¿Poeta, yo? ©

Luces, cámara y acción

En vida me encuentro
caminando entre los muertos,
una sanguijuela en mi cuello
que no termina lo que empiezo.

Destellos, fama y fortuna,
son muy diferentes cuando los usas
y te apuñalan por la espalda
y te dejan sin nada.

Cuida bien tu firma, es tu única elección,
por más caídas que tengas, esa será tu bendición.
Victorias en las que sales perdedor,
derrotas en que eres vencedor.

Escucha mi consejo, pequeño ingenuo,
en esta jugada no vale la suerte sin el dinero,
oye buen consejo, escoge un buen camino,
porque aquí el pobre se viste de rico.

Arriésgate y ten miedo, el valiente está hecho de eso,
por más errores que desates aún podrás levantarte,
confía en tus instintos, en tus locuras, esa no será tu perdición,
lo será una vez que pierdas, en el juego, tu corazón.

Un cuerpo sin alma, sin alegría en sus pupilas,
sin sonrisas reales, sin paz fidedigna,
sin pasos en falso, "intentando controlar",
querido ingenuo, no te engañes, así no se triunfa en este lugar.

Un mundo de matices grises pintado de rosa,
un país sin nombre aclamado por montones,
una ciudad sin símbolos a los que declamar
y un hombre buscando sin saber qué encontrar.

Fuera la venda, adiós ilusión,
¿haremos un trato sólo los dos?
Inocentemente culpable de todos los cargos,
culpable a la inocencia de este juzgado.

Perdido en caso de recompensa,
no soy digno de ninguna benevolencia,
merezco cada uno de los insultos
y si tienen más, no los apuro.

Cabeza en bajo aún tengo orgullo,
hombros caídos no por algo más que el trabajo duro,
ceño fruncido, riendo en el interior
y todo es falso, acepto la acusación.

Una mentira cubierta por un velo,
la verdad entre los testigos del entierro,
votos salen de mis labios que sellados están,
respiro en el ataúd de mi vida matrimonial.

Es el final de una carretera infinita,
aposté todo lo que poseía
y quizá pueda dar marcha atrás,
pero diferente será la línea temporal.

Un grito en el silencio, los sordos me oirán,
una silueta en el viento, los ciegos reconocerán,
un nombre en un registro, los iletrados leerán
y sólo quien conoce la historia entenderá.

De principio a fin, avanzando en círculos,
¿me liberaré de lo que me mantiene cautivo?
Lleno de miseria, borbotea mi honestidad,
estiro la mano y cruzo los dedos, sellado está.

Mi carta de condena frente a varios presentes,
con la cola entre las piernas y dos dedos de frente,
el desenlace solo el tiempo lo dirá,
lo mejor que puedo hacer es aparentar.

Pequeño ingenuo, uno más del montón,
engañado en un pueblo sin convicción,
afanado por el sonido de los flautines,
hipnotizado por nada más que sueños tristes.

Mantengo mi identidad en protección,
pequeño ingenuo, ese soy yo,
he abierto heridas más de las que puedo contar,
he roto esperanzas por alguien que no seré jamás.

El maquillaje es mi conveniente amigo,
encontraré una salida en este laberinto,
pequeño ingenuo, así me conocen a mí,
verán quién se logra escabullir.

Tentáculos se arrastran, van tras mi piel,
el justo no cuenta, esto no es ajedrez,
jaque mate, flor imperial, tablas en damas,
esta partida será mía así sea lo último que haga.

Lo juro y perjuro por lo que más amo,
estaré de regreso en días, tal vez años,
el hilo más fino no será cortado,
me llamarán como siempre me he llamado.

El telón cae, la función cerrará,
entonces la ficción será realidad,
el peón y la reina celebrarán
porque ganaron sin tener que jugar.

Entonces correré sin punto fijo,
me abriré paso yo mismo
¿por qué confiar en quién no muestra sus cartas?
¿tienes miedo que sea una buena baraja?

Una nueva ronda en donde seré el dictador,
que se salve quien pueda, lo anuncio hoy,
no soy maligno, aún tengo ambición
y tú cuentas que pagar ¿mala memoria, no?

La venganza es mi musa y yo su pintor,
la justicia mi derecho y fiel composición,
en una orquesta de palabras soy el director,
como autor tengo la última decisión.

(The Writer)