56. Caducidad

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RECUERDEN

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RECUERDEN. CADA VEZ QUE APAREZCA UN PÁRRAFO SUBRAYADO Y EN CURSIVA, ES MIKAN VIENDO EL PASADO O HABLANDO SOBRE LA MIKAN DEL PASADO.

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-Mikan, tranquilízate. – Murmuro Mirai, era cierto algo le estaba pasando, pero ella simplemente no podía dejar de pensar en su hermano, en Tatsuma a punto de matarla, en Kristi llorando por Kai, en Natsume acabando con la barrera de la Academia, en Ume muerta por su propio Alice.

- ¡Mikan! – Grito Natsume, ella levanto la cabeza y vio pequeñas grietas en el cuarto y por primera vez sintió frió, en este lugar nunca había sentido frió excepto cuando Mirai la dejaba entrar en el pasado, se paralizo empezando a asustarse hasta que Natsume la tomo por ambos brazos, la abrazo haciéndola bajar al suelo, poco a poco, Mikan seguía confusa, pero se dejó tranquilizar y guiar por el chico.

- ¡Mikan! – Escucho un grito a través de una de las puertas a su espalda, Mikan y Natsume vieron como Hotaru cruzaba hacia el cuarto donde ellos estaban, aún tenía los ojos hinchados y le temblaban un poco las manos. Abrazo a Mikan sin notar a Natsume que se quedó allí rodeando a la niña con los brazos.

- ¿Qué te paso, Imai? – Pregunto Natsume, él había olvidado a Imai cuando esta desapareció.

-Me encontré conmigo misma. – Dijo ella misteriosa, a la vez que pasaba un brazo sobre sus llorosos ojos

-Lindo reencuentro, pero tenemos una cita con tu segunda vida. – Dijo Mirai mientras el cuarto blanco se transformaba, veían un paisaje amplio y demasiado verde. Un bosque, Mikan escucho algo detonar a sus espaldas y como si la hubieran llamado apareció su segunda versión, había ganado peso y su cabello había crecido pues parecía cosquillearle en el cuello, venia sucia, aunque no como la primera vez que la vio, los ojos llorosos cargados de determinación mientras empuñaba una espada de mango blanco, Mikan se acercó más, consciente de que conocía esa espada.

-Es de Tatsuma. – Dijo asombrada.

- ¡Mirai! – Grito la niña levantando la espada sobre su cabeza. – Por favor, ven aquí. – Pasaron unos minutos en los que su segunda versión veía confusa hacia todos los lados hasta que la determinación en su rostro se acabó mientras miraba a su alrededor. – Te necesito. – Susurro vencida.

Mikan se revolvió entre los brazos de Natsume y Hotaru, la Mikan que veía no solo parecía mas grande, pudo notar en su mano izquierda una fina línea rojiza, casi blanca. Eso significaba que ya había conocido a Arashi en esta vida y Mirai tenía razón, Arashi siempre se salía con la suya, pero lo más importante esa Mikan parecía conocer a Mirai.

- ¿Ya has hablado con ella? – Le pregunto.

- ¿Acaso no te dije que tú eras la más tonta de tus versiones? – Comento Mirai. – Tu segunda versión empezó a recordarme, empezó a recordar su primer vida. – Concluyo Mirai.

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