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Narra Violeta

Ya habían pasado unos días desde que Julieta y yo nos besamos por primera vez en el aula de música y todo había ido bastante bien desde entonces, nos gustaba provocarnos tanto en persona como por mensajes y la complicidad entre nosotras cada vez era mayor. Esta semana había sido bastante ajetreada con los preparativos de la acampada, las clases y demás. Hoy es viernes y mañana, por fin, era el gran día. Todo el mundo parecía emocionado y los chicos no paraban de hablar del tema. Pero debido a todo esto, Julieta y yo no habíamos tenido mucho tiempo para disfrutar de momentos a solas. Por ahora, hemos evitado hablar mucho del tema y de lo que está pasando entre nosotras pero está claro que en algún momento tendremos que abrirnos y tener la "conversación". Es un tema que me pone un poco nerviosa y me asusta pero al fin y al cabo es necesario. Yo solo sé que me encanta Julieta y no quiero perder lo que tenemos, aún nos quedan muchísimas cosas por descubrir la una de la otra. El fin de semana va a ser muy interesante y entretenido, estoy segura de que los chicos los van a pasar genial y nosotros los profesores también, pero estoy esperando con ansía el poder disfrutar de los momentos a solas con Julieta.

Estaba sentada en el aula de música sola, tenía esta hora libre y no quería ir a ningún lado así que decidí quedarme tocando la guitarra, era algo que siempre me ayudaba a reflexionar y desahogarme. Rasgaba las cuerdas de la guitarra, sumida en mis pensamientos cuando oí la puerta del aula abrirse, miré hacia allí y me encontré con Julieta que se acercaba hasta la mesa con dos cafés en la mano.

- No te quiero interrumpir pero vi que estabas sola y quise invitarte a un café, espero que no te moleste – me dijo ella.

- Claro que no, gracias, ven – le dije yo.

- Puede parecer tonto pero te extrañe mucho esta semana – me respondió ella con un rubor en sus mejillas.

- No es tonto y a mí también me hubiera gustado haber podido pasar algún tiempo a solas con vos pero por lo menos mañana lo tendremos ¿no? – le pregunté, mientras abría mis brazos para que se acercara, necesitaba sentirla cerca de mí.

- Claro, me muero de ganas y además ya verás cómo lo pasaremos todos muy bien, cada año la acampada da de qué hablar para lo que queda de curso – me dijo Julieta mientras nos fundíamos en un profundo abrazo.

- Pues espero que no sea por algo relacionado con nosotras – le apunté yo.

- Me encanta tu olor – me susurró Julieta al oído, poniéndome la piel de gallina.

Seguíamos abrazadas, ninguna parecía querer romper el contacto. De repente, la puerta se abrió y las dos nos separamos rápidamente intentando disimular.

- Perdón por la interrupción – dijo Justina riéndose – por cierto, que mal disimulan!... -

- ¡Justina! – le regañó Violeta.

- Solo venía a concretar la hora de mañana con ustedes pero mira ya están las dos así que me ahorran un viaje – dijo Justina 

- ¿A qué hora vendrá el autobús? Que tengo que llamar parar confirmar... -

- A las nueve dijimos ¿no? – preguntó Julieta.

- Sí, yo creo que es buena hora, así a las once ya estamos allí – dije yo.

- Dale, ahora llamo. Bueno Urtizbealvo, las para que sigan con lo suyo – dijo Justina guiñándonos un ojo - pero recuerden que esta vez entré yo, pero podría ser cualquier otra persona...-

- Gracias Jus, nos vemos luego – le dije yo.

- Viole, ¿nos estamos arriesgando demasiado? –me preguntó Julieta.

- No sé Juli, yo no tengo nada que perder, creo que vos sos la que tiene que pensar más eso... aun así creo que no es momento de que tengamos esa conversación aquí – le dije yo, un poco nerviosa.

- Sí, tenes razón pero sabes que llegará el momento en el que tendremos que hablar ¿no? – me preguntó.

- Sí, lo sé – le dije con resignación.

Nos tomamos el café mientras nos mirábamos y hablábamos de cualquier cosa, con Juli el tiempo siempre se me pasaba volando.

- Juli no sabes las ganas que tengo de besarte – le dije yo, mientras no quitaba mis ojos de sus preciosos ojos verdes.

- Yo también Violeta – me dijo ella.

- Prométeme que mañana por la noche me lo compensarás – le pedí yo – y de verdad que no estoy pidiendo nada sexual, simplemente quiero sentirte ahí conmigo y poder disfrutar un poco de ti... -

- ¿No quieres nada sexual, Violeta? – me dijo ella jugando.

- Contigo siempre quiero linda, pero no sé si mañana será lo más adecuado, ya veremos... pero con tenerte un ratito para mi sola, me conformo – le contesté yo.

- Te compensaré mañana y recuperaremos el tiempo perdido estos días – me contestó Julieta mientras venía a darme un abrazo.

Esta vez fui yo la que me deje embriagar por su aroma, sentir el calor de su cuerpo siempre me hacía sentir bien pero no tardó en separarse.

- Me tengo que ir a clase, nos vemos mañana a la mañana – me dijo ella.

- Juli, si quieres mañana paso a buscarte con el auto porque no creo que vayas a venir con tu pequeña y dejarla aquí todo el fin de semana – le ofrecí yo.

- ¿De verdad harías eso por mí? – me preguntó emocionada.

- Obvio, no me cuesta nada. Mañana a las ocho paso a buscarte – le dije.

- Te estaré esperando – me contestó, dejándome un fugaz beso en los labios y desapareciendo por la puerta del aula.

Terminé las clases y me fui directa a casa para preparar todo lo que me tenía que llevar. Hice una mochila con toda la ropa y los objetos necesarios, era un fin de semana por lo que tampoco hacía falta que llevara muchísimas cosas. Me llevaría mi guitarra personal, no la de la escuela, así que busqué su funda para guardarla. Realmente ya tenía todo preparado, decidí darme una ducha para relajarme e irme a dormir temprano, porque no sé qué tal dormiría estos días en el suelo y con Julieta...

Al día siguiente no tardé nada en prepararme y ya tenía todas las cosas listas para dejarlas en el auto. Cuando terminé con eso, me puse el abrigo y fui a buscar a Julieta a su casa. No tuve ni que llamar porque ella ya estaba en la puerta esperándome con una sonrisa de oreja a oreja. Me bajé para ayudarle a subir las cosas al coche y nos dirigimos camino del instituto donde nos estaban esperando todos los demás. La aventura estaba a punto de comenzar.


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