23. Tu lugar

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-¡Natsume! - Escucho una voz que lo llamaba y vio a Sakura abrir la puerta de cristal de su balcón mientras corría hacia él, intento ponerse en rodillas para no dar una imagen tan lamentable pero no lo logro, la castaña puso sus manos sobre sus hombros mientras lo ayudaba a levantarse - ¿Qué te paso?

Cuando lo ayudo a quedarse en el sillón Natsume la fulmino con la mirada. - Nada que te importe lunares. - Ella solo agacho la mirada mientras se dirigía a la cocina, saco un balde con agua tibia, sal y toallas, mientras lo miraba firmemente. - ¿Qué quieres? - Dijo enfadado.

-Quítate el abrigo de la escuela. - Dijo mientras se sentaba a su lado en el sillón. - Debes de tener una herida en el brazo. - Natsume soporto el tiempo posible para no cabecear mientras negaba con la cabeza.

-Solo vete lunares, esto no tiene nada que ver contigo. - La chica se quedó quieta y lo pensó un momento.

-Cierto. - Dijo, después de un momento y Natsume pensó que se iría. - Pero no puedo dejarte solo con esa herida. - Le tomo la mano con una fuerza increíble para una niña de ese tamaño. - Muéstrame.

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Natsume se quitó el suéter negro de la escuela y Mikan descubrió una herida profunda en el hombro parecía que lo habían apuñalado, mezclo el agua con la sal y empezó a distribuirla por toda la herida para dejarla limpia, en algunas ocasiones encontraba pedazos de vidrio enterrados en su herida los intentaba sacar con cuidado pero aun así debía ser muy doloroso, Natsume no se quejó por nada.

-Natsume. - Dijo ella, el chico solo la miro dando a entender que la estaba escuchando. - ¿La clase de habilidades peligrosas tuvo una misión? - El asintió mirándome, estaba respondiendo a mis preguntas por lo que no pude evitar emocionarme pero él no debía notarlo por lo que me concentre en su herida, disimulando el interés que tenía. - ¿Por qué estás en esa clase?

El me miro cínico poniendo su sonrisa de superioridad - Como si alguien quisiera estar en esa clase por propio gusto. - Natsume siguió viéndome mientras pensaba cómo manejar la situación.

-Natsume si no te gusta... ¿Por qué nunca escapaste? - Dije siendo sincera, había terminado de limpiar su herida y nerviosa solo apretaba la toalla ensangrentada en mis manos. - Creo que tuviste muchas oportunidades, en especial cuando atacaste la AAO...

El por primera vez no me miro. - Tú ¿Por qué no escapaste de la AAO?

-No era fácil. - Dije levantando por fin las cosas que había sacado de la cocina. - Esas personas conocían toda tu vida, a tu familia. - Después de un largo silencio decidí que no podía hacer más. - Natsume, debes vendar esa herida. - Dije levantándome para dirigirme a la puerta del balcón.

-No es fácil...salir de la clase de habilidades peligrosas. - Dijo el, antes de que yo saliera totalmente del cuarto, cuando voltee él ya estaba bajando las escaleras, cruce el balcón temblando y entre en mi cuarto viendo las compras que había hecho hoy en el festival cultural, colocándome las orejas de conejo que hasta hace poco me gustaban mucho ¿Cuántas cosas hermosas podían hacer los Alice? Pensé en ese momento, pero colocándome en frente del espejo solo vi a una niña con orejas de conejo y el suéter ensangrentado (Vaya contraste de mundo pensé en mi mente) que temblaba no sé si de miedo o de coraje. Si había entendido bien Natsume también hacia esto por su familia.

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