10. WINTER LULLABY

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Paul Rovia no se presentó a la cena por no encontrarse con Zack. Daryl Dixon no fue a cenar por no ver a Paul cenando con su nuevo chico.

Para los que sí cenaron y notaron su ausencia, supusieron que estaban juntos dándose la bienvenida luego de dos semanas separados, e intercambiaron miradas lisonjeras que Zack y otros novatos no entendieron ni relacionaron con los ausentes.

Daryl no culpaba a Paul, de algún modo casi altanero, lo entendía, él no era el tipo de persona con la que alguien quisiera pasar el resto de su vida, mucho menos alguien tan alborozado como el castaño.

-Daryl, su majestad llama a una junta "discreta" en quince minutos en la caballeriza -dijo Colin que lo encontró por casualidad en el parque mientras buscaba pasar el mensaje de Ezekiel a una lista de personas que tenía anotadas en un trozo de papel.

A decir verdad, Daryl estaba consciente de que él era un poco de su madre, su padre y Merle, y ninguno de los tres era una buena referencia; él mismo no habría querido compartir el resto de su vida con ninguno de los tres, y de haber podido tampoco compartiría la vida consigo mismo.

Por algunos años quiso creer que era mejor que ellos tres, luego se había enojado por una estupidez y le había gritado a Rovia, y aunque creyó que no sería para tanto, al parecer sí que lo había sido.

Dejó a Rovia por dos semanas, tiempo suficiente para que alguien se fijara en él y Rovia se interesara también. ¿Por qué no? Paul se había fijado en Daryl Dixon en menos tiempo que eso, ¿cierto?

Fue pensando en todo aquello mientras se dirigió a la caballeriza donde ya había seis personas más.

Se fue a un rincón y se sentó en una paca.

Diez minutos después estaban reunidos todos los que tenían que estar, con Ezekiel y Barbara al frente en un podio improvisado, llegando por último Rovia, quien se sentó en silencio frente a Daryl mirando el techo sumido en sus propios pensamientos.

-Hace tres años comenzamos algo -empezó Ezekiel.

Y fue todo lo que escucharon Daryl y Jesús, el resto de la junta se quedaron en su mundo de ideas y recuerdos, aunque el castaño estuvo vagamente consciente de que estaban explicando a los soldados lo que estaba ocurriendo allá afuera en esos momentos, los planes de Rick, el apoyo a Hilltop y los preparativos para que un par de tropas fueran como avanzada en representación de El Reino. Por lo demás, no hizo más que estar al tanto del silencio de Daryl a sus espaldas y preguntarse en qué estaría pensando en esos momentos; sus pensamientos fueron interrumpidos cuando ya se repartían las labores nuevas.

Barbara, con voz cantarina, repartía deberes, y en cierto momento dijo que "Rovia y su novio se encargaran de ir a la bodega para traerles los libros de cuentas".

-Están en el cofre de la dirección -aclaró Ezekiel.

Rovia se levantó y caminó a la puerta, el silencio que lo acompañó unos instantes lo aturdió tanto como el sonido de pasos que fueron luego tras de él. Esos pasos que lo siguieron afuera causaron en el salón un silencio total.

Al ver que Paul se levantaba y salía solo, Zack creyó entender que la mujer hablaba de él, probablemente suponiendo que ya eran pareja o quizá porque había escuchado algún rumor de la obviedad de que a Zack le gustaba Paul.

Cuando Zack se levantó para seguir a Paul, Dixon levantó la vista, los miró caminando hasta salir de allí, y perdió la mirada en cualquier otra parte mientras todos lo volteaban a ver a él, y Barbie se cubrió la boca entendiendo que había metido la pata sin querer.

Susurros en el EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora