Capítulo 37

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Como bloques en una partida de tetris, todo parecía haber caído en su lugar. La casa, el omega, la muchacha. Ahora Yang Seung Bae tenía no sólo las pruebas suficientes para arrestar a Oh Sangwoo bajo cargos de secuestro y asesinato en el caso de Min Ji Eun, sino también de por lo menos siete crímenes similares. Tenían en sus manos a un asesino en serie. Y lo que era peor, un asesino en serie prófugo. La prensa estaba vuelta loca. 

Incluso antes de hacer alguna prueba a la casa durante la investigación, bastaba con mirar a la entrada principal, que se hallaba parcialmente destrozada. Un rastro de sangre los guio hacia la caja de pandora. Un amplio sótano que hedía a hierro y a sangre. El suelo estaba salpicado de esa sustancia aún fresca cuando Seungbae entró. Un par de uñas empedradas de brillantes y pintura rosada flotaban en uno de los charcos al otro extremo de aquél sitio, junto a una soga deshilachada de los bordes, igualmente empapada del líquido escarlata que, lentamente y por fuerza del aire que respiraban, se comenzaba a oxidar. 

Los paramédicos arribaron en tiempo récord, y el omega fue llevado al hospital inmediatamente. Había perdido la conciencia en el momento preciso en el que había caído. Afortunadamente, el bebé parecía estar en buen estado. Sin embargo, no podía decir lo mismo de aquél joven. Vio su cuerpo semi desnudo, sobrepasado por las magulladuras que se comenzaban a hinchar. Con rastros de sangre en la cara y en sus brazos. Sus costillas eran visibles bajo una delgada capa de piel que apenas tenía algo de grasa rellenando los recovecos de su esqueleto, pero se veían en posiciones extrañas. Había sufrido una golpiza brutal.

Desde entonces habían pasado algunos días...

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-- Eran de la chica... -- Dijo una mujer ataviada con una bata blanca, acercándose a él por detrás.

Seungbae levantó la mirada. Sostenía en su mano una de las bolsas en las cuales se hallaba una pieza de evidencia recolectada: Las uñas.

-- Sí, lo supuse... -- Contestó.

-- ¿Estuviste en la casa cuando llegaron los forenses? Hicieron un gran trabajo, deben haber tardado horas. 

La mujer siguió avanzando, y paró frente a la base de metal en la que descansaba una persona. O al menos, el cascarón inerte de una.

-- No, sólo al inicio cuando tuvimos que asegurar el área. Si nos manteníamos dentro, contaminaríamos la escena.

Dejó la bolsita en el mismo lugar de donde la había tomado.

-- Naturalmente -- Dijo ella -- La prueba de luminol que hicieron ahí es de lo más impactante que he visto en toda mi carrera. 

-- El reporte decía que hubo coincidencia con siete perfiles de ADN en la base de datos de personas que desaparecieron hace tiempo... No parecía una carnicería cuando entré, pero bien pudo haberlo parecido en algún momento.

-- Así es... Mira -- Le extendió un sobre--  ¡Todo! ¡Hasta las paredes y el techo! Como si hubiera usado la sangre para pintar. 

Seungbae lo abrió. Las fotos que el equipo forense había tomado. Con sus respectivos señalamientos amarillos de plástico rígido, identificados con letras cada uno, se diferenció cada pedazo de evidencia que existía. Las uñas, la sangre fresca, la soga, un par de platos; En una de las imágenes, durante la prueba de luminol, toda la superficie de aquél calabozo del horror resaltaba con aquél característico color azul eléctrico de las manchas viejas de sangre que ya no podían ser percibidas por la vista humana bajo una luz convencional. Los vellos de sus brazos se erizaron.

-- ¿Qué hay del muchacho? El omega que se menciona en el reporte. Tengo los resultados del examen. Parece ser que el bebé que llevaba consigo es su hijo. Y... Uhm... -- La mujer dudó por un momento -- También tiene parentesco muy cercano con el sospechoso. Todo parece indicar que es el padre.

KILLING STALKING OMEGAVERSE FICTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora