Juego de Adicciones

CAPITULO 14: Tarde de chicas

Luego de la dramática película vivida hacía dos días, el ambiente había vuelto a la normalidad. Como era de costumbre mi padre no se había dejado ver por la casa, Martha no había hablado del asunto y Melannie sólo hablaba del chico que había conocido en la reunión y de lo bien que se movía en la cama. En el instituto los profesores se habían puesto de acuerdo para hacernos sufrir por lo que en ese pequeño periodo de tiempo me la había pasado escribiendo, leyendo y maldiciendo a todo mundo. No había tenido tiempo para salir y eso ya estaba comenzando a afectarme, la relación con Erick parecía ir de mal en peor y esto gracias a que cada vez se acercaba más a Natalia, sin embargo no todo era tan malo, desde el incidente con los violadores y del heroico rescate, la complicada situación con la chica había dejado de ser complicada, ahora ya podíamos estar a un metro de distancia y no insultarnos o golpearnos, esto sin agregar que teníamos conversaciones civilizadas. Al parecer que quisieran violarme no era del todo tan malo.

El timbre que finalizaba las clases en el instituto sonó y todos comenzamos a guardar nuestras cosas, aquel día no habían dejado más trabajo por lo que podría relajarme y planear algo para matar el aburrimiento. Afortunadamente ese día Erick no se había aparecido en el instituto por lo que tenía vía libre. Al llegar a mi auto, me recosté junto a éste y me puse a esperar a que saliera Natalia, lo que tomó unos eternos diez minutos, aquel día iba vestido con un jean que le llegaba un poco más arriba de los tobillos, una blusa blanca con mangas largas la cual dejaba al descubierto una parte de su abdomen y converse a juego. La llamé entre la multitud y afortunadamente me escuchó, caminó despacio hacia mí en lo cual aproveché para admirarla un poco sin que lo notara.

-¿Pasó algo? – Dijo algo preocupada

-No, nada, sólo quería invitarte a dar una vuelta, la verdad es que no he tenido tiempo de agradecerte por lo que hiciste la otra noche y me gustaría...

-No es necesario – Dijo rápidamente antes de poder terminar – No tienes que hacer nada, con un gracias es suficiente

-Pues para mí no lo es – La miré directamente a los ojos para que entendiera que no aceptaría un no por respuesta – Sólo vamos a dar una vuelta, prometo no matarte – Le sonreí haciendo que ella hiciera lo mismo

-Está bien – Dijo haciéndome saltar de la emoción interiormente

Conduje en silencio mientras las canciones de la radio opacaban la incomodidad del ambiente, no estaba acostumbrada a tener a Natalia tan cerca sin decir nada, al menos no nada hiriente y lo último que quería era estropear la tarde de chicas que tendríamos en el centro comercial, así que lo mejor era no decir nada. No estaba segura de lo que a ella le gustaba hacer pero al menos podría intentar hacerla pasar una tarde divertida y libre de discusiones.

Mientras nos acercábamos a la zona de comidas estuvimos mirando las vitrinas de los locales y haciendo algún comentario divertido de alguna de las prendas extravagantes que estaban de moda, para ser honesta no me pondría algo como eso ni porque me pagaran un millón de dólares y Natalia estaba totalmente de acuerdo con eso. Entre risas llegamos a un Subway donde decidimos almorzar, ambas pedimos un delicioso sándwich de pavo y una refrescante gaseosa de manzana, nos lo comimos en un incómodo silencio, no sabía qué decir, presentía que si abría la boca terminaríamos por detonar una bomba nuclear; tal vez invitarla a salir no había sido tan buena idea. Terminamos y por unos segundos no supimos qué decir o qué hacer, mirábamos a las personas pasar a nuestro alrededor, sintiéndome estúpida mientras las manecillas del reloj seguían avanzando.

-¿Y esto es lo que sueles hacer cuando sales con tus amigos? – Preguntó con una leve sonrisa en su rostro

-Pues para ser sincera... - Dije mirándola fijamente a punto de reír – No, esto es un asco, podría traer una almohada y dormirme aquí mismo