A reventar

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Ha pasado mucho tiempo ya, quiero disculparme por ello, ha sido esta una ausencia excesiva que espero no vuelva a repetirse...

Originalmente, este capítulo eran dos que se publicarían la primer semana de febrero festejando con ello que Demasiado cumplió precisamente el día cinco un año de estar en vigencia, pero aunque me presioné para ello, pareciera que el contenido del capítulo ameritaba más tiempo del que le estaba dedicando y simplemente se negó a salir a la calle el nene.

Demasiado, como el hijo de una mujer en su plenitud, ha resultado muy inquieto así que de pronto da sorpresas como esta, que se ha quedado silencioso en su cuarto y de repente de la nada, se ha puesto a dar de saltos y esto es lo que ha salido; debo reconocer que son otras las actividades las que me han impedido también poner atención al crío, mi blog, mi trabajo, mis estudios e incluso otras cosas que estoy escribiendo para concursos...

Pero bueno, que el nene ya está aquí, espero lo reciban como a sus hermanos, una nueva disculpa... Demasiado regresa y no se irá.


A reventar...

Too much of something is bad enough

— ¿Tienes pendientes? —Acomodaba velozmente algunas cosas de la mesa mientras daba tiempo a Hermione de hojear el libro antes de marcharse al Ministerio, en su mente estaba que debía volver lo antes posible y ya mucho tiempo habían estado perdiendo... o ganando si consideraba el arrumaco en la cocina; la castaña ronroneó sin dejar de ver el documento y Roar levantó la cara desde su tazón de leche, inspeccionando a la ex roja, con una curiosidad de congénere.

—Debo ver a Harry... en realidad ni siquiera sé a qué asunto darle más atención, aunque con este material... —Hermione se detuvo en la página que buscaba, justo delante del dibujo que Pansy quería mostrarle, aquellas alas, aquella forma del cuello alargado, pero sobre todo los rasgos de la parte inferior que le fortalecían la expresión y las líneas que insinuaban un fuego que quizá ahora no estaba más claro. —... un augurey.

— ¿Lo encontraste? —Pansy fue a recoger lo de la mesa de la sala, mientras a punta de varita daba indicaciones a su guardarropa de acomodar lo sucio en su sitio para el lavado, pasó de prisa quitando a Roar con un empujón de mano del sillón al que recién había saltado, el felino se había ido a sentar justo sobre la carta de color negro y no la dejaba tomarla.

—Dibujado en el listado de los Veintiocho Sagrados. —Hermione miraba aquello con cuidado, el dibujo era casi exacto, el detalle y la postura del ave, así como aquello que simulaba ser fuego bajo la figura estilizada. —Esto no puede significar sino que el emblema los representa... ¿de qué año podrá ser?... está tan detallado y bien hecho, como si los quisieran realzar... divinizar.

—Esa vieja leyenda. —Pansy se mofó de lado, tomó aquel sobre y lo levantó hasta su cara para verlo mejor, lo miró un momento y volvió a pensar en que tenían que salir pronto de casa pero antes de eso decidió que valía la pena quitarse de más pendientes; viendo su reloj de pulsera y luego al rincón donde estaba el plato de comida de Roar y su agua, pensando en que tendría que ponerle más comida porque la leche no iba a ser suficiente, tiró de la punta del listón plateado y volvió la cara al contenido, sacó la hoja y la extendió con su mano limpia; al ver aquello se quedó de un palmo, fue como si una roca enorme y fría le cayera en el fondo del estómago, el ceño fruncido le enmarcó los ojos verdes y un amargor le golpeó la lengua. —Hermione.

—El listado de los Veintiocho Sagrados siempre me ha causado interés, ¿cómo funciona eso, Pansy?... ¿les mandan algún tipo de carné de pertenencia? —Estaba tan absorta mirando el libro y sus notas sonriéndose con aquella idea boba, casi una broma ácida, sin quitar el dedo de dónde había encontrado el dibujo, que no veía a Pansy sentarse en el sillón sin apartar sus ojos verdes de aquella carta. —En tu caso, por lado paterno y materno... ¿eres purísima, no?

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