#31: Recuerdos y confesiones

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#31: recuerdos y confesiones.

Aleit.

¿Por qué un día estás feliz, y al otro estás hundida en un mar de lágrimas que no parece tener su final?.

La vida es injusta. O yo hago mi vida injusta.

Toda la noche la pasé llamando a Dierk por teléfono, pero sin saber exactamente qué le iba a decir. Solo quería oír su voz...sentirle cerca. Pero él no respondió. Me está evitando, y duele demasiado.

El mismo día en que mi relación con Dierk llegó a su fin les conté todo a mis amigas. Sobre la farsa de Susann, lo que escuché en el baño, lo que me dijo Dierk...y lo que pasó en la mañana fuera de su casa (sin omitir mi pelea con Susann).

Cuando me miraba al espejo y veía las marcas rojas— «fruto de los rasguños de Perra Susann»— me entraban ganas de gritar; pero después, cuando veía una tirita cubriendo su nariz...una sonrisa similar a la de la villana de La sirenita inundaba mi cara.

En fin...Mar y Saskia me llenaron de todo tipo de insultos al principio, pero después, supieron comprenderme. Y supieron aceptar, pero no compartir, mi decisión de que quizás lo mejor para Dierk y para mí era estar separados.

O tomar un pequeño descanso. No quiero dejarle ir.

Yo quiero a Dierk, ¡Muchísimo!. Pero necesito sanar mis inseguridades primero, necesito darle tiempo para que me deje de odiar, para luego así, luchar por él.

•••


—Siéntense.

La voz de mamá sonó seria y demandante. Pero no sentía miedo, yo estaba dispuesta a acusar a Susann, a ver si la mandan de una maldita vez con su mamá.

Ayer, después de que mamá se llevara a Susann al hospital, tuvo que salir porque le surgió algo urgente y regresó tarde. Por eso acordamos en hablarlo hoy.

—¿Creéis que seguís siendo las mismas niñas que se tiraban del pelo?— esto no empezaba bien— ¡Por favor, sois mayorcitas ya!.

—¡Pero ella empezó todo!— respondí, señalando a Susann, la cual se encontraba sentada el lado mío— «a una distancia prudente para no caer en la tentación de pegarla de nuevo»—.

Mamá estaba en el sillón de enfrente.

—¡Tú fuiste la que empezó con los golpes!.

—¡Porque me dijiste que te tirabas a mi novio!— exclamé.

Susann iba a hablar pero mamá la detuvo— ¡Silencio!.

Nos callamos. Ambas teníamos las respiraciones agitadas.

—Primero de todo...¿Novio?— mamá me miró incrédula. Me mordí la mejilla y sentí un cierto picor en los ojos.

—Exnovio— se podía distinguir el dolor en mi voz— Dierk me dejó.

El salón se quedó en silencio. Vi a mamá observarme con pesar, se le había pasado el enojo. Pero después, su mirada se centró en Susann, y lo que ví en ella me sacó una sonrisa de satisfacción.

Ahora verás, perra.

—¡Susann! ¿Te has acostado con Dierk sabiendo que es el novio de tu prima?— gruñó mamá.

Las mejillas de Susann se ruborizaron y la vergüenza pintó su feo rostro.

—Y-yo...es que...¡Ella empezó primero!— me señaló— Dierk es mi exnovio y ella lo sabía muy bien, pero salió con él de igual manera.

Voy a cumplirlo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora