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Gonzalo: Quiero que vayáis allí y recorráis los pueblos de los alrededores completos. ya tenéis las fotografías y ante cualquier duda seguís a la gente ¿está claro?

-: Sí, clarísimo. Sabe que esto le costará un pastón. ¿Cómo contactamos con usted?

Gon: Yo contacto a este móvil ¿estamos? y váyanse ya ¿Vieron el dato que se les dio?

-: Hemos mirado la casa pero no sale nadie más que un hombre.

Gon: ¿Nadie más?

-: No, nadie más.

Gon: Joder...

-: ¿Pasa algo?

Gon: Nada, pero apresuraos, quiero que consultéis por Ana en esa casa y si no está tratad de averiguar donde se fue ¿vale?

-: Vale. Eso es un extra.

Gon: Lo que sea, brutos (luego cortaba y se quedaba mirando a la nada en aquel despacho) Esas viejas de mierda... debería haberme desecho de ellas también.


Malú había cocinado unas patatas cocidas. Miraba constantemente hacia la habitación de Vanesa pero esta no daba señales, cuando la puerta se abrió entrando los tres viajeros con caras largas.

Sim: Buenas tardes... ¿ha cocinado presidenta?

M: Pues... lo que se dice cocinar no... sólo unas patatas cocidas.

Sim: Bien jejeje tengo unas verduras para saltear. ¿Y la señorita Vanesa?

M: En... en su habitación, creo que no se ha sentido bien...

Simona miró a Hugo quien resopló y se fue hacía la habitación tocando con sus nudillos la puerta. Malú bajó la cara, sabía que quizás Vanesa no querría ni abrir pero se equivocó. Con un semblante aún rojo, Vanesa abrió la puerta bruscamente.

V: Pasa (decía tomando a Hugo de la solapa casi haciéndolo desestabilizarse y luego de un portazo cerraba la puerta)

Don Paco se miraba con Simona y se rascaba la cabeza.

Paco: Esa chiquilla... tiene un carácter de aquellos que no quisiera se enfadara conmigo. Me voy a lavar las manos vieja.

Malú tragaba saliva y suspiraba, luego sonreía a Simona y todos se sentaban en la mesa.

A los pocos segundos se oía un grito de un taco irreproducible de Vanesa, todos se miraban en la mesa y luego seguían comiendo.

A los minutos salía Hugo muy azorado, los miraba a todos y desaparecía para lavarse también las manos. luego se sentaba en la mesa ante la mirada de todos.

M: ¿Y Vanesa?

H: Dice que no tiene apetito, que no saldrá... y se disculpa con usted señora Simona. Eeemm me ha dicho que diga "con nadie más". Mmm se ve bueno esto... (decía ya comenzando a comer)

Malú resoplaba jugando con su tenedor en el plato mientras el silencio en la mesa era horrible. Don Paco mascaba y miraba, luego se hacía señas con Simona y ambos encogían los hombros.

El almuerzo completo fue así hasta que casi ya cuando estaban acabando se abría nuevamente la puerta de Vanesa de golpe saliendo esta con su ropa ya lavada de servicio y una mochila, iba muy seria, los miraba a todos y luego decía:

V: Don Paco necesito me lleve al pueblo y me preste algún dinero, le prometo que a mi regreso lo compensaré por ello.

Pa: Pero... hija... ¿no pretenderás salir... así? aún debes descansar.

La escoltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora