Caminamos en silencio hasta mi auto mientras ella revisaba algo en su celular, era imposible no mirarla mientras contoneaba sus caderas, aquel pantalón le quedaba demasiado bien lo cual era una tortura para mis ojos. Yo no era de las que me lanzaba primero, me gustaba la atención y eso implicaba el no tener que hacer algo para obtenerla.
-¿Eres de aquí? - Pregunté para romper el silencio incomodo
-No, de Colombia - Respondió secamente absorta en sus pensamientos
-Umm... ¿Y ya habías venido antes a Miami? - Quise saber antes de entrar al auto
-Un par de veces - Dijo sin darle mucha importancia, luego se subió al auto. Alguien necesitaría un poco de alcohol esa noche
Le envié un texto rápido a Melannie para informarle que ya iba en camino antes de arrancar el motor y salir de la mansión. Aquella chica era de pocas palabras y eso me estresaba, no me gustaba estar en silencio tanto tiempo por lo que busque música en la radio hasta que encontré 'Lonely night' y comencé a tamborilear los dedos en el volante mientras tarareaba la letra. La chica parecía una puta estatua sentada en el asiento del copiloto por lo que no pude contenerme más.
-¿Siempre eres tan aburrida? - Pregunté mirándola
-¿Y tú siempre eres tan entrometida? - Contraatacó sin mirarme - Y por favor pon la vista en la carretera
-¿Qué puedo decir? - Respondí riendo - Me gusta meterme en muchas partes - Volví la vista a la carretera
-Pues espero que no te metas en las mías - Dijo mirando por la ventana, no me gustaba esa actitud, no me gustaba que me ignoraran
-Pues no sé... - La miré sonriendo - Es que verás, yo me meto en lo que quiera
-¡Uy! No me digas - Se giró para mirarme simulando estar preocupada, apreté fuerte el volante
- Ya verás como no podrás sacarme de tu mente - La miré fijamente, pero su rostro no mostró ninguna emoción
-¿Eso es un reto o una amenaza? - Preguntó elevando una ceja
-Un hecho - Dije y presioné aún más el acelerador
Después de aquella grata discusión no volvimos a hablar, esa chica era una bruja amargada que se tragaría sus palabras, nadie había podido huir de mí, siempre conseguía lo que quería y esa no iba a ser la excepción.
Al llegar a la casa de Melannie, nos miramos un par de segundos, pero no dijimos nada, luego le contaría en la fiesta sobre la nueva huésped de mi hogar.
Mi amiga saludó a Natalia y ésta le respondió el saludo sin mirarla. Suspiré y rogué porque esa noche no fuera estropeada por doña amargada, tal vez la idea de mi padre no fue tan buena como pensaba.Una vez que llegamos a la enorme casa, bajamos del auto en silencio, Melannie se acercó a mí pidiendo una explicación, pero no podía hablar delante de la chica, así que nos adentramos en el gran salón esquivando cuerpos sudorosos que no paraban de moverse al ritmo de la música. Conocía a la mayoría de personas que se encontraban en el lugar por lo que recibí una gran cantidad de saludos y elogios. Aquello hizo que mi humor mejorara un poco, estaba en mi mundo, pero sólo faltaba algo para seguir con la fiesta así que me alejé discretamente mientras le dije a mi amiga que cuidara de Natalia. Después de pasar por la piscina, caminé a una de las zonas más alejadas de la casa, me senté en un pequeño muro y encendí un pequeño cigarrillo, unos minutos después ya me encontraba de muy buen humor y estaba lo suficientemente relajada para disfrutar de la fiesta. Caminé de vuelta a la casa buscando a las chicas pero en cambio me encontré con Nathan quien me saludó de una manera muy efusiva, por lo que deduje estaba algo ebrio.
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Juego de Adicciones
Teen FictionJulianne, chica rebelde, conflictiva, adicta al alcohol, al sexo y a la marihuana, tremendamente sexy y amante del control, el prototipo perfecto de la chica imperfecta, pero eso a ella no le interesaba, lo único importante en su vida era divertirse...