Capítulo 36

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Nota de la autora:

Ahhhhhh no mamen me acabo de enterar que hay un espacio donde me dejan mensajes que se llama "conversación" y apenas vi que tengo un chingo jajajajaja unos del 2017 omaigah

Lo siento mucho si jamás he contestado, neta no sabía que existía eso jajajaja pero adoro ver que desde entonces se han tomado la molestia de dejarme sus mensajitos <3 les amo chiquitites <3 me encanta que les agrade cómo escribo, neta significa mucho para mi. 

P.D. ¿Sabían que acabo de empezar un fic de Pintor nocturno? :0 llevo dos capítulos. Si se animan a leerlo jijiji 

Besitos en el asterisco <3 

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-- ¡MIRA EL OMEGA ESCAPA! ¡ESTÁ ESCAPANDO! -- Dijo, en un profundo alarido y señalando con la punta del cuchillo en dirección a la casa.

-- ¿Crees que me podrás engañar dos veces, Min Ji Eun? -- Replicó el otro. Sin siquiera vacilar.

La susodicha no tuvo más opción que seguir corriendo.

Sus heridas ardían y sentía el interior de su cabeza palpitar de forma horrorosa. El negro cabello empapado de sudor y sangre se enmarañaba sobre su rostro, agitándose con cada paso que ella daba. 

-- Huff... Huff.... -- Resoplaba. Sus pulmones presionaban su caja toráxica hacia adelante. 

Aún en completa desnudez, su instinto primario, la vida, la impulsaba a seguir corriendo. <<Ya casi... sólo un poco>> pensó. Viró la cabeza hacia atrás. Sangwoo la seguía de cerca, pero él no corría. No necesitaba correr si la presa apenas podía mantenerse en pie. 

-- ¡AYUDA! -- Gritaba constantemente -- ¡POR FAVOR! ¡ALGUIEN! 

Alcanzó a ver la avenida principal. Rengueando, avanzando. Una vez estuvo lo suficientemente cerca de aquella intersección, se dispuso a gritar nuevamente.

-- ¡AYU-...

Algo la interrumpió. 

Pasos que se apresuraron a sus espaldas. Una sacudida violenta. La sangre comenzó a escurrir desde su cuello, por su torso, rodando sobre sus muslos y goteando hasta el suelo. Tibia, roja. Con una mano quiso palpar la herida, y soltando el cuchillo miró hacia abajo. Podía percibir la forma del objeto que parecía converger sobre su carne, siendo fuente de aquél torrente de sangre que ahora se derramaba en el pavimento. 

Pero la mujer no cayó. Un pie tras otro, se tambaleó mientras seguía avanzando. Como espectro. Un par de luces azules y rojas que parpadeaban se pintaron sobre la superficie de los inmuebles en las cercanías, y se hicieron más grandes a medida que se acercaban hacia el aún erguido cuerpo de Ji Eun. 

-- Qué mierda es eso... 

La voz de Kang se introdujo en los oídos de Seung Bae, quien los miró. Tanto el primero como el oficial Min miraban atónitos hacia el frente, a través del parabrisas. Las luces de la patrulla les permitían ver algo, en azul y rojo, que los tenía horrorizados. 

-- ¿Qué....? ¿Es una mujer? -- Preguntó Min

Seung Bae fue el último en verla antes de que se desplomara frente al auto. La patrulla que los seguía también se había detenido, pero ningún oficial había salido, aún siendo testigos de tal escena. 

Los miró, y al voltear, vieron que un trozo de algo desconocido sobresalía de su garganta. Vieron la sangre, y ya se habían dado por aludidos de su desnudez. 

-- ¡CARAJO! -- Exclamó Seung Bae, saliendo apresuradamente de la patrulla. Le siguieron los demás policías -- ¡Llamen a una ambulancia maldita sea!

-- ¡Esta es la chica! ¡Es Min Ji Eun! -- Agregó, mientras descubría el cabello de su rostro. Los demás policías se apostaron a su alrededor.

 Un par de personas había visto la patrulla y habían acudido a la escena para ver el origen del escándalo. Los gritos de Seung Bae no ayudaban a ahuyentar a los curiosos, más bien, tenían el efecto contrario. 

Los oficiales Min y Kang se dedicaron a mantener a raya a los peatones que se acercaron a mirar. Un par de señoras gritaron al ver aquél cuerpo moribundo, cubierto de sangre. Otras personas que se habían acercado grababan con el teléfono sin vergüenza alguna ni respeto por la víctima de lo que evidentemente había sido un brutal ataque. Seung Bae no podía realizar primeros auxilios cuando la herida era tan profunda y aún tenía el arma encarnada. Debían esperar a los paramédicos, que no tardaron en hacer acto de aparición sobre la avenida, con la sirena a todo lo que daba para que los demás autos cedieran el paso. Pero para entonces parecía ser un esfuerzo inútil. La sangre perdida era demasiada, hasta él lo sabía. Estaba empapada.

"Mierda, mierda, mierda, mierda" Repetía en su cabeza "Llegamos demasiado tarde, maldita sea"

 Estaban a nada de la casa de Oh Sangwoo. Si ella aún caminaba cuando la encontraron, el asesino debía estar cerca. Paseó los ojos en los alrededores, buscando alguna cara familiar, y entonces lo vio. Una ancha espalda que se alejaba de la marabunta de gente. Cabello quebrado y teñido. Alto que sobresalía un poco por encima de las demás cabezas. 

Rápidamente se precipitó en esa dirección, pero la gente que se amontonaba a ver la escena le impidió avanzar y empujando con los codos hacia los lados se abrió paso con dificultad. No obstante, una vez fuera de aquél círculo, no había rastro de Oh Sangwoo. En ningún lado. Como si hubiera sido producto de su imaginación.

<<¡La casa!>> Pensó, y comenzó a correr en ese sentido.

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¿A dónde ir? ¿Qué hacer? De pronto los alaridos de la muchacha habían cesado y a cambio, el silencio se había plantado en el aire. 

Yoon Bum, con el recién nacido en brazos, caminaba sobre la calle, cubierto con la sábana sobre sus hombros. No podía hacer más que seguir avanzando, colgado de la esperanza de que Sangwoo no lo viera por obra de alguna divinidad. Que no regresara en ese momento, que no caminara sobre sus pasos. 

Como si fuera una broma de muy mal gusto, oyó en la lejanía pisadas sobre el suelo. Éstas eran rápidas, y se acercaban hacia él.

-- ¡HEY! -- Escuchó un grito -- ¡ESPERA!

Bum apresuró su caminata, a pesar del dolor en todo su cuerpo. El sudor comenzó a escurrir sobre su frente. <<No, no... Por favor no>> Pensaba, al borde de las lágrimas. Pero los pasos no se detuvieron hasta que lo alcanzaron. 

-- ¡NO, ALÉJATE, TENGO AL BEBÉ! ¡SANGWOO! -- Chilló, invadido por el pánico. Apretando los párpados y ciñendo al niño con fuerza hacia sí. 

-- Hey, tranquilo -- Una mano se posó sobre su hombro. Dio un salto -- No soy Oh Sangwoo, soy policía... Mira...

Abrió los ojos. Ante él no estaba el padre de su hijo. Un hombre de lentes y cabello oscuro estaba a su lado, y en una mano sostenía su placa. Tenía puesto el característico chaleco amarillo de aquellos servidores públicos, y lo miraba con una expresión que mezclaba sorpresa y preocupación. 

Las rodillas de Bum flaquearon, y se tumbó en el suelo de sentón. Aún temblando, respirando agitadamente, y con el bebé en brazos, quien comenzaba a sollozar muy sutilmente...

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Chiquitites, no se les olvide dejarme su voto y su comentario si les gustó el capítulo. Les actualizaré próximamente. 

Creía que lo terminaría por estos capítulos pero se me han ocurrido ideas de cómo continuar el fic, así que creo que lo seguiré actualizando <3

Felices fiestas!

Arattae


KILLING STALKING OMEGAVERSE FICTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora