4.

1.9K 74 1
                                    

Ya duchada y en la mesa no hablaba mucho, hasta que el timbre sonó y en su rostro se formó una sonrisa. Su hermano fue a abrir y, después de una conversación breve en las afueras con su ex, entró con la niña quien primero se lanzó a los brazos de su abuela para luego girarse y hacer lo mismo con Vanesa...

Lucía: ¡Tita Vane!

V: Hola cariño.

Lucía: Tengo que hacer un trabajo sobre profesiones y quiero que tú me acompañes al cole.

V: ¿En serio? (dijo mirando sonriente a Félix, su hermano)... ¿y por qué no papá?

Lucía: Porque papá sólo trabaja en papeles, no es guay como el tuyo...

V: Eso es cierto (dijo mirando a su hermano sonriéndole malévolamente)

Félix: Ya empezamos.

T: Félix, que está la niña.

Félix: Sí mama... (decía volviendo a su plato)

La mirada de Toñi a Vanesa hizo el mismo trabajo, Vanesa bajó la bandera de guerra y se puso a conversar con la niña, cosa que siempre la relajaba.


En otro lado de la ciudad, una conversación se daba y una de las personas exponía:

-: Es necesario. Sentimos que no sea de su agrado, pero es necesario.

-: No me parece justo para ellos, son tan pequeños, tan indefensos...

-: Trataremos que sea lo menos invasivo posible.

-: Quiero los nombres y informes de vida de las personas.

-: Por supuesto, de eso no cabe duda.

-: Y si no me parece mal algo, se acaba.

-: Como usted diga. Le entregaremos los datos mañana.

-: Bien. Gracias López.

-: Con permiso.

-: Adelante.

Su mirada era de preocupación. Sabía que algunas cosas cambiarían pero llegar a esos extremos la angustiaba y bastante. Suspiró mirando por la ventana, luego se giró para sentarse en su escritorio y continuar firmando papeles.


Toñi miraba apoyada en el lindel de la puerta como su hija leía y su nieta comenzaba a dar cabezadas en la cama.

V: Y junto con el corcel blanco, se fueron perdiendo en el horizonte, donde serían felices para siempre (decía cerrando el libro y mirándola como ya dormía)

Besó su frente y acarició su pelo, para luego levantarse y dirigirse a la puerta donde sonrió a su madre.

V: Ya duerme (le susurro)

T: Anda, ven a tomarte una leche conmigo antes de dormir.

V: Vale.

Cinco minutos después bebían la leche. Vanesa estaba sin hablar mucho, su madre solo la miraba hasta que no aguantó más.

T: Mi niña... ¿Qué pasó hoy?

V: Problemas en el trabajo mamá.

T: Ya hija... ¿Por qué no abandonas las fuerzas?

V: Pero qué dices, si papa te escuchara...

T: Tu padre ya no está. Todas las semanas es algo Vanesa, yo creo que ya no te llena.

V: No quiero discutir más mamá.

T: Cuando te veo con Lucía te veo calma, te cambia hasta la mirada. ¿Por qué no lo piensas? No sé..., pongamos un negocio propio.

V: Mama no digas tonterías.

T: No son tonterías, así te estableces, formas tu propia familia...

V: Mamá... ffuuuu... ni siquiera se me pasa eso por la cabeza.

T: ¿Y tu novia?

V: Bueno, ya es tarde, saldré a fumar y me dormiré.

T: ¿Por qué eres tan cerrada?

V: ¡¿Y por qué no me dejas en paz?!

T: ¡Vanesa!

V: Vale... (suspiró, se acercó y le dio un beso en la mejilla) que duermas bien mami, descansa.

Y se retiró dejando a su madre negando y mirándolacon tristeza. Vanesa no se veía en paz desde hacía mucho tiempo. Quizás eseempecinamiento de su padre por que se uniera a las Fuerzas... Quizás sufallecimiento tres años atrás... No sabía que era, pero lo que sí tenía claroes que su hija no era feliz, ni en su trabajo, ni con su novia de hacía dosaños.    

----------------

Continuará...

La escoltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora