#33: "HOY SERÁ UN BUEN DÍA"

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#33: "HOY SERÁ UN BUEN DÍA"

Aleit.

El fin de año llegó y la pasamos genial en la casa con la familia, luego después de las uvas salí con Saskia y Margrit a una fiesta que se organizaba en la calle de ellas. Éste día lo pasé muy bien, pero sólo me frustró una cosa: no ver a Dierk.

Para no parecer tan pesada, esperé a que él me visitara para desearme un feliz año nuevo y pasar una buena noche con él, viendo las estrellas o los fuegos artificiales— Sí, tan de película, pero así soy yo—. Pero él nunca llegó, sólo al día siguiente cuando me desperté encontré un mensaje suyo: "Feliz año nuevo, Al. Te deseo lo mejor en éste nuevo año".

¿Que me desea lo mejor en este nuevo año?

¡¿Que me desea lo mejor en este nuevo año?!

A ver, one moment; el perro de mis abuelos me felicita mejor.

Primero no me ha llamado Rojita o Pequitas. Segundo no me ha mandado ningún emoji, ¡Ninguno!. Y tercero...ha sonado tan seco, como si fuera una simple amiga para él. Sí, habremos quedado como amigos pero ni a los amigos se les felicita así, ¿Ok?.

Vaya friendzone...

♥♥♥♥

Primer día de clase del segundo trimestre.

De nuevo con la rutina.

Hoy me levanté con ganas de verme guapa para ir a clase. En los primeros días siempre se tiene este entusiasmo pero después se esfuma. Así que decidí ponerme una falda vaquera que me llegaba por encima de las rodillas, una camiseta blanca que en el centro estaba la frase en cursiva y mayúscula: HOY SERÁ UN BUEN DÍA. Junto con unas vans negras. El pelo me lo alisé de nuevo y lo recogí en una cola caballo.

Biuriful.

—No sabía que tenías buena ropa en el armario— se burló Alois mientras conducía camino al instituto.

—Y nadie sabe que tienes sarnas en el culo pero no digo nada— devolví en el mismo tono.

—¿Tienes sarnas en el culo?— preguntó Susann desde el asiento trasero, asqueada.

—¡No le hagas caso!— respondió mi mellizo con incredulidad. Mi vista se alzó a su cabello pelirrojo bien peinado como raras veces lo estaba.

Al parecer no soy la única que quería verse bien hoy.

Llegamos al instituto y rápidamente Alois se alejó de nosotras. Me sentí rara caminando juntos a Susann entre la gente, pero lo dejé estar.

—¿Cómo lo llevas con Dierk?— su pregunta sonó sin ninguna pizca de dolor o rencor en ella.

—No acabo de verle, y hablamos poco en WhatsApp— busqué a mis amigas con la mirada en el patio, y las encontré hablando   con un grupo de gente.

—Sólo dale tiempo.

"Sólo dale tiempo". ¡De no ser que tú no...!.

Vale, me calmo, la misión aquí es olvidarme de nuestros problemas y empezar de cero con ella.

—Ya verás que pronto se acercará de nuevo a ti. Porque estoy segura que se muere por estar contigo, pero su orgullo le supera. Lo único que tienes que hacer es ponerte pesada con él, ya sabes— me guiñó el ojo y yo sonreí con complicidad.

Voy a cumplirlo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora