El Origen

67. Fee fa fo fu

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-El chico sol ¿Qué es tu par? – Pregunto Tatsuma, pensativo mientras sostenía la nota. – Supongo podremos confiar en él. – Dijo mientras volvía a leer y arrugar la nota, pensativo.

-Hotaru. – Dijo Mikan y las lágrimas se comenzaron a resbalar por su rostro.

-Mikan. – Esta vez fue Kai, quien coloco su mano sobre su hombro tranquilizadoramente.

- ¡No! – Grito ella retirando la mano del chico. – El agujero de los Alice ¡Ella no puede entrar ahí! – Aoi miro en todas direcciones nerviosamente mientras la mirada de Mikan se nublo por las lágrimas.

-Mikan, si la hubieran sacado de la Academia hoy sería distinto. – Dijo Tatsuma tomándola con fuerza por los brazos. – Estoy seguro que si Kounji la vendió fue por lo que paso con el incendio, ella debe llevar un mes dentro de Rusia, no podemos ir por ella no ahora. – Mikan se quedó sin habla y lo tomo también por los hombros queriéndole dando a entender que aun así quería ir por Hotaru, el chico sonrió.

Y Mikan encontró el valor para soltar en un ronco susurro. – Vamos...por favor. – Estaba segura que estaba soltando mocos y todos parecían ansiosos por correr en la dirección contraria. – No debí dejarla, debió venir con nosotros... - Tatsuma la atrajo a sus brazos.

-Hiro, las cosas. Aoi prepara a Daiki para irnos. Kai ¿Tu padre esta advertido? – Kai soltó un seco si, era obvio pues todas las personas del agua habían desaparecido. – ¿Crees que nos abran camino?

-Les diré. – Comento Kai, antes de hacer poco ruido al caminar.

-Mikan escúchame. – Dijo colocando las manos en su cabello intentando desenredarlo. – Arrepentirse no sirve de nada. – Mikan le enterró sus uñas en los hombros, enfadada por su comentario, el no entendía. – Cuando la AAO cayo pensé... ¿Por qué no te saque antes? Podría haber vivido escondido junto a ti, incluso podría haber sacado a Ume y Kai, hasta haberlos soportado. – El rio un poco y Mikan sonrió un instante. Tatsuma y Ume eran dos expertos en la AAO, habían vivido entre tanta desconfianza que estaba segura que nunca confiarían uno en el otro, ella se separó de él viéndolo a los ojos. – Pero no lo hice, son cosas que pasan y tienes que aceptarlas. No te digo que te rindas, solo te digo que esperes porque si es lo que quieres hacer, yo te ayudare.

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Las personas del agua eran eficaces al escapar, demasiado para el gusto de Tatsuma. Los habían sacado en poco tiempo y ayudado a cargar con Hiro y su pierna mal herida. Mikan y Aoi iban al frente, Aoi alerta y Mikan aferrada a ese peluche que a su vez se aferraba al cuaderno blanco, no podía negar que había leído algunas páginas, pero se había quedado con más preguntas que respuestas. Llegaron a los trenes de Japón y cómodamente fingieron ser personas normales mezclándose en la multitud, hasta que Kai se detuvo, Mikan no se rindió y lo volvió a tomar de la mano adentrándolo en el tren.

-No, Mikan. – Dijo el muchacho rubio.

Mikan suspiro fuertemente, Tatsuma sabía que la niña amaba demasiado a sus personas cercanas y separarse de ellos era un fuerte golpe. – Vamos. – Dijo arrastrando a Daiki, Hiro lo tomo por el otro brazo buscando un lugar donde Daiki estuviera cómodo, Aoi que usualmente solía obedecer sus órdenes se quedó atrás. – Vamos Aoi. – Repitió Tatsuma, la niña lo miro con melancolía, esa fue la primera vez que Tatsuma sospecharía que Aoi sentía algo por Kai, la niña lo siguió con una mueca y mirando varias veces hacia atrás.

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- ¿Por qué siempre se tienen que ir sin mí? – Dijo Mikan, sabía que estaba siendo infantil ¿Acaso ella misma no quería buscar a sus padres?