#11: Distancia

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#11: Distancia

Dierk.

El camino hacia casa se hizo tremendamente silencioso e incómodo. Y no porque yo esté incómodo ni nada, sino porque Ricitos no pronunció palabra, solo se quedó arrimada a la ventana, y esto provoca que me cuestione si hice mal en besarla o no.

Llevaba tanto tiempo queriendo hacerlo y que ella me haya correspondido me ha sentado...¡Como si estuviera en las nubes!. Estoy sonando como un jodido marica.

No puedo más con ese silencio.

—Aleit.

—No digas nada, porfavor— me calla. Mierda. 

Aprieto los labios, molesto. Ni siquiera sé porqué se molesta, si ambos nos besamos, yo no la forcé a hacer nada. Carl ya me avisó sobre cómo son las chicas, y aquí Aleit me está mostrando que él tiene razón.

Aparco el coche frente a nuestras casas, y por una milésima de segundo tengo la esperanza de que ella se gire y me diga algo, cualquier cosa. Pero mis esperanzas caen cuando escucho la puerta del copiloto cerrarse. Bajo del coche rápidamente y con suerte consigo alcanzarla.

—¿Qué te pasa?— cuestiona soltandose bruscamente de mi agarre.

—No, ¿Qué te pasa a tí?. Después del beso no has pronunciado palabra, y me estás evitando.

—Te dije que no quiero hablar de eso— noto un leve sonrojo en sus pecosas mejillas.

—Yo sí.

—¡Me da igual!— se da la vuelta en dirección a su casa, pero yo la detengo de nuevo.

—¿Te has enfadado porque te haya besado?— casi lo susurro. No se da la vuelta, simplemente se queda estática en su lugar dándome la espalda— Aleit...— la veo tensarse, seguro por haber oído su nombre salir de mis labios. En las situaciones serias no tengo por qué llamarla por su apodo, y esta es una de ellas.

Esta vez se gira y se me queda mirando, pero no dice nada, lo que me da a entender que no le ha gustado que le haya besado. Siento un dolor en el pecho que no sabría distinguir de si me está dando un ataque cardíaco o...no sé.

—Ha sido un error ¿Va?— qué mentiroso soy. Pero solo lo dije para que se sienta mejor.

No sé cómo descifrar la mirada que me echa Aleit en este momento. Parece que me está queriendo decir algo pero no lo hace. Está teniendo una lucha interna. El dolor en el pecho regresa cuando la veo asentir suavemente, y es ahí cuando decido que es momento de entrar en casa.

                                ...

Envuelvo una toalla en mi cintura y salgo del baño. Ya en mi cuarto me pongo un chándal y una camiseta, cómodo. Antes de salir del cuarto mi mirada se detiene en mi ventana, concretamente, en la de Ricitos.

Parece que nuestra cita fue hace días, pero fue ayer, y desde ayer mantiene su ventana cerrada. Quiero estar molesto, pero no puedo estarlo cuando se trata de ella, y no sé por qué. Me es difícil, simplemente.

Pero de una cosa estoy seguro; y es que me da igual si está molesta, pero no me arrepiento de haberla besado.

El sonido de mi móvil anunciando una notificación me saca de mis pensamientos. Es un mensaje en anónimo:

"Viniendo de tu hermano me lo imaginaba, pero no me imaginaba que tú podrías compartir a una chica con él".

¿Qué? No entiendo. Mis dudas son aclaradas cuando después de dicho mensaje la persona me envía una imagen de...de Maik y Ricitos en un restaurante.

Voy a cumplirlo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora