25. OLD SPOOKY

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-¡RICK!

El grito subió como un bramido y atravesó el muro, las antorchas que iluminaban sobre las columnas y todo alrededor de la muralla dejó ver a la espeluznante figura de aquella mujer con el rostro podrido y vestida con un blusón blanco lleno de porquería.

-¡RICK GRIMES, DEVUÉLVEMELA! ¡¡RICK!!

Era entrada la noche, algunos minutos antes del cambio de guardia de las once: Dixon y Jesús ya se disponían a volver a su casa y ceder el lugar a Aaron y al propio Rick, que llegaban desde la plaza central, cuando Paul vio la solitaria y siniestra figura de la mujer subir por el camino hasta la entrada principal para enseguida ponerse a gritar.

Rick trepó a donde seguía la pareja, junto con Aaron, y asomó la cabeza para encarar a la mujer.

-¡MI HIJA! ¡DÁMELA! -Había transcurrido una larga semana en la que Lydia aseguraba que estaría debatiéndose entre su orgullo y su deber de madre-. ¡AHORA MISMO O TE ARREPENTIRÁS!

-No puedo -respondió Rick, más bien sereno-: Es decir, puedo, pero no voy a hacerlo. Tú la corriste y ella vino a mí-. En realidad fue a Carl, pero para el caso daba lo mismo, se dijo Rovia.

-¡ME DA IGUAL, ENTREGAMELA O TE ARREPENTIRÁS!

-Ella no quiere irse -siguió el sheriff intentando razonar; comprendía que Alpha se hubiera tomado su tiempo, a veces un líder tenía que decidir entre ser el jefe que buscaban todos o el padre que necesitaba un hijo, y cuando ambas cosas no podían empatar... -Sé que te preocupa, eres su madre, es tu hija, Alpha.

-¡TÚ NO SABES NADA! ¡No entiendes nada!

Rick se miró el muñón del brazo derecho y se dijo que, de hecho, sabía tal vez más que la propia Alpha, comprendía mejor que nadie lo que era vivir para no morir, matar para no ser asesinado, perder gente, perder una mano, hacer lo que sea por los hijos, por la familia...

-Aquí tiene casa, cama, comida, escuela, cobija, ropa, médico, tiene todo. Está sana y salva, y podrá enamorarse y casarse y tener su propia familia un día...

-¡NO! La tienes de rehén, no creas que no lo sé.

Negan se lo había advertido, así era como Rick jugaba sus cartas.

-Aquí estará mejor que contigo, nosotros cuidaremos de ella.

-¡NO, MIERDA, NO!

-Y todo lo que tienes que hacer para asegurarte de que la chica tenga todo lo que un padre puede querer para sus hijos, todo lo que tienes que hacer es coger a tu gente y largarte-, por supuesto que Lydia era una moneda de intercambio, podía cambiarla por Negan o por la paz. Chris y Daryl habrían preferido a Negan, Aaron y Rovia no querían la paz con los Susurradores, no así, no hasta que ella y Beta estuvieran muertos.

-No iré contigo, madre -dijo Lydia trepando al corredor del muro-, me quedaré en Alejandría.

-¡NO! -bramó la mujer.

Pero no era su decisión, le dijo la chiquilla, ella decidía quedarse, era lo que Alpha había dicho que quería para ella, una casa, seguridad, comida, un poco de lo que había sido el mundo antes para evitar que Lydia se convirtiera en una especie de psicópata, y ahora la joven tenía lo que Alpha quería darle.

Con todo, ahora Alpha simplemente no podía estar de acuerdo, si dejaba a su hija ahí, Lydia sería apenas menos que una moneda de cambio con la que Rick le ordenaba marcharse, obedecerlo sin poder quejarse.

El asunto era que Lydia lo sabía y aún así decidía quedarse, ¿por qué?

La respuesta le vino enseguida, cuando Carl trepó y se puso al lado de la muchacha...

***

Alpha regresó trastabillando al bosque.

Había ido en plena noche para que su gente no lo notara.

Ante los Susurradores tenía que ser la líder, pero era verdad que, ante todo, era la madre. Como Rick, sin ella saberlo, había soportado y hecho todo hasta llegar allí para sobrevivir y hacer que su hija sobreviviera, seis años atrás, cuando Lydia era todavía muy pequeña... y ahora no tenía a su hija, la muy ingrata... ¿cómo se atrevía?

Regresó todavía más tarde y no fue directo a donde se juntaba su grupo, durmiendo ya entre los Podridos, permaneció aparte en un claro del bosque donde se arrancó la máscara con aire desesperado y se recargó en un árbol para poder llorar en paz.

No era una mujer joven ni guapa, llevaba la cabeza afeitada para poder usar la máscara de carne putrefacta con mayor comodidad.

Negan, sentado en un tocón jugando con su cuchillo, la miró un momento en silencio, clavó el arma en un tronco y fue hacia ella dándole unos golpecitos en la espalda. Alpha pareció incomodarse, quiso fingir que no lloraba, pero era tarde, el hombre la había visto y le dirigía una mirada firme, segura, arrebatadora como sólo él podía... y salvaje; se lo había advertido, le decían sus ojos, así era como Rick Grimes jugaba sus cartas.

Ahora Alpha estaba condicionada, si quería que su hija fuera feliz, que viviera segura y tuviera un futuro... la mujer y sus Susurradores tendrían que largarse. Era así, tendría que ser así, si Alpha decidía ser la madre antes que la líder.

-Para ser madre se necesita una hija -masculló él-. Para ser líder se necesita gente...

-Y yo ya no tengo hija -comprendió Alpha-, pero tengo gente... mucha más que Grimes, más y peor. Se lo dije, se arrepentirá y yo no amenazo, jamás amenazo.

-Un líder no puede darse el lujo de amenazar.

La enorme mano del hombre se posó en su hombro y ella se sintió extraña, no de una forma sentimental, extraña... como si de verdad hubiera estado muerta todos esos años y de pronto ese toque la quisiera regresar a la vida, como si le dieran una descarga eléctrica. Cuando se había enterado de que Lydia estaba en Alejandría, Alpha había tenido una vaga ocurrencia de que su hija estaba a salvo allí y probablemente, sólo quizá, los Susurradores también.

Negan la había mirado a los ojos con aire intenso. Era verdad, le dijo, los Susurradores tenían ese ánimo sobreviviente que Rick buscaba en su gente, y probablemente la habría aceptado a ella y a todo su grupo, excepto, claro está, porque ella había matado al novio de la mano derecha de Rick Grimes y Aaron sería alguien que pediría su cabeza a como diera lugar.

Y Beta había acuchillado a Daryl Supermacho Dixon.

-El hermano de Rick, no fue una buena idea, de hecho, fue una pésima idea, no está muerto, eso seguro, de lo contrario ya nos habríamos enterado. Rick Grimes está loco, es capaz de mandar a quemar el bosque entero si le matas a su hermano, ¿sabes?, y si no él, el chico de Daryl vendría y nos cazaría y nos matará a todos de ser necesario. Ya te lo digo, todos son de esos, están locos... y ahora tienen a tu hija.

Eso se lo había dicho Negan unos días atrás, y ahora Alpha sabía que era verdad; Rick la había puesto contra la pared y le tocaba a ella elegir. Su hija o su gente. Y Negan también acababa de darle la respuesta, Alpha ya no tenía hija...

Susurros en el EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora