60. De principio a fin

63 4 13
                                    

--------------------*-------------------

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

--------------------*-------------------

Mikan por primera vez sentía que controlaba la situación, pero su visión se empezó a empañar, sus ojos se sentían cansados y sintió una especie de corriente eléctrica atravesarla, como si alguien revolviera todo en tu interior, la mano le dolía y sus ojos desenfocaron a Luna que parecía cada vez más pálida, sus manos y piernas ya no pataleaban descontroladamente. Sintió sus propias manos y piernas pesadas como si perdiera su energía... pero de golpeo todo regreso, en ese momento se dio cuenta de que estaba conteniendo el aliento, se llevó una mano a la garganta y una enorme piedra negra reboto en el suelo, a solo unos pasos de ella. Negó con la cabeza aturdida.

- ¡Mikan! Es hora de irnos. – Tatsuma estaba entre la multitud, que permanecía quieta hasta ese momento casi como si hubieran sido hechizados por como las piedras oscuras salían de todas esas personas, pero el hechizo no duro mucho la voz de Tatsuma pareció romperlo, pues varios lo señalaron reconociéndolo de los carteles que se encontraban por toda Academia. Mikan escucho el grito de alguien que dijo "Las organizaciones nos atacan" y después de eso todo fue confusión y terror, algunos corrieron a refugiarse dentro de la Academia, otros con algo de valentía los encararon, algunos en pánico buscaban a otras personas perdidas entre la multitud, aun mas importante las personas a las que Mikan les había extraído las piedras Alice se encontraban indefensas en el suelo, algunos ya había sido pisoteados y entre las piernas de las personas, Mikan podía ver sangre, escuchar pequeños gritos de personas que caían al suelo, se abalanzo sobre el cuerpo de Luna y busco con la mirada a Tatsuma o Kazuo, nada, no podía ver a nadie, alguien piso su mano y otra persona tropezó con su cuerpo hiriendo su cabeza pero Mikan se negaba a quitarse de encima de Luna. Una mujer se inclinó en el suelo al lado de ella, llevaba consigo la gran piedra negra que había sacado de Luna, le sonrió y dijo. – ¿No deberías estar corriendo hacia la puerta? – Mikan la miro confusa, no era alguien que conociera, era una mujer con un cuerpo hermoso y el cabello negro hasta la barbilla, una herida en la cara a la altura de las mejillas le que indicaba que también fue aplastada pero aún más importante tenía unos brillantes ojos rojos. – Yo me quedare con ella. – Dijo la mujer señalando a Luna, Mikan dudo por un momento, pero asintió mientras se ponía de pie, le dedico una última mirada a la mujer y Luna, y echo a correr entre la gente, abriéndose paso y empujando cuando las personas no la dejaban pasar.

--------------------*-------------------

Kaoru Hyuuga se quedó en el suelo mirando en su mano derecha la enorme piedra negra que Mikan había sacado de Luna y en la mano izquierda la pequeña piedra que había salido de ella, era lo suficiente inteligente para saber que le había pasado, pues ya conocía el Alice de Luna, pero en realidad no recordaba nada, soltó un gran suspiro exasperada ¿Dónde estaban sus dos pequeños hijos? Kaoru era una mujer fuerte y sabía que no obtendría respuestas de la mente de nadie mientras todos estuvieran tan asustados y la situación tan caótica, así que Luna era su mejor opción, puso sus manos en la frente de la chica, pero antes de poder leerla, vio a un muchacho, el cabello negro y lacio que le gustaba despeinar y los ojos rojos que buscaban algo con urgencia, tembló por un instante ¿A dónde se fue el niño de 8 años que era su hijo? Porque ese muchacho que paso rápidamente entre la multitud no podía serlo, ...era demasiado grande. Y aunque Kaoru era una mujer fuerte en ese momento entendió el paso de los años y aún más el no poder haberlos pasado junto a su familia.

El OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora