Aquella voz pertenecía a una mujer. A una mujer joven. Podía escuchar risas y una charla de la cual casi no comprendía nada. Su oído en la puerta y su adolorido cuerpo crispando. A su lado, el bebé yacía envuelto en una cobija limpia. Dormitando.
Sangwoo había lavado al bebé con la delicadeza de quien sostiene una pieza de porcelana en sus manos, y Bum no había podido hacer más que madurar su asombro después de que su traumatizada imaginación le hubiese jugado una horripilante broma. Aunque había dudado un momento, no se habría tomado la molestia de mantenerlo a él durante aquellos largos nueve meses de embarazo sólo para terminar con la vida del producto una vez en el exterior. No. Tenía que haber algo más.
Bum se había sumergido en un trance mientras miraba atónito cómo, con sumo cuidado, Sangwoo limpiaba suavemente las extremidades y el pequeño cuerpo del sollozante bebé con agua. Después cómo procedía a envolverlo, depositarlo en la cama de la habitación, y a limpiar el suelo del pasillo en sepulcral silencio. Bum no había encontrado nada que decir, por lo que se había limitado a mirar su ancha espalda moverse al compás de los frotes que realizaba con una esponja enjabonada sobre las baldosas de madera. No obstante, el ruido del timbre rompió con aquel desconcertante y silencioso paisaje. Sangwoo había terminado de limpiar, pero Bum, quien aún se hallaba sucio por los restos del fluido y la sangre que lo había rodeado durante el parto, fue llevado directamente a la habitación.
-- Ah, espera.. du-duele... --Había protestado en un hilo inaudible de voz que el otro había ignorado. Tomó su brazo e hizo que, a trompicones torpes acompañados de severos espasmos de dolor, se incorporara en el interior del cuarto, en donde también el bebé descansaba. Tras esto, había cerrado la puerta sin siquiera voltear a mirarlo.
Durante todos los meses que había estado cautivo. Sangwoo jamás había recibido una sola visita. A Bum le constaba por obvias razones. No obstante, también sabía que, si bien no había habido nadie que tocara a la puerta, Sangwo se las había arreglado para introducir a aquella mujer que había visto meses atrás en el sótano. Todo sin que él supiese cómo ni cuándo. La memoria de aquello le dio escalofríos. Su corazón palpitaba no más rápido, pero con potencia impresionante y es que no había visto a otro ser humano en persona que no fuese Sangwoo hacía ya varias semanas. ¿Sería la nueva víctima de Sangwoo? Había sido así como había llegado la mujer anterior al sótano? Lo desconocía. Y sin embargo, las feromonas de alfa inundaban el lugar.
Sin poder entender nada de lo que ambas voces se decían la una a la otra, quitó la oreja de la puerta y por primera vez, se acercó a rastras al lugar en donde yacía el recién nacido. Su hijo.
Aquellas dos palabras le sabían extrañas. Irreales.
-- Mi bebé...
Levantó un brazo en su dirección y posó sus dedos sobre el pequeño bulto envuelto en la cobija. Sentía su respiración. Su cuerpo apenas murmuraba un suave ronroneo que se mecía de arriba hacia abajo cuando el aire pasaba por sus tiernos pulmones recién estrenados. Bum fue testigo de cómo en su pecho creció una calidez que se incrementó poco a poco. Había parido un varón. Lo supo cuando vio su cuerpo en brazos de Sangwoo un rato atrás. Sus facciones, aunque rojizas y demasiado pequeñas e hinchadas, le parecieron las más tiernas e inocentes que había visto en su vida. Acababa de traer a esa pequeña persona al mundo. Acababa de crear vida. Tenía un hijo.
Sobre su rostro sintió el rodar de las primeras lágrimas que inundaron sus ojos. Eran lágrimas tibias. Lágrimas que parecía como si le lavaran el corazón. Por fin caía en cuenta de lo que acababa de hacer. Algo que jamás pensó que haría en toda su vida. Algo que pensó sería imposible para él aún siendo un omega. Tomó al niño entre sus brazos, y aunque jamás había hecho algo similar, lo hizo de manera tan natural que él mismo se sorprendió cuando ya se veía arrullándolo de un lado a otro. El bebé era sereno y esa serenidad era una que Bum no había sentido en muchos años. Su propio llanto lo desconcertó. ¿Qué era aquello que sentía?
De pronto, aquel recordatorio le golpeó. Si Sangwoo lo había mantenido con vida todo ese tiempo, había sido por que tenía dentro de sí a su bebé. Sí, era el bebé de Sangwoo también. En un momento toda la emoción benigna que lo había dominado se desvaneció como por arte de magia. Y su realidad, como siempre, ensombreció su mirada nuevamente. Había dado a luz a un bebé que no sólo era suyo, sino también de Sangwoo... del mismo Sangwoo que había asesinado a quién sabe tantas personas a sangre fría y que, probablemente, mientras sostenía a ese bebé entre sus brazos, tenía a su nueva víctima al otro lado del muro, sentada a la mesa de la cocina. Aún ignorante de su destino...
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NOTA DE LA AUTORA
k tranza k pex k pazó mi raza mi barrio mi banda mi clicka :v
Oigan estoy en exámenes así que a lo mejor los capítulos no serán tan largos como me gustaría. Pero no se preocupen, aunque me llegue a tardar en actualizar, no voy a entrar en hiatus de nuevo ggg
al menos eso espero UwU pónganme una vela en todos sus santitos para que los pase :v
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KILLING STALKING OMEGAVERSE FICTION
FanfictionBasado en el trabajo de la Artista Surcoreana Koogi, éste fanfic aborda la historia desde el universo Omegaverse. Y por supuesto, bum es omega... y sangwoo es alfa. (Créditos de la portada: Gracias a Gabriela calles por el diseño, se le aprecia mu...