Y das, y das...

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Hoy es miércoles, qué horror... diré en mi favor que mi cabeza ha andado algo complicada y el capítulo vio luz entre sábado y domingo, pero ameritaba revisión de beta y sí, mucha fermentación; es un capítulo peculiar, que me ha costado algo de trabajo y me tiene la cabeza en hervidero...

Quiero agradecer a quienes leen y a mi beta, sobre todo, porque me ayuda a ver asuntos que se me escapan con la premura o la pasión de los capítulos, porque sí, me apasiono bastante XD

Espero que el capítulo les guste, gracias por el tiempo que le puedan dar.

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I need to know the way to feel to keep me satisfied

Dormitó, tal vez incluso durmió profundamente, así que cuando abrió los ojos le sorprendió sentir la pesadez propia de quien tiene una gripe del tamaño de África, tragó saliva y se le vino una náusea descomunal, la boca le sabía a berenjena y empezaba a sentir repulsión por ellas, estaba asqueada y si removía la lengua en su boca, creía sentir todavía su textura jugosa; jaló aire y se le vino una tos que hizo que se sacudiera entera y entonces percibió su cuerpo, sus manos y brazos, que aunque ya no estaban con la inflamación de hacía unas horas, aún se sentían densos, pesados, como traer puesto el traje de un payaso bonachón y rechoncho, cerró ambas manos y sintió la piel apretada contra sus músculos inundados, restirada, repitió el movimiento varias veces, esperaba que por alguna brujería, se le pasara la sensación, pero para el quinto y sexto movimiento, empezaba a doler. Parpadeó pesadamente, tenía sueño y no era de extrañarse, debía ser por las pociones, aun así quiso moverse en la cama, cambiar de posición porque sentía tanto calor y tanto sudor que necesitaba un respiro, y volverse sobre su costado derecho le implicó un esfuerzo casi titánico del que acabó exhausta, resoplando contra la almohada y con rastros de saliva en los labios resecos, así como un hilillo de sudor aún más grueso bajándole por el rostro.

De costado, con los brazos extendidos al frente, haciéndole terriblemente incómoda la posición, buscó la forma de relajar su espalda sin que se le adormecieran las piernas en el proceso, pero no la encontró pronto y entre reniegos, sollozos y resoplidos, al fin encontró la forma de acomodar su voluminosa humanidad, entonces alzó la cara al muro y pudo ver en el espejo de cuerpo entero que le servía para darse los buenos días todas las mañanas, una panorámica aterradora: su rostro, gordo, brilloso, impregnado en el sudor de removerse con dificultad, era una máscara gorda y fofa, de ojos hundidos como los botones que sirven al mismo propósito en un oso de felpa; no pudo contenerse, los ojos se le llenaron de lágrimas y empezó a llorar, el efecto sedante de las picaduras había pasado, ya no estaba relajada o ligeramente drogada, estaba dolorida, incómoda y furiosa con Luna.

A veces, si el llanto no le salía como quería, Hermione Granger empezaba a hipar, y así era ahora, estaba hipando por todo lo alto, casi vibrando en su incómoda situación, entonces el movimiento leve de su cara le hizo mirar de nuevo por el espejo y alcanzó a distinguir el reflejo de algo que no había visto: zapatos; entre hipidos frunció el ceño y aguzó la mirada, moviéndose un poco para alcanzar a ver mejor, porque había quedado con el cuello estirado y la cara vuelta arriba, al bajarla alcanzó a ver que no estaba sola.

Sentada en el suelo junto a la cama, con la espalda pegada a ella a modo de respaldo, estaba Pansy profundamente dormida, la cabeza caída sobre el hombro derecho, haciendo que pudiera verle la frente con el cabello encima caído descuidada y elegantemente, la nariz apuntando al suelo y los pómulos definidos y fuertes ocultos bajo el cabello oscuro; una oleada de vergüenza hizo que perdiera casi el hipo del puro susto, Pansy era la que la había estado alimentando de berenjena y seguía ahí, sentada contra la cama, entonces vio los libros y sintió un vuelco. Había estado leyendo libros y los tenía desperdigados por el suelo, abiertos aquí o separados con hojas de papel allá, al poner atención se percató que eran volúmenes de su acervo, todos libros de remedios, herbolaria, medicina tradicional...

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