La tranquilidad y el silencio que envolvía al apartamento fueron interrumpidos por el pequeño sonido del repiqueteo de las gotas de la lluvia en el ventanal de la sala. Estaba lloviendo.
Un día lluvioso y gris que le hacía justicia a mi estado de ánimo.
Hacía media hora que estaba al teléfono con mi madre, en ese momento la echaba tanto de menos. Por lo que me contaba, estaba llevando bien su día a día sin mí, al parecer ya se había acostumbrado a mi ausencia. Pensar en San Francisco y en cómo era mi vida mientras residía allí, me ponía en modo nostálgica. Siempre había soñado con la vida neoyorquina, por lo tanto había imaginado que ni se me cruzaría por la cabeza regresar o extrañar mi ciudad natal. Ahora me daba cuenta cuán equivocada estaba. Si había algo que añoraba con todo mí ser, era volver a casa, a mi verdadera casa.
—Así que, ¿todo está en orden? —preguntó por quinta vez en lo que iba de nuestra conversación al teléfono—. Aunque no me creas, te digo que las madres tenemos un instinto, Sam. Un sexto sentido que nos alerta cuando nuestros hijos no están bien. Aun a la distancia.
Sonreí.
—Estoy bien —me paseé por la sala hasta quedar frente al ventanal, con la vista directa a la ciudad que estaba siendo cubierta por un manto de lluvia veraniega—. Es sólo cansancio, ¿sabes? Es como si el cuerpo me pasara factura de todas las horas de sueño que perdí en la semana.
—Bien, me rindo —suspiró—. Te dejaré para descanses, y Samantha… —llamó antes de que pudiera finalizar la comunicación—, te quiero, ¿sí? Sabes que siempre que te sientas mal me puedes llamar.
—Lo sé, y lo agradezco —sonreí mínimamente aun sabiendo que no podía verme—. Te quiero, mamá. Adiós.
Me quedé unos segundos mirando el teléfono al momento que corté la línea. Mi cabeza estaba hecha un lío, sólo sin hablar de mis emociones. Me dolía la cabeza de haber pasado la noche y toda la mañana divagando acerca de tomar decisiones sobre el trabajo, sobre ver a Harry todos los días y sobre todo en lo que se había convertido mi vida en tan sólo semanas.
ESTÁS LEYENDO
Barred
FanfictionLa atracción entre Samantha y Harry es notoria, y tan fuerte que no conoce de limites, ni barreras. Él es un hombre completamente prohibido, y eso-aparte de incrementar en ella el deseo- le provoca la perdida instantánea de la razón, algo que a la l...