chicos – dije yo.
- Buenos días preciosa – me contestó Juan mirándome a los ojos.
- ¿vienen juntas? – preguntó Justina con cara picara.
- Aún no, hoy nos encontramos en la puerta, pero algún día lo haremos – le dije yo a Justina, que se empezó a reír.
- Bueno yo también tendré algo que decir sobre el tema no? – dijo Julieta.
- Tú puedes decir lo que quieras hermosa yo siempre estaré aquí para escucharte – le dije.
- Julieta, es cien mil veces mejor que un tipo, admítelo – dijo Justina.
- Admito que es buena, sí – me dijo Julieta con una sonrisa.
- Viole ¿y yo no te gusto ni un poco? Seríamos la pareja más sexy del instituto, esta ya está ocupada y yo estoy totalmente libre – me dijo Justina, señalando a Julieta.
- Amiga, tú eres extremadamente sexy pero a mí me van más las diosas griegas un poco nerd – le contesté yo, sacando las risas de todos ellos.
Estábamos hablando entre risas cuando entró el director en la sala.
- Buenos días a todos, acabamos de comenzar el curso y quería invitarles como cada año al cóctel de bienvenida que damos para todos los trabajadores y será este viernes por la tarde. Pueden venir junto a sus parejas y será una ocasión perfecta para conocernos todos un poco más, que haya mucha buena actitud y el compañerismo dentro de esta institución. Espero la asistencia de todos ustedes.
Todos los profesores empezaron a cuchichear entre ellos.
- Viole, dime que serás mi acompañante – dijo Justina de broma.
- Por supuesto Jus, quién mejor que la pareja más sexy de este instituto. A falta de mi diosa griega... me tendré que conformar contigo – dije yo de broma.
- Eyy – me dijo Justina mientras me daba un golpe en el brazo.
- Es broma tonta, lo pasaremos bien todos juntos ¿no? – pregunté yo.
- Sí, es una ocasión para ver a muchos de estos estirados, borrachos y yéndoseles un poco las manos – dijo Julieta.
- Así que otros años ha habido buenas fiestas ¿no? – pregunté yo.
- Sí – dijo Justina – ya te informaré, ahora cada uno a su clase.
Me dirigí hacia el aula de música, hoy quería tantear el terreno sobre mi taller de por las tardes. Quería saber que opinaban los alumnos para proponérselo al director y poder llevarlo a cabo.
Llevaba dos clases y en ambas había algunos de ellos que parecían interesados en mi propuesta si en el resto de clases la cosa era igual, me atrevería a hablar con el director, quizá el cóctel del viernes sería una buena ocasión. Esta era en mi tercera clase.
- Buenos días, ¿qué tal hoy chicos? – les pregunté
- Bien – contestaron al unisono.
- Les quería preguntar e informar acerca de algo. En mi anterior instituto tenía un taller por las tardes, dos días a la semana que consistía en un coro-banda entre alumnos y profesores, algunos tocaban instrumentos, otros cantaban pero juntos salían cosas increíbles. Me gustaría proponer al director hacer algo así aquí pero antes quería saber vuestra opinión y si alguno de ustedes estaría interesado.
- Si usted señorita Urtizberea y la señorita Calvo participan, yo voy de cabeza – dijo uno de mis alumnos más atrevidos desatando la risa del resto de la clase.
- Yo seré la directora del coro y participaré, por supuesto, y la señorita Calvo puede que también, así que si es así, le tendré apuntado como primer participante – le contesté yo.
Me podía imaginar cómo Julieta tenía a sus alumnos babeando por ella, yo sería una más sin ninguna duda, y desde luego, haría lo que estuviera en mi mano para que ella participe en el coro conmigo.
- Entonces, ¿algún interesado? – pregunté.
Vi como la mitad de la clase más o menos levantaba la mano, aunque luego fueran menos, junto con todas las clases podríamos llegar a ser un grupo de personas considerable y esperaba también que algún que otro profesor se animara. En mi otro instituto, el taller dio actuaciones increíbles y entre todos que es lo que me ha animado a poder hacerlo aquí también. El viernes intentaría hablar con el director para proponérselo. También se lo tendría que comentar a Justina, Julieta y Juan, ellos llevan más tiempo aquí y pueden saber que profesores estarían interesados, además de intentar captarlos a ellos. Aún no sé si saben tocar algún instrumento o tienen algún dote musical, pero al final es lo de menos, porque lo importante es pasárselo bien y siempre se puede hacer algo, aunque sea tocar el triángulo.
Terminaron las clases y como cada día me fui a la playa, desde que había venido a Buenos Aires no había día que no hubiera dado mínimo un paseo por la playa. Me relajaba tanto el ruido de las olas, la textura de la arena en mis pies desnudos y la brisa en mi cara. Definitivamente me gustaba mucho más esa sensación que la del asfalto y la presión de Nueva York. Echo de menos a mi familia, por supuesto, pero creo que venir a Buenos Aires es de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Muchas veces tenemos que romper las ataduras que creemos que tenemos para poder ser libres y felices, y atrevernos a hacer lo que realmente queremos y arriesgarnos. Es importante salir de la zona de confort para poder descubrir cosas nuevas que pueden ser mucho mejores.
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Profesoras
FanficJulieta es profesora de literatura en uno de los institutos de Buenos Aires, lleva tres años casada con Octavio y ambos hacen la pareja perfecta de cara al público. Ambos son guapos y exitosos en su trabajo ¿pero su relación es tan perfecta cómo par...