Narra Julieta
A pesar de todo lo que había pasado con Octavio, no me lo pensé dos veces y en cuanto acabó esa frase, me lancé a su boca y Violeta no tardó en corresponderme.
Estábamos sentadas en el sofá y decidí ponerme a horcajadas encima de ella, Violeta me agarró firmemente y empezó acariciarme la espalda con suavidad. Nuestros labios no se separaron ni un solo segundo y nuestras lenguas se movían con total sincronía. Tenía tantas ganas de ella que mis manos volaron a sus costados y al dobladillo de su camiseta y se la quité con rapidez. Moría por tenerla desnuda de nuevo y solo para mí. Después viajé a sus pantalones, quitándoselos y desabroché su sujetador dejándola solo con la parte inferior. Ella repitió los mismos actos conmigo, dejándome en la misma posición. Seguimos besándonos con avidez y mis manos empezaron a viajar por todo su cuerpo, me moría por Violeta y no podía controlarlo más, empecé a subir la intensidad de todo. Violeta se separó un poco de mí.
- Tranquila Juli, tenemos toda la noche por delante... - me dijo ella con la respiración entrecortada – quiero disfrutarte con calma, no tenemos prisa... -
- No sé qué has hecho conmigo que me haces perder el control... - le contesté yo mientras volvíamos a besarnos.
Esta vez el beso era más lento pero no por eso menos excitante, todo lo contrario. De repente, fue Violeta la que tomó el control de la situación y me puso debajo de ella. Sus manos empezaron a recorrer todo mi cuerpo y su boca se desplazó de mis labios a mi cuello, para seguir bajando por mi torso hacia mis pechos, los cuales besó, lamió y mordió, haciéndome perder la cabeza. Se recreó en ellos todo el tiempo que quiso y después dejó un rastro de besos por todo mi abdomen hasta que llegó a la última prenda que quedaba en mi cuerpo y la bajó lentamente a lo largo de mis piernas. Los ojos de Violeta estaban encendidos y verla en esa situación era el doble de excitante para mí. Sin previo aviso, Violeta empezó a dejar besos húmedos por mis muslos, subiendo poco a poco hasta mi punto más sensible. Sabía lo que venía ahora y hacía tanto tiempo que no disfrutaba de un momento así, que me estaba embriagando con todo lo que ella me estaba haciendo sentir. Violeta besó suavemente mi sexo para después atacarlo con su lengua, lo que me hizo soltar un gemido sin control. Siguió su trabajo en mi clítoris y yo creía que iba a morir de placer. Se notaba que sabía lo que hacía, realmente nunca habíamos hablado de su vida amorosa anterior pero esta claro que tenía mucha experiencia.
- Dios Juli me encanta tu sabor – dijo separándose un segundo de mí para volver con la misma rapidez.
De repente, noté como dos de los dedos de Violeta jugaban con mi entrada para finalmente acabar en mi interior. El ritmo de sus dedos junto con su lengua me estaba llevando a la locura. Mi cuerpo empezó a tensarse y empecé a sentir el orgasmo que se estaba cocinando en mi cuerpo, Violeta subió la intensidad y no pude aguantarlo mucho más. La habitación se llenó con mis maldiciones y gemidos y llegué con el nombre de Violeta en mis labios. Violeta subió por todo mi cuerpo para volver a mis labios y dejarme un dulce beso.
- La otra vez fue genial, pero oírte gritar mi nombre no tiene precio, Juli. Eres extremadamente sexy... - me dijo Violeta.
- Fue increíble Violeta. Se nota que tienes experiencia y dejo esa conversación para más tarde... porque ahora yo también muero por tocar ese cuerpo maravilloso que tienes – le contesté, mientras invertía las posiciones y colocaba a Violeta bajo mi cuerpo.
Tenía que admitir que estaba un poco nerviosa, nunca había hecho nada parecido con una chica pero mis impulsos me guiaban y yo me dejaba llevar. Empecé a dejar besos húmedos por todo su cuerpo y ella parecía disfrutarlo y a mí eso me volvía loca, la cara de placer de Violeta con sus ojos cerrados, como se mordía el labio, guardaría esa imagen en mi mente para siempre. Le quité sus braguitas y empecé a imitar los movimientos que ella hizo conmigo. Parecían funcionar porque desde el minuto uno ella empezó a gemir y a decir mi nombre, cosa que me estaba excitando de nuevo de una manera incontrolable. Seguí con mi trabajo hasta que Violeta llegó y fue la imagen más preciosa que yo pude contemplar, como su cuerpo se tensaba, sus ojos se cerraban, su boca exhalaba un último gemido que llevaba mi nombre y como sus mejillas se ponían rosaditas. Subí hasta sus labios, dejándole un dulce beso.
- Realmente eres escandalosa – le dije entre risas.
- ¡Callate! Que me da vergüenza – me contestó ella.
- No debería darte porque es terriblemente excitante... ¿qué tal estuve? Era mi primera vez y no sabía muy bien qué hacer... - dije yo nerviosa.
- No te preocupes, estuvo increíble y nadie diría que es la primera vez que lo haces – me respondió ella con seguridad.
- Gracias – dije yo con orgullo en mi voz - pero volviendo al tema, nunca me has contado nada de tu vida amorosa y de cómo has llegado a ser la diosa del sexo que eres... - bromeé yo con ella y las dos reímos.
- Digamos que tuve una época en mi vida de experimentación y en la que disfruté bastante de mi soltería... y ahí adquirí bastante experiencia- me dijo ella.
- Ya veo ya, ¿y nunca has tenido una relación seria? – le pregunté yo.
- Sí, he tenido dos. Mi primera novia del instituto con la que descubrí mi sexualidad y fue mi primer amor por así decirlo. Y mi última relación que duró hasta hace poco y bueno se puede decir que no fue un camino de rosas precisamente... pero prefiero no hablar de eso por ahora – me contestó ella.
- Está bien, no te preocupes. Cuando te sientas preparada me lo cuentas – le dije yo.
- Gracias Juli – me respondió ella – ven aquí y abrázame.
Estuvimos así un buen rato, en un silencio cómodo, y no necesitábamos más que el contacto de nuestros cuerpos.
- Bueno ya podemos tachar una cosa de la lista – me dijo Violeta setandose en la cama.
- Sí, pero aunque la tachemos, creo que tenemos que repetirla más veces... - le dije yo sugerente.
- Todas las veces que quieras, preciosa – me contestó Violeta – no quiero matar el momento, pero ¿tú cómo estás después de todo lo que paso hoy? -
- Bien, mi vida es un absoluto caos ahora mismo pero como dije antes voy a empezar a vivir por y para mí, me voy a liberar de todo lo que en cierto modo me ataba, me voy a divorciar de Octavio y voy a empezar a hacer lo que yo quiera, y te puedo asegurar que lo que más quiero en estos momentos tiene nombre de mujer y empieza por V y termina por A – le contesté yo juguetona.
- No será Violeta – me dijo ella siguiéndome el juego.
- No, Vilma – bromeé y ella se acercó a darme un beso mientras volvía a abrazarme.
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Profesoras
FanfictionJulieta es profesora de literatura en uno de los institutos de Buenos Aires, lleva tres años casada con Octavio y ambos hacen la pareja perfecta de cara al público. Ambos son guapos y exitosos en su trabajo ¿pero su relación es tan perfecta cómo par...