Capítulo 19

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Nota de la autora:

Ya llegó su lodo puerks jajajajaajaaaa como cuando dices que no entras en hiatus y entras en hiatus alv jajajajajajaja aveda

C la kreieron xddxd

Bueno ya, lo lamento, hubieron muchas cosas que tuve que hacer el año pasado pero creo que ya este año tendré un poquito más de estabilidad para actualizarles el fic. (Pero no me crean jaja quien sabe que pueda pasar en un futuro) bueno, disfruten! Por cierto, el manwha ya se puso tremendo, no? :o 

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El sonido de la puerta cerrándose le indicó a Bum el momento en el que nuevamente eran sólo él y su bebé en la casa. "¿Haz lo que tengas que hacer?" repitió en su mente, preguntándose qué era lo que esperaba Sangwoo que hiciera. Su primer instinto fue limpiar todo residuo de sí mismo. La ropa que le quedaba la refundió en la parte más baja del cesto para la lavadora. Sujetando a su bebé en todo momento haciendo uso de un cuidado y una sutileza que ni siquiera él sabía que contenía en sí mismo. De esa manera, con una esponja húmeda frotó su propia piel hasta que no hubo rastro de sangre, y buscando entre la ropa que Sangwoo alguna vez había comprado para él, encontró una camiseta y unos pantalones que aunque fuesen de maternidad, aún podía utilizar. Su vientre sufría pequeños e incómodos espasmos pero afortunadamente ya no eran tan dolorosos como en un principio y aún estaba ligeramente hinchado. Era sorprendente ver cómo su tamaño había disminuido tan drásticamente después de dar a luz. Las nuevas dimensiones de su propio cuerpo le resultaban extrañas y desconocidas. El cambio había sido demasiado rápido como para darle la oportunidad de asimilarlo. 

Depositando al bebé en el colchón, ajustó su pantalón ceñido para que no cayese, pero lo suficientemente cómodo como para que él se moviera con facilidad. De inmediato devolvió la vista a la criatura que dormitaba plácidamente. El llanto había parado ya hace buen rato, no obstante, Bum seguía sintiendo un ligero silbido en los oídos. Miró a su alrededor y después al niño. Lentamente se recostó junto a él. Su mente comenzó a fabricar nombres. "¿Cuál te gustará mas?" Pensó. 

Sin embargo, repasando una lista en su cabeza, sintió un golpe. Pero su cuerpo estaba intacto. El golpe había venido desde su propia conciencia. "Pero... ¿Debería ponerle nombre? Y si... Y si después de tanto en verdad Sangwoo... " Su mirada antes desprevenida se ciñó en una mueca de horror. Horror consigo mismo. Cubrió sus labios con una de sus manos y se incorporó sobre uno de sus brazos. Por su cabeza, como un flash que no había durado ni cinco segundos, había tenido un pensamiento que le hizo sentir un vacío en el pecho. Sus ojos mirando a la nada. 

Dar nombre al bebé significaría tomar cariño. Formar un lazo. Y si Sangwoo le hacía daño... ¿Valía la pena entonces si quiera contemplar la idea de un nombre?

"¿Cómo pude pensar en eso?" Se preguntó "¿Cómo fui capaz?..." 

Dar por hecho que no debía de tratar al niño como ser humano le hizo sentir como un monstruo. Dar por hecho que algo le sucedería, aun cuando esa incertidumbre era tan real como su propio miedo. Un nudo en su garganta lentamente se transformó en un sollozo ahogado, y en un torrente de lágrimas que salían de sus canales sin que Bum pudiese hacer otro sonido, consiente de que el bebé aún se hallaba justo a su lado. Había faltado poco para que olvidara aquella determinación que había encontrado meses atrás, durante su embarazo. La decisión que había hecho de proteger a toda costa a ese bebé. De cualquier cosa a la que Sangwoo tuviese planeado someterlos. Aún sin saber cómo podría tener la fuerza o el ingenio para lograrlo, pero lo había decidido. Y no podía mirar atrás.

Miró el pequeño bulto de sábanas junto a él.

Mucho menos ahora. 

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 -- Oficial Yang Seungbae... 

La mujer lo miró desde lo bajo, deslizando sus gafas en su nariz, y devolviendo la mirada pausadamente a la identificación que sostenía en sus manos. 

A Seungbae le incomodaba el olor a perfume que despedía esa mujer. Demasiado... floral para su gusto. Eso, añadido a un pequeño nerviosismo que crecía en él. Era policía y a pesar de su rango relativamente bajo, aún él podía pedir los documentos de un caso archivado. ¿Por qué se sentía así? Tal vez era el hábito. Tenía la esperanza de encontrar algo que confirmara su teoría. 

-- Sí --Respondió, intentando romper el hielo-- Fui yo quien llamó hace poco. La persona en turno me había dicho que podía acceder presentando mi placa y mi identificación. 

La mujer no reaccionó. "¿Exactamente qué tanto mira?" Pensó el oficial.

Finalmente, con un aire de fastidio, la susodicha dejó el pedazo de plástico en su escritorio. 

-- ¿Cuál es el archivo que buscaba? -- Preguntó, orientando su cuerpo con la silla de rueditas hacia su monitor.

-- Oh Sang Woo

El tecleo de sus dedos era grácil y veloz, a diferencia de su entera persona.

Anotó algo en una hoja pequeña, y se levantó de su escritorio, desapareciendo tras una de las puertas a sus espaldas. Yang Seungbae pensó en que habría sido mejor ir con ella. En ocasiones los documentos podían ocupar cajas enteras de información. Debía haberla ayudado a cargarla. Grande fue sus sorpresa cuando la mujer retornó con un sobre tamaño carta, apenas con grosor, y se lo ofreció. Éste lo tomó con ambas manos y lo miró, perplejo. Una pequeña etiqueta blanca con un número de cuatro dígitos figuraba al frente del sobre,

-- ¿Sólo esto? Disculpe pero, ¿Está segura de que no hay más?

-- Segura. -- Respondió hostilmente -- Si no hay nada más que necesite...

La mujer se sentó nuevamente, ignorando por completo la presencia de Seungbae y regresando a cualquier cosa que hubiese estado haciendo antes de la llegada del policía. Ella era el perfecto arquetipo de burócrata antipática. De no haber sido porque su atención estaba enfocada en  un asunto que requería toda su concentración, habría insistido sólo para fastidiarla. Pero aparentemente era verdad. Salió del edificio con el sobre aún en sus palmas. No pesaba casi nada. Y eso significaba que podría no encontrar lo que necesitaba entre esas hojas. No le gustaba para nada. Había deducido que un caso tan misterioso como el de los padres de Oh Sangwoo tenía que haber llevado un seguimiento riguroso hasta que la falta de pruebas los hubiese obligado a archivarlo. 

Estacionó la patrulla en un camino sin salida, junto a la bodega de un abasto de vegetales y se dispuso a abrir el famélico y amarillo sobre. 

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Nota de la autora:

Este capítulo me salió mini jaja pero estoy de vacaciones por dos semanas. Seguiré actualizando. Besitus <3 

KILLING STALKING OMEGAVERSE FICTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora