Actualidad
#1: volvieron
Aleit.
Primer día de clase.
Genial.
La verdad es que no lo dije de forma sarcástica, me gusta ir a clase; pero solo para ver a mis amigas y demás compañeras y hacer exposiciones. Me encantan. No soy una nerd, pero tampoco soy una chica mala y pasota de las clases.
Soy normal.
Formé muecas dolorosas en la cara mientras me peinaba el pelo abundante que tengo, lo odio. Lo amarré en una grande coleta y me mire al espejo; no tenía la mejor apariencia; anoche me entretuve jugando a los Sims y casi no dormí nada.
Pero me vale.
Mi padre se encontraba en el salón tomando un café y leyendo el periódico de hoy.
—Buenos días— saludé con un beso en la mejilla.
—Buenos días, cariño.
—¿Y mamá?.
—Está preparando a Arthur— respondió dándole un trago a su café.
—¿Y Alois?.
—¡Ah!, está ya sacando el coche, si no te das prisa te dejará.
—¡¿Qué?!— él asintió. Salí corriendo de la casa sin siquiera despedirme. No me gusta salir de casa sin hacerlo, pero hoy estaba obligada a hacerlo.
¡Ni siquiera me dio tiempo de desayunar!
Subí rápidamente en el asiento del copiloto y fulminé con la mirada a mi mellizo.
—Sabes bien que no me gusta correr— formulé intentando regular mi respiración.
— Muy buenos días, hermanita— rodé los ojos. Salimos de nuestra calle y poco a poco nos fuimos acercando al instituto— ¿Sabes?. Hoy te llevarás una gran sorpresa.
Volteé a mirarle—¿Qué sorpresa?.
Él rodó los ojos— por eso se llama sorpresa, Aleit.
Llegamos al instituto. Desde la ventanilla visualicé que ya estaba abarrotada de gente. Pude reconocer a algunos de mis compañeros.
Alois aparcó el coche en el estacionamiento y bajamos.
En el camino la mayoría nos miraba— mejor dicho, miraban a Alois— él es uno de los más populares del instituto, y según dicen mis amigas, el tener el cabello rojo lo hace más sexi.
Iugh
Cuando Alois se alejó de mí para reunirse con su grupo, todas las se alejaron de mi cuerpo.
—¡Bu!— me sobresalté y me giré, y cuando ví a las perras más importantes de mi vida solté un chillido de emoción, junto a ellas.
Nos abrazamos y duramos así medio minuto sin dejar de soltar risas.
—¡¿Qué tal?!— les pregunté cuando nos separamos. Ambas tenían una sonrisa radiante en la cara, y estoy segura que yo también.
Esperen un momento...
—¡¿Te has puesto tinte?!— exclamé incrédula hacia Saskia, la morena que ahora es rubia.
—¡Sí! Ahora seremos el triángulo de la pelirroja, la rubia y la castaña— seguí mirándola incrédula. Miré a Margrit y ella solo se encogió de hombros, negando con la cabeza.
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Voy a cumplirlo ©
Teen FictionAleit Rosensweig, lleva enamorada desde su infancia de Maik Lutremberger; un vecino suyo cuyo hermano es Dierk Lutremberger, aquel que en poco tiempo se ganó el odio de Aleit, y el sentimiento es mutuo. O eso dice Dierk. Por circunstancias desconoci...