62. Dime tu deseo

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Mikan y el tiempo

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Mikan y el tiempo

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Cuando el fuego blanquizco termino no quedo nada más que un chico exhausto, por eso mismo él no se dio cuenta de la mujer que lo miraba con una mezcla de orgullo y preocupación. Kaoru Hyuuga se acercó sigilosa y cuando poso una mano sobre el hombro de su hijo, con su Alice solo sintió a un chico destrozado de varias maneras, su mente y su cuerpo eran un doloroso lio, pero ahora lo que más lo lastimaba era su corazón.

-Vete. – Dijo quedamente y la mano de Kaoru tembló ligeramente.

-Natsume. – Dijo Kaoru y el por fin la miro. – Oh, mi bebe por favor perdóname. – Sollozo ella, en ese momento, Natsume entendió que no hablaba con una mujer controlada por la Academia, si no con su madre, la de verdad, poco a poco fue correspondiendo al abrazo de la mujer.

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La gente de la Academia se encontraba en los alrededores, Kaoru limpio sus lágrimas y separo a su hijo, entendía la situación en la que estaban, aunque no tenía todos los detalles. – Salgamos de aquí. – Dijo tomándolo del brazo mientras se ponía de pie, su propia mente le gritaba miles de preguntas como ¿Cuál sería un buen lugar para esconderse? y ¿Dónde estaba su esposo? ¿Y Aoi?

-No puedo. – Dijo Natsume, Kaoru lo miro con curiosidad. – Yo solo estaba en la Academia por la culpa que sentía por tu muerte, después apareciste y mi meta fue recuperarte, pero ahora... - Natsume vacilo. Y Kaoru vio en la mente de su hijo una fogata y a una niña sonriendo a su lado, esa niña era idéntica a Yuka, era la niña que vio hoy, ella se enjuago sus propias lagrimas que volvían a salir intentando no sonreír por el recuerdo que vino a su mente de Yuka y ella, era como si el pasado se repitiera. – Tengo alguien a quien debo proteger. – Termino Natsume mientras miraba hacia las calles de Tokio.

- ¿Aunque ella no te amé? – Pregunto con un tono de burla pero a la vez con la incertidumbre de si su hijo sería feliz por ese camino.

-Aunque ella no lo haga. – Respondió Natsume sabiendo que su madre siempre tenía información de primera mano.

-Ok. – Dijo Kaoru mientras volvía a entrar por el agujero de la pared, Natsume quiso preguntarle porque se dirigían dentro de la Academia, el quería perseguir a Mikan. – La Academia es el mejor lugar para encontrarla ahora que se ha ido. – Le tendió la mano, era un gesto común cualquier madre con un hijo de 8 años lo toma de la mano al caminar, el problema era que Natsume ya no tenía 8 años y Kaoru sabía que había perdido cualquier razón o lógica para que confiara en ella por eso para ella no era cualquier gesto, si tomaba su mano se abriría esa puerta para que volvieran a ser madre e hijo. Natsume no vacilo y tomo su mano.

- ¿Por qué la Academia? – Pregunto Natsume, Kaoru no respondió de inmediato, ella solo quería agradecerle por tomar su mano. – ¿Por qué la Academia es el mejor lugar para encontrarla? – Pregunto Natsume más fuerte.

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