El segundo acto

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Cuando pensé que no podría ser mejor,
llegó una bola demoledora y con todo acabó.
Se llevó mi dicha y alegría,
arrebatándomela; al parecer no era mía.

Su brazo ahora te rodea
y yo sólo soy un dilema,
con miedos y preocupaciones,
una bolsa de basura que se descompone.

Pensé que era perfecto
y por siempre seríamos tú y yo,
pero un error llevó a otro
y hasta nuestro compromiso rompió.

Sí, acepto la culpa en esta balada,
por no seguir los pasos de la tonada.
Tengo pavor de perder lo que construimos,
y que de esos escombros, ya no haya edificio.

Sé que aún queda esperanza,
aunque casi imperceptible,
sé que aún tenemos confianza,
aunque casi invisible.

Por eso no me daré por vencido
y reclamaré lo que hemos vivido,
te tendré a mi lado una vez más
¿será que me podrás perdonar?

Y si no hay respuesta lo entiendo,
fui un tonto y lo merezco,
hay muchas vías que fueron equivocadas
y espero interceptarte en la indicada.

Pero hay una cosa y nunca la podrán negar,
de esto estoy seguro al compás,
que nada ni nadie puede ignorar,
lo que somos, no lo pueden borrar.

(The Writer)

Basado en "Glee"

¿Poeta, yo? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora