Si no tomaba algo en aquel instante, la cabeza me iba a explotar, estaba segura de eso. Me removí en mi cama aun con mi cuerpo adormecido, no recordaba muchos detalles de la noche anterior pero sabía con seguridad que la había pasado de maravilla y no fue solo por el alcohol y la música, la compañía también ayudó mucho, en especial la de Natalia y sus grandiosas habilidades para volver mi mundo un tanto más... picante. Sonreí al recordar sus manos recorriendo mi piel y sus dientes mordiendo mis labios. Con aquel recuerdo abrí lentamente mis ojos, temiendo que la luz del sol penetrara fuertemente por aquel enorme ventanal ya que seguramente había olvidado poner las cortinas al llegar, pero me percaté que toda la habitación se encontraba a oscuras. Me senté en la cama con la cabeza entre mis manos, toda la superficie me daba vueltas y temía vomitar las blancas sabanas que tendían mi cama. Miré de nuevo hacía el ventanal. No recordaba haber cerrado las cortinas, es más, estaba casi segura no haberlo hecho. Me quedé mirando la fina tela que me protegía del sol por varios minutos, mi mente parecía haberse quedado sin batería, no estaba pensando nada en concreto pero aún seguía despierta, o al menos algo así. No aparté mi vista hasta que un ruido, en lo que parecía ser el primer piso, me sobresaltó. De mala manera me levanté de la cama y caminé hasta el baño. Lo primero que vi al entrar fue mi asqueroso rostro reflejado en el espejo, no tenía buena pinta, el maquillaje estaba totalmente corrido, el cabello estaba revuelto, los labios hinchados y si abría la boca... No recordaba haber comido un muerto en aquella fiesta. Sin pensarlo, eché agua fría en mi cara y procedí a cepillarme los dientes, no sabía lo que haría ese día pero no pretendía quedarme acostada en la cama hasta el otro día.
Me duché y me organicé, o al menos eso quise tratar, no tenía ganas de ponerme la típica ropa incomoda y apretada que solía usar, es más, no pretendía usar ropa, me quedaría en vestido de baño todo el día. Tal vez si me ponía a hacer algo de ejercicio, me olvidaría de aquella resaca y terminaría el día con mejor cara. Luego de ponerme las piezas del traje de baño, me cubrí con un delgado vestido azul marino, unas sandalias y salí al encuentro con la realidad.
Al entrar a la cocina lo primero que mis sentidos detectaron fue un agradable olor de lo que parece ser tocino. Avancé hasta la isla donde reposaba un apetitoso plato con pan, huevo, fruta picada, el delicioso tocino y un vaso con jugo de mango. Nadie se encontraba en la cocina y no había visto a nadie cerca por lo que procedí a servirme, me estaba muriendo del hambre y no iba a perder tiempo preguntando.
No me había dado cuenta de la magnitud del hambre que tenía hasta que encontré el plato totalmente vacío. Debía admitir que mi estómago aún tenía espacio suficiente para otro plato, pero podía sobrevivir con lo que había comido. Subí de nuevo a la habitación a cepillarme de nuevo los dientes y por el móvil que había olvidado en la mesita de noche. Llamé a Melannie quien sorprendentemente me saludó con un agradable insulto puesto que la había despertado, no pasó mucho luego de eso, cuando su humor cambió drásticamente gracias a sus maravillosos recuerdos de la fiesta y a su inconfundible escena de las tijeras. Me acribilló en preguntas por casi una hora y solo pude responderle con evasivas, la chica no estaba conforme pero no podía hacer más, yo no pretendía revelarle toda esa información de Natalia por teléfono, tal vez le contaría algunos detalles cuando nos volviéramos a ver, tal vez.
Al colgar, bajé para buscar una distracción de aquella terrible aburrición y me encontré con nada más ni nada menos que con Natalia nadando en la piscina con un tentativo vestido de baño negro de dos piezas. Sonreí al imaginarme las miles de maneras que tenía para arrancarle aquella tela de su cuerpo. La contemplé por unos segundos más antes de revelar mi ubicación.
-¿Con calor? - Pregunté curiosa mientras me acercaba a la orilla de la piscina. La chica se sobresaltó y se giró rápidamente
-Julianne... - Me lanzó una mirada que no pude descifrar pero que provoco en mí un sinfín de sensaciones - Sólo estaba dando un chapuzón para... relajarme
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Juego de Adicciones
Novela JuvenilJulianne, chica rebelde, conflictiva, adicta al alcohol, al sexo y a la marihuana, tremendamente sexy y amante del control, el prototipo perfecto de la chica imperfecta, pero eso a ella no le interesaba, lo único importante en su vida era divertirse...