48. Tipo de vida

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¿Quién no ha jugado a las atrapadas? Es un juego simple, divertido y con demasiadas versiones. Mikan se recordaba a si misma jugando a las atrapadas en su pueblo natal junto con varios niños que rondaban su edad, aunque ahora veía la injusticia del juego, el que atrapa a los demás niños siempre la tiene difícil, más si se es pequeña y llorosa como la pequeña niña que observaba ahora, aunque ella no se sentía muy diferente, era esa pequeña niña llorosa en una versión más grande que había faltado a la escuela con el pretexto de no sentirse bien y ahora se encontraba sentada en el pasto desvelada por sus pesadillas al ver como la mataban, viendo a los niños de la clase A de primaria jugando a las atrapadas con una coleta firmemente atada en la coronilla de su cabeza pues en el extremo derecho su cabello había desaparecido considerable, suspiro sintiéndose completamente miserable.

Pero al instante escucho otro suspiro, uno más pequeño y malhumorado, Youichi se sentó encima de sus piernas mientras volvía a suspirar, Mikan sonrió mientras colocaba su cabeza sobre los mechones de cabello castaño de Youichi. - ¿Así que tú también lo pasas mal? - Dijo mientras el temperamental Youichi le dedicaba una de sus fulminantes miradas sin darle ninguna respuesta, a sus cinco años Youichi ya era un niño impaciente y malhumorado que hacia las muecas más adorables y las miradas de odio más tiernas que Mikan había visto jamás, a veces el parecido con Eiichi le rompía el corazón y más cuando el niño ponía esa mirada seria. - Aunque creo que esa niña lo está pasando peor ¿No crees? - Dijo señalando a la pequeña de cabello negro que intentaba atrapar a los otros niños de la clase A sin lograrlo.

-Hitomi me molesta. - Dijo con su pequeña vocecita angustiada.

- ¿Hitomi? - Pregunto ella mientras veía bien a la niña, sus zapatos de charol rojos con brillantes, eran hermosos, su uniforme le quedaba grande y eso que era diminuto, con el cabello corto y un poco rizado sobresalía entre los demás niños que gritaban "La lepra" cuando ella se acercaba.

Youichi asintió señalando a la niña que parecía ser de su edad. - Y si ellos la molestan pronto vendrá llorando hacia acá. - Y aunque Mikan no le creyó, la niña pareció tener un sexto sentido cuando se trataba de Youichi porque se acercó llorando, la pequeña tenía unos enormes ojos grises con motas de lo que a Mikan le pareció un castaño fuerte rodeados de enormes pestañas negras, sería una muchacha hermosa y ahora entendía su nombre (Hitomi=ojos bonitos), la niña se arrojó hacia Youichi que aún se encontraba entre sus piernas y aunque Youichi hizo una mueca de asco, le palmeo la cabeza como si fuera su desconsolada mascota menos favorita haciendo un berrinche.

La niña la miro curiosa y Mikan se sorprendió al descubrir que sus ojos también eran muy expresivos y demostraban tanta tristeza que no se contuvo y le dijo. - ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

La niña meneo la cabeza mientras sus ojos se enrojecían. Mikan conocía esa sensación, cuando quieres llorar, pero luchas tanto por evitarlo que hasta temes hablar porque así escaparan las lágrimas, así que Youichi contesto. - Los nuevos le dicen la lepra porque ella no controla su Alice y varias cuidadoras se han enfermado.

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