Sin novedad

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road to nowhere, twists and turns but will this never end.

*Lunes*

–Señorita Porkinson, es un honor verla de nuevo. –¿Porkinson?... ¿en serio?

–Douglas, un placer. –Tendió la mano con una sonrisa tan fingida que se habría dado cuenta un ciego, casi sin volverse a verlo, casi sin dejar de revisar lo que le mostraban un par de personas, pero él se inclinó, tomó sus dedos con su mano húmeda y pegajosa y posó sus labios gordos, arrugados y secos como hoja de otoño sobre su mano; un escalofrío de desagrado le subió por el cuerpo y la boca se le hizo agua de pura náusea, incluso necesitó sacudir los dedos y rozarlos contra la mesa y lo hizo, pese a que era en exceso maleducado.

–De haber sabido que usted estaría en esta reunión, habría llegado hace horas. –Sonreía, con sus pequeños y porcinos ojos fijos en Pansy, o mejor dicho, fijos en los pechos de Pansy que miraba como él le sonreía además con unos dientes pequeños y rodeados de una encía oscura y brillosa; tomó aire cansada y asqueada del tipo y quitó la sonrisa de su boca, estaba cansada de fingir.

Porkinson... ¡por piedad!

–No se preocupe, hace horas yo aún no llegaba. –Un par de hombres carcajearon con el comentario y ella pudo volver a los documentos que revisaba, pero Amicus Douglas un político muggle con cierta "filia" por las brujas, se sentó junto a ella aprovechando que el hombre a su lado había ido en busca de una bebida, Pansy entornó los ojos con cansancio.

–Suponemos que estos trámites podrán quedar lo antes posible, ¿no es así? –Algunos de ellos estaban impacientes, otros no tenían mucho interés en acabar pronto, porque los acuerdos a los que habían llegado les beneficiaban más bien poco, Pansy continuaba revisando hojas y hojas de papel de cada acuerdo tomado y que debía ser firmado por el Ministro, tras ser evaluado por la oficina que ella comandaba y que le debía rendir informes previos a la de Padma.

–Mentiría si les dijera que esto será rápido, la verdad es que así como ustedes se han llevado su tiempo en el análisis de cada acuerdo, nuestras oficinas harán lo propio. –Empezó a juntar documentos y a ponerlos en su portafolios, quería dejar el lugar lo antes posible, llevaba horas ahí sentada rodeada de viejos que iban de un extremo a otro: demasiado amables y confianzudos, demasiado irritables y desconfiados, demasiado absortos en cosas "más importantes", demasiado libidinosos y lascivos, demasiado contenidos y agresivos; Pansy extrañó otro tipo de reuniones en las que se aparecía al menos alguna mujer, eso hacía que el ambiente se aligerara, pero ahí, rodeada de hombres mayores, era como un tarro de miel en medio de una convención de osos.

–¿Nos hará saber la decisión que hayan tomado a brevedad? –Solicitó uno de los pocos sujetos que le agradaban, otros empezaban a ponerse de pie y se le acercaban en horda para entregarle hojas de pergamino y sobres, Douglas se levantó presto también e intentó llamar su atención.

–Cuidado con las tazas de café, tengan cuidado...

–Delo por hecho. –Tendió la mano para despedirse de todos, empezando por el sitio más alejado a Douglas con la esperanza de que el hombre captara la indirecta, pero por el contrario se puso de pie y se le pegó como si planeara estrecharla en sus brazos o contra su costado.

–Señorita Porkinson, me gustaría mucho que aceptara tomar un café a mi lado, ya que no he llegado a tiempo y necesito hablarle... –Pansy fingió no darse cuenta de la invitación ya que otros más le hablaban, y siguió saludando mirando a otro lado, expresando agradecimientos y siendo simpática, cordial y alegre, como convenía ser.

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